Entrevista al internacionalista catalán Rok Brossa, que se encuentra en Rojava (Kurdistán sirio), y denuncia la ocupación militar de Turquía de varias ciudades de la región.
-El 9 de octubre comenzó la operación de ocupación de Rojava. ¿Cómo viene respondiendo la resistencia hasta ahora?
-La situación de la resistencia es dura, sin duda. Observamos un frente diferente al que están acostumbradas las YPG/YPJ. Estas unidades se formaron para combatir al Estado Islámico (ISIS). Ahora nos encontramos con un frente de batalla similar al que vimos anteriormente en Afrin. Es un frente en el que, por un lado, hay un ejército con alta tecnología patrocinado por la OTAN -aviones de combate capaces de bombardear cualquier parte del territorio, drones que pueden bombardear a distancia, vehículos blindados, tanques-, y una infantería dirigida por grupos islamistas pagados por el régimen turco. Sádicos que, por los videos que hemos visto, no sienten remordimiento cuando ejecutan a civiles, decapitan o mutilan cuerpos de mujeres. Acciones bárbaras que habíamos visto una y otra vez con Al Qaeda, ISIS, Al Nusra. Son los mismos soldados que ahora, apoyados por la bandera turca, realizan las mismas matanzas en Rojava.
Es un frente duro, y los diferentes acuerdos internacionales también están causando incertidumbre en el frente. Primero, la retirada de las fuerzas norteamericanas, luego los acuerdos con Rusia. Sin duda, la población es la que más sufre: el número de refugiados es tremendo. Donde estamos ahora, en la escuela de Tel Tamir, los pabellones están llenos de gente que huye.
Como ocurrió en Afrin, las fuerzas turcas atacan las infraestructuras de agua y comunicaciones. La población civil está sufriendo muy dura y cruelmente, especialmente los que se han visto obligados a huir, y ahora tienen sus casas ocupadas y saqueadas por grupos islamistas con los que Erdogan pretende implementar su ley y orden, para expandir el imperio otomano con el que tanto sueña.
-Entre la deserción americana, los acuerdos preliminares con Assad y Rusia, se demuestra una vez más que las montañas son las únicas amigas del pueblo kurdo…
-Sin duda, los acuerdos internacionales están desempeñando un papel central. Dañan a la sociedad y al proceso revolucionario de Rojava. Hemos visto cómo los Estados Unidos han traicionado todas sus promesas de detener los avances turcos. Hemos visto que Rusia tiene interés por alejar a Turquía de la OTAN, y por eso está dispuesta a aceptar varias contradicciones. Sacar a Turquía de la órbita de la OTAN es un fuerte golpe para Occidente.
Al final, hablamos de una guerra en varios niveles. Por un lado, tenemos la guerra local de los diferentes grupos que luchan por defender el territorio; también tenemos una guerra política, una redefinición de Oriente Medio, grandes poderes como Turquía o Irán están tomando posiciones relevantes. Por otro lado, también tenemos la lucha por el control de la hegemonía de Oriente Medio entre Rusia y los Estados Unidos.
El pueblo kurdo ha sido sacrificado y utilizado como moneda de cambio entre los diferentes actores. Una situación que se ha venido repitiendo a lo largo de la historia. Sin embargo, no es cierto que sólo tiene a las montañas como amigos. Estamos viendo una gran movilización internacional, manifestaciones por todo el mundo.
Cuando haces una revolución contra el patriarcado, contra el capitalismo, contra el Estado nacional, no puedes contar con el apoyo de otros estados. Por eso sabíamos desde el principio que la revolución de Rojava era un paso arriesgado, pero una revolución nunca es un camino fácil. Rojava se ha preparado lo mejor que ha podido para afrontar estos días. Las fuerzas de autodefensa están preparadas e intentaremos defender este proyecto a toda costa.
-Siguen apareciendo pruebas de los crímenes de guerra cometidos por los grupos salafistas y el ejército turco. Si miramos hacia Occidente, el silencio sobre estos temas es generalizado.
-Vemos que en Europa, en algunos países, ha habido declaraciones de condena, pero al final es solo eso. Estamos hablando de un sistema global de hegemonía de los Estado-nación, que siempre se apoyarán mutuamente. La hegemonía del modelo de Estado-nación se basa en aceptar sólo estructuras similares a las suyas, de modo que cualquier proyecto que desafíe la hegemonía de este modelo será enemigo de cualquier Estado. Además, Turquía es un Estado muy importante en términos económicos. No debemos olvidar que han estado en la puerta de la Unión Europea (UE) durante muchos años, el comercio con Europa tiene mucha influencia.
La comunidad internacional no presionará realmente para investigar los crímenes de guerra que Turquía está cometiendo. Hay informes médicos del Dr. Abbas Mansouran, un médico internacionalista que ha pasado muchos años sobre el terreno. En ese informe se afirma claramente que el tipo de quemaduras que sufre la población se derivan de armas químicas (fósforo blanco). No sabemos hasta qué punto estos crímenes serán realmente investigados. Ya se han presentado dificultades por parte de la comunidad internacional para iniciar la investigación, por lo que sabemos que no podemos contar con ellos para detener esta guerra, sólo para hacer buenas declaraciones… y llegar a ninguna parte.
Lo que nos importa es que los movimientos revolucionarios y la gente que está dispuesta a mostrar su apoyo permanezcan en las calles, sigan mostrando su rechazo a aceptar esta ocupación militar. Cuando hablamos de construir una revolución internacionalista, sabemos que no podemos contar con los estados, debemos contar con los pueblos y con la solidaridad entre los pueblos.
-¿Qué pasa con el alto el fuego que nunca salió del papel?
-El supuesto alto el fuego de 150 horas coordinado primero por los Estados Unidos, y después por Rusia, nunca existió en absoluto. Era una advertencia a Turquía para que no fuera más allá de lo acordado. Dado que cualquier operación militar importante en Siria siempre es consensuada de antemano por las dos grandes potencias, no se da ningún paso que no haya sido previamente acordado.
Por ello, las reuniones y negociaciones que tuvieron lugar antes de la operación “Primavera de Paz” fueron decisivas para delimitar el radio de acción de Turquía. Vimos que el día anterior, los estadounidenses se retiraron. Así que este alto el fuego es sólo para advertir a Turquía de que tiene que reducir un poco la velocidad, pero puede seguir bombardeando, masacrando y asesinando a la población civil. No ha habido un día en que el bombardeo haya cesado.
-¿Cuáles son las opciones del proyecto revolucionario de Rojava a la luz del escenario de reintegración al Estado sirio? ¿Hay elementos del proyecto que perduren o se prevén grandes retrocesos?
-El acuerdo con el Estado sirio es otro giro de los acontecimientos, algo que se viene fraguando desde hace varios años. Ya en Afrin hubo también contactos y negociaciones diplomáticas. La Federación Democrática del Norte y el Este de Siria ha dejado claro que quiere construir un proyecto en Siria, construir una Siria democrática y defender el territorio.
Esto incluye inevitablemente negociaciones para democratizar el Estado sirio. Esto no tiene por qué significar una guerra, es obvio que el modelo de Estado-nación es muy apreciado por las lógicas totalitarias de todo el mundo, más evidente en algunos países que en otros. El modelo centralista que Occidente impuso en Oriente Medio, con este modelo de Estado-nación basado en el colonialismo, como lo fue el acuerdo Sykes-Picot que ahora tiene poco más de un siglo. Es un modelo que no se ajusta a la realidad de la población de Oriente Medio.
Este modelo europeo de Estado, de bandera, ni siquiera funciona en Europa, y mucho menos en las sociedades multiétnicas y multiconfesionales. Lo que se persigue son acuerdos que permitan la convivencia democrática dentro de Siria. El acuerdo con el Estado sirio supondrá tener que negociar, tener que renunciar a ciertas cosas, pero también progresar.
Por ejemplo, en estos acuerdos se dice que las FDS (Fuerzas Democráticas de Siria) formarán parte del Ejército Árabe Sirio, y eso sería un paso que cambiaría el Estado sirio. Ahora, ni siquiera el Estado puede negar la identidad kurda. Vemos en las declaraciones de Bashar Al Assad que se refiere directamente al pueblo kurdo, algo que no sucedía antes. El mero hecho de entrar en el ejército nacional ya plantea interrogantes.
