El alto el fuego en Qamishli permite a los kurdos controlar más territorio en el norte de Siria

Las fuerzas gubernamentales sirias y kurdas acordaron un alto el fuego tras tres días de intensos combates que dejaron como saldo más de 26 civiles muertos.

De acuerdo con el documento de la tregua, las fuerzas kurdas podrán mantener el territorio capturado en Qamishli durante los días de enfrentamientos. Ambas partes liberarán a los prisioneros tomados durante los combates.

La lucha que estalló la semana pasada entre las fuerzas kurdas y sirias fue descrita como la más grande desde que comenzaron los levantamientos y la posterior guerra civil en Siria en el año 2011. Durante los enfrentamientos, las fuerzas de seguridad kurdas tomaron el control de una serie de posiciones clave controladas por el gobierno en Qamishli, incluyendo su principal prisión.

Barakat Canaán, el ministro regional de Interior kurdo-sirio, dio a conocer los términos de la tregua el domingo e informó que 17 civiles y 10 milicianos kurdos fueron asesinados la semana pasada.

Por su parte, el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos informó que 22 miembros de las fuerzas del gobierno murieron y 80 fueron capturados como prisioneros. También indicó que 23 civiles fueron asesinados por los bombardeos del gobierno sobre las áreas controladas por los kurdos.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos tuvo acceso a una copia del acuerdo e informó que “cada bando conservará los territorios bajo su control”. Autoridades kurdas y medios de comunicación informaron que el territorio arrebatado al gobierno central no será devuelto.

El pacto agrega que los empleados del Estado sirio no deben ser amenazados o privados de sus salarios, y que los jóvenes kurdos no deben ser reclutados para unirse a “unidades de protección locales que pertenecen al régimen”.

Damasco mantiene una fuerte presencia administrativa y todavía paga salarios a empleados públicos en Qamishli, una de las ciudades más grandes de la provincia de Hasakah en la región noreste de Siria, contigua a Turquía e Irak.

El acuerdo también incluye una revisión de la estructura de las fuerzas pro-gubernamentales que se encuentran en Qamishli y garantiza que Damasco no interferirá en la sociedad local, aunque no se proporcionó más información sobre la ejecución de estas medidas.

El pacto también añade que se abonará una indemnización a los civiles que perdieron familiares o sufrieron daños materiales durante los bombardeos del gobierno.

Qamishli se encuentra en la base de las Montañas Taurus de Turquía, una gran cadena montañosa que se extiende a través del sur de este país. La zona se encuentra controlada por las fuerzas de seguridad kurdas. Las fuerzas del gobierno de Assad todavía mantienen el control sobre algunas áreas en el centro de la ciudad, incluyendo su aeropuerto.

Las fuerzas kurdas dominan amplias zonas del norte de Siria, y han establecido su propio gobierno. Siria se ha convertido en un mosaico de áreas controladas por el gobierno, otras por una serie de grupos rebeldes, otras en manos de militantes de Estado Islámico, y otras dominadas por la milicia kurda.

Mientras tanto, los mediadores continúan sus esfuerzos por mantener en vigor una tregua a nivel nacional. Todas las facciones enfrentadas están sumidas en la desconfianza y sospechan que alguna de las partes romperá el acuerdo de cese de las hostilidades negociado el 27 de febrero.

El viernes, Staffan de Mistura, el enviado especial de la ONU para Siria, estimó que alrededor de 400.000 personas murieron en los últimos cinco años de guerra civil. Mistura instó a los actores clave en la guerra a que colaboren en salvar el acuerdo de alto el fuego. También explicó que el número de muertos es una estimación propia y no una estadística oficial de la ONU.

El enviado afirmó que seguirá presionando a las partes para sostener las conversaciones de paz esta semana, sin tener en cuenta “las preocupantes violaciones en el territorio”.

FUENTE: Tess Owen / Vice News / Reuters ha contribuido a este artículo.