Kongreya Star: “En Rojava todo comienza con la comuna”

Kongreya Star es la estructura paraguas de todo el movimiento de mujeres en Rojava. Son especialmente activas en el inicio y apoyo de cooperativas exclusivamente femeninas. Esta entrevista se llevó a cabo en marzo de 2016, pero por la importancia de los conceptos abordados la publicamos ahora en su totalidad.

-¿Podría contarnos un poco sobre quiénes son y qué hacen aquí?

Aquí, en esta institución, estamos ayudando a construir cooperativas de mujeres. Les damos tierras, las ayudamos a establecer la cooperativa y, una vez que está funcionando, nos retiramos. Por supuesto, si surgen problemas, ayudamos de nuevo, pero no trabajamos nosotras mismas, sólo coordinamos este trabajo.

Por ejemplo, dimos una subvención de 700 metros cuadrados a 35 mujeres y la compartieron por igual. Ahora se están ocupando de este lugar colectivamente. Las mujeres se reunieron y eligieron el órgano de coordinación: una persona para las finanzas, otra para las reuniones, etc. Hay cuatro coordinadoras y toman decisiones colectivamente. Si hay algún problema, también pueden llamarnos y les ayudaremos, pero en general se organizan y crean su cooperativa. Las participantes trabajan para ellas mismas.

Todo (en este nuevo sistema en Rojava) comienza con la comuna, y desde la comuna la gente está conectada a las cooperativas. Así es como las cooperativas trabajan.

Al principio, la economía estaba organizada por medio del TEV-DEM. El TEV-TEM es mixto, se ocupan de todos, pero desde hace un año hemos tenido este lugar donde se organizan solamente las mujeres, una estructura económica femenina autónoma. Principalmente trabajamos en agricultura, pero no sólo en agricultura.

En Qamishlo hay tres o cuatro tiendas, una modista, una cooperativa donde la gente hace yogurt y queso, y también tres lugares donde se hace ropa. Dos son sólo militares y el otro hace tanto ropa civil como militar. Uno está en Qamishlo, otro en Derik y otro en Rimelan.

-¿Qué tipo de agricultura se está implementando aquí, y a qué escala? ¿Los  alimentos que se cultivan son para la venta o se conservan para los trabajadores y sus familias?

-El trigo, la cebada, los garbanzos, la fruta y las verduras dependen del terreno, por supuesto, y de las circunstancias. Tenemos un proyecto en el que TEV-DEM y Kongreya Star trabajan juntos. Es un lugar grande, con 1.400 hectáreas. Es un proyecto de invernadero con mucho espacio, donde también estamos plantando vegetales y árboles. Es un lugar realmente enorme. Estos son los proyectos para la agricultura. El proyecto de invernadero es el más grande.

Nuestro objetivo no es vender. El objetivo es que las mujeres trabajen juntas y se conozcan entre sí, para que no siempre necesiten acudir a los hombres para pedir dinero. Las mujeres pueden organizar su propia economía, trabajar por su cuenta y organizarse.

Al principio, cuando ayudamos, les damos las semillas. Cuando salen las plantas, nos devuelven las mismas semillas. Cada uno puede coger lo que cultiva, o tomar todos juntos la decisión de venderlo y compartir el dinero entre los cooperativistas. Tenemos muchas semillas diferentes. Se las damos a las cooperativas, y nos devuelven lo entregado. Todo lo demás es gestionado en cooperativa y tienen que decidir qué hacer con ella, ya sea que cada uno tome lo suyo o lo vendan juntos cooperativamente.

También tenemos diferentes proyectos con animales, como pollos, ovejas, cabras, vacas, etc. Son proyectos diferentes. Tenemos, por ejemplo, un centro autónomo de pollos. Empezamos con 20, ahora hay 40 y luego habrá más. La cooperativa está vendiendo los huevos y también puede vender los pollos.

-Si un grupo de mujeres decide comenzar una cooperativa, ¿cuáles son los pasos a seguir?

-Al principio, se reúnen y escriben una propuesta. La presentan aquí y la evaluamos: ¿tiene sentido?, ¿puede funcionar? Por ejemplo, hubo una mujer que vino y dijo que quería abrir una tienda y le respondimos que era una buena idea, pero que en ese lugar había muchas tiendas con las mismas cosas, así que tal vez no podría mantenerse allí por ella misma durante mucho tiempo, porque hay muchas otras personas haciendo lo mismo allí…

Sugerimos diferentes oportunidades y hacemos una reunión con las mujeres y discutimos sobre las cooperativas, la idea y si van a abrir o no, qué se necesita, cuánto dinero, cómo reunir ese dinero, de forma que todos participen de la misma manera, etc. Luego construimos la estructura y nos reunimos una vez al mes, todos juntos, donde discutimos el proceso en curso.

Especialmente en Derik ha habido muchos problemas con el pan. No era muy bueno y muchas personas tenían problemas, como diarrea, que decían que estaba relacionada con el pan. Al principio fue bastante difícil. Todo el mundo hacía el pan individualmente, generalmente en casa, o comprando para sí mismos. Era importante que la gente se uniera y entendiera la necesidad de una cooperativa. Tomó mucho tiempo hasta que la gente entendió esto, trabajar juntos y compartir mejor y así sucesivamente.

También obtienen más dinero si trabajan allí. Por ejemplo, en la cooperativa lechera, la gente hace yogur y queso. Sacan entre 40.000 y 50.000 SYP (libras sirias) y esto es realmente una gran cantidad de dinero que pueden compartir. Además, al principio, las mujeres eran un poco como, quizás ayudemos un poco, pero realmente no queremos trabajar. Había muchos obstáculos a superar conectados a la cultura, a la historia.