Como su nombre es “Ejército Árabe Sirio”, una vez que se integren las identidades kurda, asiria y otras, habrá que reconocer a esas mismas personas, y esto es un poco el comienzo de las negociaciones. La Administración del Norte y Este de Siria (AANES) ha logrado construir un proyecto de autonomía que el Estado se ve obligado a reconocer, y esto en sí mismo es también una democratización del Estado. Primero tenemos que tratar con esta invasión turca y luego necesitamos una negociación política con Damasco y entender cómo llevar a cabo esta reestructuración.
-¿Y sobre proyectos como Make Rojava Green Again y la aldea de mujeres Jinwar?
-Los tres pilares del Confederalismo Democrático son la ecología social, la liberación de las mujeres y la democracia comunal. Estos son puntos no negociables a la hora de desarrollar una sociedad democrática. Y es importante desarrollarlos a nivel práctico. Sin duda, Jinwar es un ejemplo pionero en todos estos aspectos. Con la campaña MRGA, no sólo tenemos el proyecto de reforestación con el que iniciamos la campaña, sino que en los últimos meses estamos tratando temas como el reciclaje de agua y un proyecto piloto de energía solar. Estos proyectos son muy importantes a la hora de desarrollar la revolución de Rojava.
Pero, obviamente, cuando la guerra comienza, es difícil mantener esos trabajos. Cuando caen las bombas es difícil pensar en la ecología. Incluso Jinwar tuvo que ser evacuada debido a su proximidad a la frontera. Los tanques turcos ya están estacionados cerca de allí.
Es importante mantener este trabajo. Seguiremos informando sobre la situación de Jinwar y MRGA. En este momento, el enfoque está en detener la ocupación militar de Turquía.
-A través de “Diarios de la resistencia”, tú y otros internacionalistas habéis viajado por diferentes pueblos y zonas de guerra. Las imágenes de “Diarios de la resistencia” son devastadoras, ¿cómo encuentras a los que están resistiendo allí?
-Los “Diarios de la resistencia” son un proyecto que ya había comenzado con la ocupación de Afrin. En especial, pretendemos documentar e informar sobre la situación de la población civil frente a estas ocupaciones y ataques militares. Las imágenes que vemos son muy duras.
Tratamos de cubrir los diferentes aspectos de la crisis humanitaria que estos ataques provocan. Desde el enorme número de desplazados internos hasta la situación médica de los hospitales, que funcionan como pueden. Tratamos de exponer y documentar la vida cotidiana y lo que significa vivir bajo ocupación militar. Cada día, hay pueblos que tienen que ser evacuados. Gente que es asesinada, y se hace difícil encontrar tiempo para procesar toda la documentación que tenemos. Las dificultades con internet, con los continuos cortes de energía, tampoco ayudan.
Aquí en Tell Temir, incluso frente a todas las adversidades, las familias kurdas son incansables en su forma de acogernos. Las condiciones que nos ofrecen para hacer nuestro trabajo son extraordinarias. Parte del proceso es también pasar tiempo con ellos y comprender cómo es la realidad de estas familias. También tenemos mucha documentación inédita, aunque en el futuro compartiremos todo el material que estamos grabando y recopilando.
-¿Algún mensaje que quieras dejar a aquéllos que han estado apoyando la campaña #RiseUp4Rojava?
-Después del 2 de noviembre y del éxito del Día Mundial de la Resistencia, decidimos hacer un nuevo llamamiento mundial para la unión con la resistencia de Rojava. Hicimos un breve vídeo donde varios internacionalistas de diferentes ámbitos de Rojava nos cuentan lo que está pasando.
Es importante defender este proyecto como fuente de inspiración para diferentes colectivos y organizaciones políticas de todo el mundo. Es importante pensar e imaginar qué tipo de sociedad tenemos que construir y no sólo dejarla en el plano teórico, sino ponerla en práctica. Es importante aprender lo que significa construir un proceso revolucionario.
Esto significa enfrentarse a las contradicciones y dificultades que surgen, y por eso estamos aquí. Lo que se está construyendo en Rojava es un nuevo capítulo en la historia del internacionalismo revolucionario. En el pasado pudimos ver algunos movimientos similares, como en la guerra civil española y, más recientemente, sin duda tenemos que hablar del hito creado por la revolución zapatista.
El llamamiento es a mantener la solidaridad, esta esperanza, y a apoyar la defensa de una revolución que pueda dar paso a un mundo nuevo.
FUENTE: Bruno Garrido / Guilhotina.info / Traducción: Rojava Azadi Madrid