El gobierno turco redobla la represión y destituye a ocho concejales kurdos

El gobierno de Turquía continúa con su política represiva contra el movimiento kurdo del sudeste del país. Hace más de una semana, el Ejecutivo destituyó de forma ilegal a los co-alcaldes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en los municipios  de Amed, Mardin y Van.

Luego de aplicar esta medida punitiva, la administración de Recep Tayyip Erdogan ordenó una represión indiscriminada en las principales ciudades del Kurdistán turco, donde hasta ahora fueron detenidas al menos 400 personas.

Este lunes se conoció que el ministerio del Interior anunció la destitución de Ercan Yılboğa, miembro del consejo municipal de Tusba; de Savaş Engu, Sevinç Şeker y Atiye Sen, del consejo municipal de Edremit; y de Necmettin Sahin, Pinar Demir, Hulya Darak y Mehmet Siddiqui Moraner, del consejo de la municipal de Çaldıran.

La única justificación por parte del ministerio fue indicar que la decisión fue tomada sobre la base de una investigación en curso sobre los ocho concejales.

Por su parte, la co-alcaldesa de Van, Bedia Özgökçe Ertan, destituida de manera ilegal, denunció que los interventores enviados por Ankara el año anterior, cuando se apoderaron de otros municipios, como legado dejaron la usurpación y la corrupción.

“Hemos sido escogidos para representar la voluntad popular. El pueblo de Van, Diyarbakir (Amed) y Mardin fue a las urnas y votó por el HDP para rechazar a los fideicomisarios”, recordó Ertan, en referencia a los comisión del pasado 31 de marzo.

Luego de esas elecciones, “nos hicimos cargo de los ayuntamientos con una deuda de 1.200 millones de liras turcas –detalló la co-alcaldesa-. El legado de los fideicomisarios que hemos visto durante estos cuatro meses tras volver a ganar las elecciones es corrupción, irregularidades e injusticia. Hemos informado a los fiscales al respecto. El pueblo continuará exigiendo que los responsables rindan cuentas y respondan ante la ley”.

Ertan apuntó contra los interventores estatales y dijo que “es un crimen comprar un vajilla por 48.000 liras turcas, hacer que tres tenderos ganen dos, tres y cinco millones de liras turcas, respectivamente, gracias a contratos directos en el mismo día. Hemos estado mostrando estas corruptelas. La destrucción causada por los fideicomisarios es mucho más grande de lo que podemos contar”.

Pese a la represión del gobierno, en varias ciudades del Kurdistán turco continúan las acciones y protestas contra las medidas impuestas por Erdogan. En una cantidad importante de ciudades de Europa también se realizan movilizaciones en rechazo a la destitución de co-alcaldes y concejales del HDP.

FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina