Agricultores de Afrin acusan a las milicias pro-turcas de incautar y tasar los cultivos de olivos

WASHINGTON – A finales de octubre, Farhan y sus dos hijos terminaron de empacar su cosecha de aceitunas para transportarla al centro de la ciudad de Afrin en el noroeste de Siria. Pero antes de hacerlo, reflexionaron sobre las posibilidades que les esperaban.

“¿Seremos capaces de vender nuestras aceitunas a un buen precio? ¿Los grupos armados nos impondrán impuestos adicionales?” se preguntaba Farhan, quien ha pedido que su verdadero nombre no sea revelado por razones de seguridad.

Farhan, de 61 años de edad, es un agricultor kurdo que posee una plantación olivarera a casi 16 kilómetros (10 millas) de Afrin, una región controlada por las milicias sirias apoyadas por Turquía desde 2018. La zona es conocida por su abundante aceite de oliva de alta calidad.

“Solíamos ganarnos bien la vida cultivando aceitunas”, contó a VOA a través de una aplicación de mensajería. “Pero en los últimos dos años, ha sido un verdadero desafío hacer nuestro trabajo sin la interferencia de los grupos armados”.

En enero de 2018, Turquía y sus aliados sirios invadieron la región de mayoría kurda para expulsar a los combatientes kurdos de las Unidades de Protección Popular (YPG), el principal elemento dentro de las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) respaldadas por los Estados Unidos.

Afrin, Siria

Turquía considera que las YPG y las SDF son extensiones del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con sede en Turquía, un grupo rebelde kurdo proscrito que Ankara y Washington consideran una organización terrorista.

Los gobiernos occidentales y los grupos internacionales de defensa de los derechos humanos han acusado a las milicias apoyadas por Turquía de crímenes de guerra, incluyendo el saqueo y robo de propiedades civiles en Afrin.

Fuente de ingresos

Los expertos dicen que las granjas de olivos de Afrin se han convertido en la principal fuente de ingresos de los diversos grupos armados presentes en la región.

“Hay unos 18 millones de olivos en la región de Afrin”, dice Khorshid Alika, un economista sirio que sigue de cerca los acontecimientos en el norte de Siria.

“Las milicias han estado imponiendo altos impuestos a los agricultores locales kurdos”, explica a VOA. “Hace poco, por ejemplo, los grupos armados que controlan la aldea de Kakhera (en Afrin) requisaron 2.000 barriles de aceite de oliva como tasas a los residentes de la aldea”.

Alika señala que cada barril de aceite de oliva vale actualmente unos 30 dólares en el mercado local, cifra confirmada por Farhan, el agricultor.

Agricultores recogen aceitunas durante la temporada de cosecha en la provincia occidental de Idlib (Siria) el 19 de noviembre de 2015. REUTERS/Ammar Abdullah

Mohammed Billo, un periodista de Afrin que ahora vive en el nordeste de Siria, ha explicado que las milicias que controlan las diferentes partes de Afrin tienen distintas maneras de beneficiarse de la producción de aceite de oliva.

“En mi aldea, las milicias se han apoderado esta temporada de todas las aceitunas pertenecientes a familias que han huido de sus hogares y tierras tras la invasión turca”, declara a VOA.

“Además de imponer tasas, las milicias también cobran a los agricultores en los puestos de control por el transporte de sus cosechas de aceitunas”, añade.

Cuando Farhan y sus hijos decidieron, finalmente, llevar su cosecha a la ciudad, fueron detenidos en tres puntos de control en el camino. “Estaban controlados por diferentes grupos, que la mayoría de las veces están en desacuerdo entre sí”, dice.

Farhan terminó pagando en los tres puntos de control para poder tener acceso a la ciudad.

“El dinero recaudado es tan escaso que tal vez sólo nos dure tres meses”, agrega Farhan. “No sé cómo sobrevivirá mi familia el resto del año”.

Un miembro del Ejército Libre Sirio inspecciona los bienes confiscados en un puesto de control durante el asedio a la ciudad kurda de Afrin, en la campiña de Alepo, el 30 de junio de 2013.

Exportaciones al extranjero

Según el economista Alika, los agricultores de Afrin sólo pueden vender sus cosechas de aceite a las milicias o a los representantes de las Cooperativas de Crédito Agrícola de Turquía.

«Turquía y sus aliados compran aceitunas a los agricultores locales a la mitad del precio de mercado, las recogen en una planta de extracción de aceite cerca de Afrin y luego las exportan a Turquía y, en última instancia, al mundo exterior», declara.

Varios medios de comunicación han informado de que se ha visto aceite de oliva producido en Afrin en tiendas de Europa y Estados Unidos.

Una fuente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Turquía dijo a VOA que «el suministro de aceite de oliva producido en la región al mercado mundial a través de Turquía se realiza de manera segura. La población local procesa las aceitunas que recogen en las fábricas de la región, y reexportan el aceite de oliva producido a terceros países a través de Turquía. Nuestro país sólo desempeña un papel de facilitador del tránsito».
La fuente añadió que «las aceitunas y el aceite de oliva producidos en Afrin llegan al mercado mundial a través de Turquía, y su venta interna en Turquía está prohibida. Turquía no obtiene ningún beneficio económico de esta actividad. Todos los ingresos se destinan a los productores locales de Afrin. Con estos esfuerzos, Turquía pretende generar ingresos para los locales y mantener viva la economía local en la zona de operaciones despejada del terror en Siria».

«Propaganda negra» contra Turquía

Sin embargo, en noviembre de 2019, el Ministro de Relaciones Exteriores de Turquía, Mevlut Cavusoglu, dijo durante una sesión parlamentaria que las acusaciones de robar las aceitunas de Afrin son «propaganda negra» contra Turquía.

«Las aceitunas en Siria están siendo reexportadas a través de nosotros, y los ingresos de aquí están siendo distribuidos a los propietarios de las tierras. Así que no hay robo ni nada parecido. El robo de aceitunas y otras acusaciones son parte de la propaganda negra», dijo.

Un año antes del comentario de Cavusoglu, el Ministro de Agricultura y Silvicultura de Turquía, Bekir Pakdemirli, dijo al parlamento que habían entrado en el país 600 toneladas de aceitunas de Afrin hasta noviembre de 2018.

«No queremos que los ingresos caigan en manos del PKK», dijo. «Queremos que los ingresos de Afrin nos lleguen a nosotros. Esta región está bajo nuestra hegemonía».

Ali Kenanoglu, un legislador del pro-kurdo Partido Democrático de los Pueblos (HDP), afirma que en el parlamento turco se ha discutido varias veces sobre el aceite de oliva de Afrin.

«Cuando preguntamos sobre este tema, ellos (el partido AKP en el poder) se defienden apelando a sentimientos nacionalistas como, “¿Y qué? En lugar de caer en manos de los terroristas del PKK y las YPG, se han convertido en un beneficio para nuestro país», afirma.

«La mayor parte de los ingresos de estas aceitunas se transfieren en gran medida a las fuerzas del Ejército Libre Sirio (FSA), respaldadas por Turquía, y se utilizan para su financiación», dijo Kenanoglu a VOA. «Esto se ha convertido en un recurso para apoyar a los rebeldes del FSA en Siria».

VOA News – Sirwan Kajjo & Ezel Sahinkaya – Traducido por Rojava Azadî Madrid

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