2021: ¿el año de ISIS o de la liberación?

El 26 de octubre del año pasado, el fundador y líder del ISIS, Abu Bakr Al Baghdadi, fue abatido en una operación conjunta de Estados Unidos y las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS). La operación tuvo lugar en una zona controlada por Turquía, en las inmediaciones de una base militar de las fuerzas de ocupación turcas en el noroeste de Idlib. El presidente estadounidense, Donald Trump, se adjudicó la operación contra el líder de ISIS y lo convirtió en un gran espectáculo de propaganda, proclamándose a sí mismo como “libertador”, y diciendo al mundo que el Estado Islámico había sido derrotado.

El mundo entero dio un suspiro de alivio con la liberación del último enclave controlado por ISIS, en la aldea de Baghouz, al noreste de Siria, y el fin del autoproclamado “califato”. El mundo creyó, con alegría, la afirmación de que ISIS estaba en su fin. Sin embargo, los círculos familiarizados con la realidad sobre el terreno advirtieron que era demasiado pronto para tan buenas noticias. Trump decidió abrir los grifos del dinero y asignar la tarea de destruir los “restos inofensivos” de ISIS a algunos estados árabes y a Turquía. Esta decisión fatal puso a la población kurda del norte de Siria, que había soportado la mayor parte de la lucha contra ISIS, en peligro de un nuevo genocidio.

Los militares presionaron a Trump para no retirar sus tropas

Bajo la presión del sector militar de Estados Unidos, Trump tuvo que rectificar y dejar las tropas en Siria. Esta decisión se basó en la ridícula afirmación de que querían proteger los pozos de petróleo de Siria del régimen y de sus aliados, Irán y Rusia. Esta forma de proceder, sin embargo, no provenía de Trump, sino que representaba el único escenario que permitiría al ala militar crear suficiente temor en el mandatario para revisar su decisión de retirarse. Ante la desgracia de la invasión en Serekaniye (Ras Al Ain) y Gire Spi (Tal Abyad), los líderes militares estadounidenses sobre el terreno dijeron a las FDS que “no podían hacer más”.

Se silencia el hecho de que los cuadros de ISIS -con sus estructuras- actúan abiertamente como parte de las milicias integradas en las fuerzas de ocupación turcas, con el autodenominado Ejército Nacional Sirio (ENS), y por tanto cumplen los objetivos a corto plazo de ISIS. Incluso las banderas de ISIS, que los milicianos apoyados por Turquía muestran repetidamente, no generan señales de alarma. ISIS formó parte de la ocupación de Jarablus y Al Bab; se inclinó ante la situación económica y experimentó un nuevo auge gracias a los planes turcos.

ISIS cuenta con Erdogan y Trump

Tuve la oportunidad de conocer al comandante turco de ISIS Ilyas Aydın (Abu Ubeyde Turki), quien fue capturado por las FDS en una operación en Deir Ezzor, sólo diez días después de la muerte de Al Baghdadi. Cuando le pregunté si sabía de la muerte de Baghdadi, dijo de una manera bastante relajada: “Lo sabemos, lo esperábamos de todas formas”. ISIS estaba preparado para ello. El dirigente no tuvo miedo de decir que tenían su propia red de comunicación e información en la prisión.

La respuesta más interesante de Aydın fue la a la pregunta sobre la motivación de la gente de ISIS encarcelada. Aydın (y obviamente ISIS también) miró con mucha esperanza la nueva política de Trump. Aydın tenía claro que Turquía desempeñaría un papel importante en esta política. Asumió que Estados Unidos buscaba un socio más popular que los kurdos para implementar una intervención en la región, especialmente en Irán. No había razón para que la idea de Obama de “trabajar con los kurdos” no se transformara, a través del trabajo de Trump con Turquía, en una cooperación al menos indirecta con ISIS. Esta idea fue también la principal motivación de los comandantes y otros prisioneros de ISIS, como Aydın. Era como si el ISIS sólo esperara ser desplegado en nuevas operaciones de Estados Unidos, en el contexto de un nuevo ciclo a través de Turquía.

