Resistencia en Sheikh Maqsud: “Mientras haya mujeres de las YPJ, nosotras también nos quedamos”

El barrio de Sheikh Maqsud se encuentra al norte de la ciudad de Alepo. Fue fundado hace 70 años y aunque con una mayoría kurda, en él conviven también árabes, siriacos y turcomanos. Suad Hesen es la co-presidenta del TEV-DEM (1) en el barrio. Lleva más de 30 años militando para el Movimiento de Liberación Kurdo y a través de su historia de vida cuenta cómo ha sido la resistencia de este barrio. Original de la región kurda de Afrin, Suad lleva 40 años viviendo en Sheikh Maqsud. A los 24 años, casada y con cuatro hijos, conoció la organización PKK (2) a través de la militante Şîlan Kobanî, que años más tarde caería mártir en una emboscada cerca de la ciudad de Mosul. Şîlan descubrió a Suad que tenía un país, Kurdistán, y que su pueblo estaba oprimido. Suad fue fuertemente influenciada por la personalidad militante de Şîlan y por sus ideas revolucionarias. Rápidamente comenzó una vida de militancia que corre en paralelo a las resistencias de su pueblo en el barrio de Sheikh Maqsud.

-¿Cómo fue la reacción de tu familia cuando comenzaste a militar?

-Me impliqué, pero me trajo muchas dificultades. Mi marido ponía todas las trabas posibles, me maltrataba, me insultaba. Tenía que dejar todo hecho en casa, sin un error para que no me pusiera problemas. Durante muchos años viví dividida. También la familia hablaba: “No eres un hombre, deberías ser una mujer normal; a una mujer que hace política deberían matarla; si yo fuera tu marido, te mataría”. Como mujer kurda he sufrido mucho. Pero una mujer que cree en sí misma insiste y tiene que poner sus creencias en práctica. Mis hijos me apoyaron, aprendí mucho de ellos. Yo estaba todo el día fuera, pero ellos decían a su padre: “No, mamá no ha salido”. Mis hijos eran muy inteligentes, crecieron en la revolución. Sentían lo que siento yo. Sabían cuánto luchaba, también con su padre, y cuánto me lastimaba él.

-¿Cómo comenzó la revolución en Sheikh Maqsud?

-La chispa de la revolución de Sheikh Maqsud comenzó con el asesinato de nuestra compañera de la organización de mujeres Gulê Selmo. Era una mujer muy sencilla, no había ido a la escuela, no tenía hijos pero estaba casada. Gulê Selmo fue atacada el 9 de marzo del 2012 por el régimen y cayó mártir el 12 de marzo. Miles fuimos para honrar a Gulê Selmo y recoger su cuerpo. Su cuerpo simbolizaba la lucha por la dignidad. Había mucha rabia por su asesinato y Sheikh Maqsud prendió en llamas. Llevamos a cabo la venganza por la muerte de la compañera. Los niños, las mujeres, los ancianos, todos participaron de la toma de los puestos de control y se liberó el barrio. Después de eso nos atacaron los árabes; el Estado estaba implicado en esos ataques. Nuestros mártires lucharon por Gulê Selmo. Cuando recogíamos a nuestros mártires, todos gritábamos: “No nos vamos a ir de nuestro barrio.” Entonces las mujeres nos organizamos aún más, abrimos las Casas de la Mujer. También organizamos las comunas (3) y consejos (4).

-¿Cómo viviste la guerra y el asedio en el barrio?

-En 2013, llegaron los yihadistas. Cayeron como una nube negra. La mayoría de la gente de Sheikh Maqsud procedía de Afrin y muchos regresaron. Mi hija y yo decidimos quedarnos. “Mientras haya mujeres de las YPJ, nosotras también nos quedamos.” Nos atacaron brutalmente y respondimos, pero la presión aumentó. No tardó en llegar la escasez. Rodeados, sin comida, sin nada. Rompimos las puertas de nuestras casas, incluso quemamos zapatos, para que las fuerzas de defensa pudieran calentarse. Fue muy difícil, pero al mismo tiempo también fue bello, porque sentíamos que eso era la revolución. Sentíamos que la revolución nos estaba cambiando.

Los médicos nos abandonaron. Se sacaron su título para curar a su pueblo, pero en la dificultad traicionaron su causa. Llegaban heridos, pero sin medicinas, sin poder operarlos, morían. Entre todos los cuidábamos, pero no sabíamos qué más hacer. Mucho dolor. Ver a una persona que ha luchado tan valientemente, que te ha protegido, y que tenga que morir por falta de médicos. En medio de Sheikh Maqsud hay muchas tumbas. Los que no tenían pueblo o familia fuera de Alepo enterraron a sus hijos allí. Lo hacíamos de madrugada. Los compañeros cavaban por la noche bajo los bombardeos. Las bombas caían como lluvia. Nosotros esperábamos con nuestros mártires envueltos en plásticos para enterrarlos por la mañana.

-¿Cuál fue la participación de las mujeres en el frente de guerra de Sheikh Masoud?

-El 16 de marzo de 2016 fue un día terrible. Los enemigos vinieron con todas sus fuerzas, se aliaron con el Estado sirio y rodearon el barrio. Nuestros hijos e hijas se unieron a las fuerzas de defensa. Los civiles también cogieron las armas. Todos nos sentimos responsables de la defensa. La primera fuerza civil de mujeres se llamó “Batallón Gulê Selmo”. Eran 64 mujeres en total.

Era una guerra cruenta. Oíamos sus “Allah Akbar”, sus gritos: “Vamos a ir a por vuestras mujeres. Vuestras mujeres e hijas son ‘halal’ (5) para nosotros.” Una vez más, las mujeres tomamos una decisión: ir al frente y luchar. Una se llamaba Leyla. Tenía marido, un hijo y una hija en el frente. Dijo: “No sé qué será de mí, pero yo también voy.” Se fue a hablar con los heval: “Si no me lleváis al frente por la ruta oficial, encontraré un camino por mí misma. No me importa morir”. Fue herida en el frente por un francotirador. Su hijo también luchó en Sheikh Maqsud; luego cayó en Afrin.

También fue heval Rengîn Mezraa. Tenía un niño y una niña pequeños. Le dijo a su marido: “Ni un minuto más voy a quedarme aquí sentada. Son tus hijos. Vas a tener que cuidarlos. Yo me voy.” Fue al frente y allí los compañeros le dijeron: “Heval, te besamos los manos, pero por favor vuélvete a casa. Cuando os vemos, mujeres con niños, luchando, sentimos mucho dolor.” Ella les contestó: “¡Dejad que tomemos nuestras propias decisiones! Puede que no sobrevivamos ninguno, pero no vamos a dejarles tomar Sheikh Maqsud.”

-¿Tienes alguna mujer de tu familia que haya participado también de la lucha armada?

-También se fue mi hija Ranya. Había perdido a su marido y tenía dos hijos pequeños. Me dijo: “Madre, te dejo a mis niños. Me voy al frente”. Le dije: “Ranya, no puedo hacerme cargo de tus hijos, tengo trabajo.” Y me respondió: “Si no voy, sabes lo que nos puede ocurrir. El enemigo entrará, nos violará y cortará las cabezas de mis hijos. He tomado mi decisión”.

-¿Cuál era el trabajo de las mujeres que no combatían en el frente? ¿Qué papel jugaron?

-Cada día, 150 mujeres hacían la comida para el frente. Decían: “Que no pasen hambre nuestros hijos en el frente, que tengan comida limpia”. Ellas no comían. Decían: “No importa si pasamos hambre, pero que a nuestros hijos no les falte comida.” Muchas se quedaban allí a dormir, ya no importaba volver a casa.

Cuando en una familia caía un mártir, no se la dejaba sola con su dolor. Aunque cayeran bombas, íbamos juntos a visitarles. No podíamos permitir que esa madre sintiera soledad. Tenía que saber que estamos juntos en el dolor. Si vas a Sheikh Maqsud, verás que todas las familias tienen al menos un mártir.

-¿Cómo es la relación entre las mujeres kurdas y las mujeres árabes en Alepo?

-Tenemos mucho respeto por el pueblo árabe. Hemos caminado juntos. Las mujeres árabes participan, son co-presidentas de comunas, consejos e instituciones. También luchan por su libertad. También tienen mártires. Protegimos el barrio juntas. En el frente, lucharon codo con codo con nosotras. La solidaridad entre los pueblos es muy fuerte. Dicen: “Somos todos uno”, “Nuestra causa es una”, “Vamos a liberar Siria juntos”. Hay una Siria libre en Sheikh Maqsud. Vivimos juntos como una única voz y un único dolor también.

-¿Cómo evalúas tu vida de militancia revolucionaria? ¿Qué has aprendido?

-Como mujer kurda que lleva en esta lucha 30 años, siempre me pregunto si lo que hago y aprendo es suficiente para nuestro líder y por nuestros mártires. Esta revolución nos ha dado una oportunidad a las mujeres, quizás no es igual para los hombres. Es para las mujeres, para mejorar a las mujeres kurdas, a las mujeres de Oriente Medio. Las mujeres de Oriente Medio están asfixiadas. Y hemos sido las kurdas las que hemos dado el primer paso. Las dificultades y los obstáculos ya no nos pueden frenar. Si confías en ti misma puedes hacer cualquier cosa. Si las mujeres tienen voluntad, no hay problemas irresolubles.

Notas:

1- TEV-DEM: Movimiento para una Sociedad Democrática. Es un organismo de autogobierno que promueve el proyecto del Confederalismo Democrático en la Autonomía Democrática del Norte y Este de Siria.

2- PKK: Partido de los Trabajadores del Kurdistán.

3- La comuna es la estructura base de organización y toma de decisión en la Autonomía Democrática del Norte y Este de Siria, basada en el paradigma del Confederalismo Democrático ideado por Abdullah Öcalan.

4- El consejo es una agrupación de varias comunas, el siguiente nivel de organización y coordinación.

5- Halal es lo que está “permitido” por la ley de Dios.

FUENTE: Sara A. de Ceano-Vivas Núñez / Berria / Rojava Azadi Madrid