Entre los días 20 y 21 de enero la fuerza aérea turca abrió fuego contra la región de Afrin, norte de Síria, buscando destruir las posiciones del Kurdistan sirio. Una agresión brutal y cobarde que ha dejado víctimas civiles, no solamente kurdos, sino que también en contra de cristianos, árabes y demás pueblos de la región .
Esa agresión es un gesto de odio, un crimen de guerra.
De forma similar a los crímenes perpetrados por el estado islámico. Agredir a un país que ya se encuentra en un estado de guerra es un ataque criminal.
El gobierno turco encabezado por el déspota Recep Tayyip Erdogan mantiene el cerco en dos frentes:
En el ámbito interno persiguiendo, encarcelando opositores, cerrando instituciones para consolidar un régimen interno autoritario y, en el frente externo, en alianza con sectores de Al-Qaeda, usando como estrategia la liquidación las zonas liberadas por los kurdos.
En la primera embestida, la aviación turca ha matado a 6 civiles y un combatiente de las YPG
(Unidad de protección del pueblo) y dos de las YPJA (unidad de defensa de las mujeres); además de atacar Afrin, la aviación turca también ha atacado los campos de refugiados en Rubar.
A partir de estos ataques, se ha iniciado una campaña internacional para denunciar los bombardeos. Es necesario sumar fuerzas y rodear de solidaridad al pueblo kurdo. Se tiene que recordar que fueron los kurdos, con sus destacados batallones femeninos quienes expulsaron al Estado islâmico de Kobane.
PSOL se suma a la solidaridad con el pueblo kurdo, exigiendo la inmediata ruptura de las relaciones
diplomáticas con el estado turco. Es necesario ampliar la campaña internacional de denuncia contra esta operación ilegal.
Nuestra posición es categórica y vamos a ampliar la campaña “paren las bombas contra el pueblo kurdo” entre parlamentarios, partidos progresistas, demócratas, en Brasil y en todo el continente americano.
Partido Socialismo y Libertad – Brasil
PSOL Brasil
