“El PKK puede proporcionar una solución pacífica y democrática”

Cemil Bayik, copresidente del Consejo Ejecutivo de la Unión de Comunidades de Kurdistán (KCK), pidió a Europa que se ponga del lado de los kurdos, en un artículo que escribió para el periódico comunista francés  L’Humanité y que fue publicado ayer.

En el artículo, Bayik recordó el 42 aniversario del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK) y explicó que la organización “tiene una estrategia para resolver la cuestión kurda de manera pacífica y democrática dentro de las fronteras de los estados existentes basada en garantías constitucionales”.

“En este sentido –escribió Bayik-, en la historia, como todas las organizaciones que luchan por el reconocimiento de sus derechos, nuestro movimiento es un movimiento por la libertad. Como ha dictaminado la justicia belga, el PKK es parte de un conflicto no internacional”.

El copresidente de la KCK subrayó que el PKK “es una fuerza armada no estatal: en este sentido, no se enmarca en el marco del terrorismo. En consecuencia, creo que es hora de abolir las leyes y prohibiciones que criminalizan al PKK y a los kurdos, que dificultan la vida común de los pueblos, imposibilitan la integración e impiden la estabilidad en la región y en Turquía”.

Bayik se refirió en particular a la “inclusión del PKK en la lista de organizaciones terroristas” y argumentó que esto “tuvo lugar en un momento en que el PKK había suspendido la lucha armada para promover una solución democrática por la vía política”.

El también comandante del PKK agregó: “Esta fue una decisión puramente política. En tres casos separados concluidos en Bélgica en 2019, y en un caso concluido por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, se dictaminó que ‘el conflicto entre el PKK y el Estado turco es una guerra bilateral’; que el PKK no puede ser considerado una organización terrorista”.

Bayik expresó además que “aprovechando el caos en el Medio Oriente, Turquía lleva a cabo operaciones de ocupación enviando los grupos islamistas radicales que forma a Siria, Libia, Irak y los países del Magreb. Provoca inestabilidad y tensiones con políticas agresivas en el Mediterráneo contra Grecia, Francia, Egipto, Chipre e Italia. Realiza una política de chantaje, al declarar que los refugiados que han huido de la guerra se dirigen hacia Europa. En esta etapa, Turquía sigue políticas hostiles no solo hacia el pueblo kurdo, sino contra toda la región y la Unión Europea”.

Ante este panorama, apuntó que “la inclusión del PKK en la lista de organizaciones terroristas y las prohibiciones en su contra por parte de la Unión Europea” se ha convertido en realidad “en un medio básico para legitimar las políticas autoritarias, expansionistas y antidemocráticas de Turquía. La lista de organizaciones terroristas y las prohibiciones contra el PKK también alientan la continuación de la guerra del Estado turco contra el Kurdistán y constituyen un obstáculo para una solución pacífica. Así pues, el Estado turco criminaliza a todos los kurdos sobre la base del terrorismo”.

FUENTE: L’Humanité / ANF / Edición: Kurdistán América Latina