Los cuadros de ISIS juegan un papel decisivo en los territorios ocupados

Después de las operaciones en Deir Ezzor y Baghouz, una parte importante de ISIS llegó a los territorios ocupados por los turcos en el norte de Siria y pudo restablecer su poder allí. Bajo diferentes identidades y nuevos nombres, ISIS estuvo presente en estas regiones y pudo recuperarse parcialmente en el plano militar. Ahora ha establecido su sistema de gobierno bajo la bandera turca. En este sentido, el ciclo corría a su favor. Mientras tanto, ISIS se ha transformado internacionalmente en las “fuerzas armadas respaldadas por Turquía”. Este nuevo ISIS ahora se expande desde Turquía a las más diversas áreas del mundo.

En prisión, unos 11.800 de estos yihadistas esperan actualmente los efectos de esta nueva situación coyuntural. Entre ellos, hay 8.000 sirios, 1.800 iraquíes y 2.000 personas de otros países. Si recordamos que unos pocos cientos de miembros de ISIS han sido capaces de apoderarse de grandes ciudades como Mosul a través de su crueldad, podemos afirmar que es un número muy significativo, incluso si están en prisión en este momento.

Otra fuente de peligro son las mujeres de ISIS en los campos de internamiento y los miembros de la familia adoctrinados. Se trata de 11.000 extranjeros y 30.000 familiares de Siria e Irak, que vieron la derrota de Baghouz como una “retirada temporal”, y muchos de los cuales están esperando “el momento oportuno”.

Mosul: arteria principal de ISIS

Otro gran potencial para ISIS es el entorno rural de Mosul. Las unidades ISIS ocultas allí son algo así como la “arteria principal” del grupo. Son capaces de organizar ataques y lo están haciendo cada vez más. No es en absoluto absurdo decir que la situación actual va en esa dirección.

Tampoco hay que olvidar a los yihadistas de ISIS que se encuentran en las zonas controladas por el régimen sirio y han comenzado a ganar terreno, así como las decenas de miles de furiosos seguidores en las regiones árabes como Al Hol y Deir Ezzor, que “esperan su momento”.

Es probable que esta situación coyuntural cambie con las elecciones en Estados Unidos. Se discute que las alianzas y relaciones cambiarán en términos de profundidad e impacto, aunque no serán completamente alteradas. Joe Biden está más familiarizado con los acontecimientos en Medio Oriente, y su equipo tiende a tomar la iniciativa inmediatamente. Aunque todavía no podemos decir nada concreto, es previsible que la coyuntura cambie.

¿Confiarán los kurdos en Biden después de la traición de Trump?

Las verdaderas preguntas son: ¿recuperará Biden la iniciativa que Trump le dio a Turquía y otros estados en la lucha contra ISIS? ¿Permitirá la situación coyuntural diseñada por Turquía, que es esperada con ansiedad por ISIS? ¿Qué pasará si ISIS quiere crear una coyuntura por su propia cuenta? ¿Confiarán los kurdos en Biden después de ser traicionados por Trump en 2021, que ISIS pretender hacer su año?

Los dados se tiran de nuevo en la región. Las potencias internacionales dependen de los actores locales para hacer frente a los problemas de Oriente Medio. El mundo se enfrenta a una importante decisión: ¿serán aceptados como socios los kurdos, y con ellos el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que se ha distinguido en todo el mundo con su proyecto de solución democrática, basado en el modelo de confederalismo democrático, y que Trump ha descrito como “más peligroso que ISIS”?; ¿o se continuará la lucha conjunta con un “ISIS razonable” bajo el disfraz de “fuerzas armadas vinculadas a Turquía”? Así, quizás 2021 podría convertirse de nuevo en un año de lucha liderada por los kurdos y de victoria de la humanidad contra ISIS y su patrocinador, Turquía.

FUENTE: Dogan Cetin / ANF / Edición: Kurdistán América Latina