-¿Quién decide si los proyectos funcionarán? Por ejemplo, en la agricultura, si alguien quiere plantar una nueva semilla y esa persona está convencida de que funcionará, ¿están educados en todas estas cosas en la agricultura?

-Una cuestión es que estamos investigando, y también vamos a abrir un centro de investigación agrícola, para poder ver realmente qué tenemos y cuáles son las necesidades. Por supuesto, estamos trabajando junto con varias personas que trabajaron allí antes y entienden qué está pasando con la tierra y qué funciona y qué no. Así que lo están discutiendo a una escala mayor, no sólo con la cooperativa, sino también con la coordinación y la gente local, y están tomando decisiones juntos.

Por ejemplo, (en el Proyecto de Invernadero) tuvieron una gran reunión y algunas personas querían plantar trigo, pero la gente de alrededor decía: “No funciona, porque si se pone trigo allí, la tierra se agota. No es lo suficientemente rica como para aportar la nutrición necesaria a la planta”. Entonces, decidieron plantar la mitad con lentejas y la mitad con otra cosa. Tomaron esta decisión juntos y luego trabajaron por su cuenta. También piden a otros expertos que están aquí, pero especialmente también a las personas que trabajaron anteriormente en estos lugares, o que siguen trabajando en ellos, para tomar decisiones adecuadas que también sean realistas.

-¿Crees que sería conveniente para los permaculturistas venir a Rojava?

(Nuestro traductor no conoce este término, por lo que lo explicamos brevemente. Ella da su opinión personal): Mi opinión personal es que sería muy bueno. Esto también está conectado con el cambio de pensamiento sobre cómo hacer las cosas, que está conectado a todo el sistema, como el aire que respiramos, etc.; todos estamos conectados entre nosotros. Creo que están desarrollando varios proyectos y algunas personas han venido de fuera (de la región) y están trabajando para construir la gestión de residuos, para reciclar cosas y construir cosas diferentes a las que las personas de aquí no están acostumbradas, ya que antes no lo hacían porque no utilizaban ese enfoque y también tenían una forma diferente de trabajar. Creo que es un paso por ambos lados para construir todo esto, pero desde mi opinión personal, ello es absolutamente necesario.

En general, por supuesto, estamos trabajando sobre una base de conocimiento agrícola, lo que para nosotros significa que hacemos cosas que no causan ningún daño a la naturaleza. Por ejemplo, había un lugar donde poníamos trigo y luego el año siguiente, si lo volviéramos a poner, sería bueno para nosotros, pero no sería bueno para el suelo, así que tomamos una decisión diferente. Estamos realmente comprometidos a no usar productos químicos, no usar nada que cause más daño al suelo, a la tierra o al aire.

Pero, por supuesto, sí, siempre existe la posibilidad de que venga gente y, si tienen proyectos en mente, podemos discutirlos; y también hay personas involucradas en la coordinación de los proyectos y que ayudan a encontrar a las personas con quienes hablar, cuál es el enfoque correcto, cuál es el estándar actual y cómo podría llevarse a cabo. Así que creo que sería interesante discutir este punto. Si la gente tiene un proyecto en mente, entonces resulta más fácil. También está el proyecto de la aldea de mujeres. Es especialmente importante tener mujeres trabajando allí y construyendo esta aldea.

-¿Cuál ha sido su mayor obstáculo?

-Por supuesto que nos enfrentamos a obstáculos. Al principio teníamos problemas porque las mujeres no están acostumbradas a trabajar, especialmente en el exterior. Las mujeres necesitan verse a sí mismas trabajando fuera. Para ellas resulta una situación extraña, así que hay que luchar contra esta forma de entender las cosas, por lo que, además, tienen que trabajar en esto. Este es el mayor obstáculo.

A veces dicen: “Aportaré algo de dinero”, pero es el hombre quien se lo da, así que resulta una situación extraña. Y quieren enviar trabajadores allí, pero no trabajar por sí mismas. Entonces les decimos: “No, queréis ser una cooperativa, entonces trabajad para vosotros mismos”. Entonces, ¿cómo hacer si las personas no tienen confianza? Y si piensan que no pueden, entonces no lo conseguirán, porque es un trabajo duro y tienen esta opinión sobre él.

Así, en Derik, por ejemplo, tuvimos un gran impacto en la sociedad. Había más y más mujeres trabajando activamente. La otra cosa es que lograron bajar los precios, por lo que las personas que habían inflado los precios tuvieron que vender más barato a todos. Esta cooperación fue una gran victoria para toda la ciudad.

La otra cuestión es que hemos abierto aquí cooperativas con ovejas y la de queso y yogur, para que las mujeres vean que en realidad funcionan, y si esas mujeres pueden hacerlo, ¿por qué no debería hacerlo yo? Ahora, lo que está empezando a pasar es que las mujeres quieren involucrarse más y quieren ser parte de una cooperativa, pero el mayor problema sigue siendo la participación de las mujeres.

En Derik tenemos una Academia Económica. En esta academia, por supuesto, enseñamos la rama específica de la economía, pero también es una educación ideológica, de entender cómo se ha llegado a este papel de ama de casa. ¿Qué otro enfoque podría haber? ¿Qué es una vida libre? Y más aún.

Entonces, para nosotros no se trata de ganar dinero, no se trata de hacer, comerciar y vender cosas, se trata de reunir a las mujeres para que trabajen juntas. Si fuera solo por el dinero, ahora tendríamos más, tendríamos un montón de cooperativas. Se trata de tengamos menos, pero tengamos una muy buena calidad de las personas que trabajan dentro, de que comprendan realmente. No se trata de comercio, se trata de la necesidad de construir algo más, algo que comienza con la mentalidad y se convierte en cultura.

FUENTE: Jo Magpie / Cooperative Economy / Traducción: Rojava Azadi