“Cuando las mujeres son fuertes, pueden protegerse a sí mismas”

Si bien las formas de violencia contra las mujeres difieren entre sí según el lugar en el que viven, el efecto es el mismo. Las mujeres, que han sido sometidas a violencia económica, política, física y psicológica debido a la mentalidad patriarcal, están tratando de construir su vida, oponiéndose a la violencia en su contra.

Las mujeres que viven en Oriente Medio también están sometidas a todas las formas de violencia. La aldea de Jinwar, ubicada en el norte y este de Siria, es un lugar importante para las mujeres que son víctimas de violencia. Las víctimas del sistema predominantemente masculino se refugian en el pueblo y tienen una vida comunitaria. El número de mujeres víctimas de la violencia es muy elevado.

Zeyneb Siri, de 29 años, es una de estas mujeres. Ella es del distrito de Yüksekova, de la provincia de Hakkari, del Kurdistán del Norte (Bakur, sudeste de Turquía). Zeyneb vive en Jinwar desde hace cuatro años.

“He tenido una buena vida en este pueblo con mi hijo durante cuatro años. Amo este pueblo. Nos autogobernamos. Satisfacemos nuestras necesidades vitales mediante la agricultura. Tenemos un centro médico, una tienda y una panadería. Soy un parte de la seguridad de la aldea y la protejo la aldea”, nos dijo Zeyneb.

Antes de refugiarse en el pueblo, Zeynep fue objeto de violencia por parte de su padre y sus hermanos. “Me obligaron a casarme cuando tenía 15 años. Tuve una vida desafiante y mala. Siempre soñé con una vida hermosa debido a los desafíos que enfrenté. Me quedé en Makhmur durante 10 años. Luego, decidí venir a Rojava y me instalé en la aldea de Jinwar”, nos contó.

En la aldea, Zeynep va a la escuela. “Soy a la vez madre y padre de mi hijo. Me paro sobre mis propias piernas. Satisfago nuestras necesidades. No hay violencia masculina en el pueblo. Muchas víctimas de la violencia masculina viven en el pueblo. Tenemos una vida feliz juntas”, resumió.

Y agregó: “Mi padre no me permitió ir a la escuela. Solo permitió que nuestros hermanos fueran a la escuela. Voy a la escuela en el pueblo y aprendo kurdo y árabe. Quiero mejorarme y construir una vida libre en el pueblo”.

“Cuando las mujeres son fuertes, pueden protegerse a sí mismas –nos aseguró Zeynep-. Las mujeres deben rechazar la esclavitud y la violencia que se les impone. Si aceptan la esclavitud, seguirán enfrentándose a la violencia. Las mujeres no necesitan a los hombres para mantener sus vidas”.

Para Zeynep, “puedo protegerme a mí misma y a las personas que me rodean. Cuando escucho las historias de las mujeres que viven en el pueblo, entiendo por qué las mujeres deben empoderarse. Hacemos de todo en el pueblo y no necesitamos hombres”.

A su vez, recordó: “Intentaron presionarme pero no lo acepté y nunca lo aceptaré. Amo mucho este pueblo porque no hay hombres en este pueblo. Quiero que las mujeres se desarrollen y defiendan sus derechos. Las mujeres ya no deberían ser asesinadas”.

FUENTE: Ebir Muhemed / JINHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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