Poder y verdad (Parte I)

Michael Panser, cuyo nombre de guerra era Bager Nûjiyan (anteriormente Xelîl Viyan), fue un revolucionario alemán que se unió al Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) por su decidida creencia en la posibilidad de la revolución y la libertad. Comenzó sus actividades políticas desde joven en las luchas antifascistas y revolucionarias en Alemania. Su encuentro con el Movimiento de Libertad Kurdo lo familiarizó con la filosofía de Abdullah Öcalan. Un pensador y un entusiasta activista, Bager Nûjiyan pronto viajó a Kurdistán, donde decidió convertirse en un luchador por la libertad y conectar mundos a través de la lucha. Participó en actividades sociales y culturales de la revolución de Rojava, así como en la liberación de las comunidades en Medio Oriente asediadas por el Estado Islámico (ISIS). El 14 de diciembre de 2018, Bager Nujiyan murió durante un ataque aéreo turco en las Zonas de Defensa Medya en Kurdistán del Sur (norte de Irak).

Aquí se puede encontrar una transcripción del relato de Bager Nûjiyan sobre su pensamiento político.

Poco antes de su muerte, escribió una carta en honor al levantamiento zapatista en México.

Publicamos un discurso de él pronunciado en la conferencia Desafiando la modernidad capitalista II: analizando la modernidad capitalista, construyendo el confederalismo democrático, que se realizó del 3 al 5 de abril de 2015 en Hamburgo. Los textos de la conferencia se publicaron como un libro.

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En mis estudios sobre las intersecciones de los sistemas filosóficos de Michel Foucault y Abdullah Öcalan, me concentre principalmente en tres términos, o ideas centrales, que pueden ayudarnos a ampliar nuestra comprensión de la situación social actual, de pensamientos de movimiento y las posibilidades de acción. Creo que algunos mecanismos de pensamiento, tal como podemos encontrar en el trabajo de Foucault, podrían ser críticos para comprender el nuevo paradigma y el pensamiento del Movimiento de Libertad Kurdo.

Los tres términos son:

  1. a) El sistema de pensamiento, que Öcalan describe como pensamiento organizado y régimen de verdad.
  2. b) El análisis de poder: una comprensión de los sistemas y sociedades.
  3. c) El principio de orientación practicado por el movimiento kurdo, el “rastiya serokatî”, la “gubernamentalidad”, como lo describe Foucault, a través del cual podemos desarrollar una comprensión básica de los fragmentos centrales del movimiento kurdo con respecto a la educación, la organización y la práctica de una autonomía democrática.

Todo tipo de pensamiento tiene lugar dentro de un sistema específico, un sistema de pensamiento. Dentro de esto, el pensamiento racional forma el patrón de nuestra percepción, la forma en que captamos el mundo y organizamos nuestra vida diaria. Crea significado, a través del cual inspira decisiones y forma estándares en un juego continuo de experiencia, crítica y cambio. Ya sea que hablemos de personas solas, colectivos o sociedades, cada sujeto lleva sus experiencias con ella y, a través de la reflexión sobre su forma de vida, puede lograr un cambio. Esto significa que cada una de nuestras acciones se basa en una cierta forma de conciencia, en la capacidad de percibirnos a nosotros mismos con respecto a la realidad. Öcalan llama a esto “regímenes de verdad”. Lo que percibimos y analizamos constantemente para extraer los fundamentos de nuestras acciones es un acercamiento a la verdad; fragmentos de realidad con los que interactuamos experimentalmente, filtramos, interpretamos y luego consideramos verdaderos.

A través de la diferenciación de las sociedades durante los últimos siglos, las diversas formas humanas de medir, y de los mecanismos de pensamiento, que construyen la base de las acciones humanas, se han convertido en un juego complejo: una negociación permanente entre diferentes regímenes de verdad. Esto significa que la variedad de enfoques de la verdad y las formas en que los sujetos estructuran y cambian sus realidades, forman la base de la diversidad social y la creatividad.

¿Entonces cuál podría ser la teoría política? El intento de cuestionar el propio marco de significados subjetivo y colectivo, moverlo, si es necesario, y revelar posibilidades de acción: una caja de herramientas, experimental y siempre conectada a las intenciones de uno. Esto resume más o menos la forma en que Öcalan nos muestra las posibilidades de interpretar la historia, y de escribir de manera creativa y fragmentada la historia de nuestro presente.

Todo tipo de pensamiento, y, a través de él, la teoría política, que se dedica a la necesidad del cambio social, es estratégico. Nuestro pensamiento no puede separarse de nuestro poder para actuar, de nuestra capacidad de cambiar la realidad a través de una acción decidida. Entonces, hay una conexión, un triángulo, un campo de tensión entre el conocimiento, el poder y la verdad. Este es uno de los argumentos centrales que Foucault desarrolló en sus obras. En base a la comprensión de una situación dada, podemos realizar una serie de acciones. Podemos usar nuestro propio poder para actuar, para cambiar nuestra propia relación con la realidad y para realizar movimientos y cambios. Cada sujeto tiene la capacidad de actuar dentro de su propio marco de percepción. Puede cambiar la situación dentro de su propio sistema, o puede mover el marco de su propia percepción y, a través de ello, mover sus propias posibilidades de acción a través de la crítica y la reflexión teórica: una forma de pensar que trasciende y mueve la propia posición: el pensamiento nómada, pensamiento organizado: en este primer punto, Foucault y Öcalan se complementan y se traducen entre sí.

Eso significa (y aquí pasamos a la segunda idea) que tenemos que renunciar a una vieja noción que pesa mucho en el horizonte mental de Occidente: el poder como algo negativo, tan puramente represivo, como el polo del mal y como una forma de gobierno soberano vertical. Aquí me refiero a los pensamientos centrales que Foucault ha tallado. Los pensamientos de Öcalan son marcados entre líneas implícitamente, en lugar de ser escritos en detalle. Pero la consecuencia que sugiere con su nuevo paradigma de confederalismo democrático opera en el mismo sistema que la metodología de Foucault. En diferentes puntos, se refiere directamente a los conceptos desarrollados por Foucault en su concepción del poder, por ejemplo, el concepto de biopoder, como uno de los pilares más importantes del gobierno capitalista. Una parte del pensamiento de Öcalan se basa en tal análisis de poder. Este tipo de pensamiento es también la base de otras visiones del mundo de forma bastante similar, comenzando con las cosmovisiones originarias en América Latina (por ejemplo, los zapatistas), Zaratustra y el pensamiento de visiones del mundo del lejano oriente, que no conocen un objeto: piensan en heterogeneidad, cambio, conectividad y subjetividad.

Entonces, ¿qué es el poder? El poder no es simplemente el gran otro al que nos enfrentamos, el rey, la policía, Dios. Todos esos son efectos de una concentración de poder, más o menos simbólica, con diferentes formas de interpretación de la realidad. El poder en sí mismo no es ni bueno ni malo. En general, el poder describe la posibilidad de que un sujeto se mueva dentro de un sistema, cree marcos de significado y actúe sobre ellos, es decir, por un lado la agencia. Por otro lado, las sociedades de hoy están marcadas fundamentalmente por el poder; se organizan a lo largo de líneas, ambiciones hegemónicas, acumulaciones de poder y cambios estructurales del poder de definición. Cada sujeto tiene la capacidad de actuar. El poder evoluciona de cada parte de la sociedad, impregna y estructura a la sociedad. Para citar a Foucault, el poder es el campo de líneas de fuerza que pueblan y organizan un área. El poder no es algo que ganas, quitas, compartes, que guardas o pierdes; el poder es algo que se implementa desde innumerables puntos en el juego de relaciones desiguales y flexibles: la omnipresencia del poder. El poder es sobre todo el nombre dado a una situación estratégica compleja en una sociedad. Es una metacomprensión de los mecanismos de las relaciones de poder que proporciona Foucault para permitir un análisis de la sociedad que revela posibilidades de acción.

De esta manera podemos captar el dominio como una concentración de poder en un cierto punto dentro de un sistema. Una parte o un punto del sistema (el ser humano, un partido, un estado, un hombre o cualquier institución) crea un marco de significado que, si no se acepta, podría ser respondido con exclusión y o agresión. La dominación significa negar a otras partes de la sociedad el poder de actuar, en parte o en su conjunto, o quitárselo por la fuerza y, de este modo, convertirlos en objetos, víctimas de su propia decisión sin más negociación. Para implementar el dominio, se necesitan medios y tácticas para separar efectivamente al sujeto de su propia verdad y su propia vitalidad, y así obtener el control sobre él de esta manera. La dominación se desarrolla cuando el poder de definición de los demás con respecto a su propia forma de vida y sus propias decisiones, su capacidad para definir sus propias necesidades, está efectivamente perturbado. La dominación significa la desinversión del poder de los dominados. Pero debido a que el poder nunca es separable del propio conocimiento, -y la capacidad de actuar está estrechamente relacionada con la conciencia del mundo-, el acceso a la verdad, un proyecto de dominación debe esforzarse por implementar su propio régimen de verdad como un absoluto, normativo y único estándar de verdad aceptable. Esto constituye el proyecto del estado y el gesto patriarcal. La forma de interpretar la historia propuesta por Öcalan trata de nombrar este proyecto de desempoderamiento de las sociedades, para crear formas de acceso a la verdad y hacer que la resistencia sea estratégicamente organizable: para usar las palabras de Foucault: la sociedad debe defenderse.

FUENTE: Komun Academy / Traducción: Lucrecia Fernández / Edición: Kurdistán América Latina