“Erdogan está más preocupado por reprimir a los kurdos que por el rescate humanitario”

El profesor de Islamismo e Historia del Mundo de la Universidad de Queens, en Canadá, Ariel Salzmann, asegura que la intervención de Turquía en la guerra siria ha consumido unos recursos que han dejado de asignarse en los planes antisísmicos.

-¿Por qué Turquía estaba tan mal preparada para el terremoto y por qué está costando tanto la llegada de ayuda humanitaria que está multiplicando la devastación?

-Aunque la vulnerabilidad era conocida desde hace tiempo, era imposible predecir un terremoto tan devastador. Dado el tamaño de la región y la cantidad de pueblos que ahora permencen inaccesibles, dentro de una zona que abarca a unos 13,5 millones de personas, un experto turco, Övgün Ahmet Ercan, ha estimado que el número de muertos aumentará considerablemente a medida que se retiren los escombros.

Si Turquía estaba mal preparada -dada la tragedia del terremoto de Izmit de 1999- también tiene que ver con las operaciones militares en curso en esta región: Turquía ha intervenido en la guerra civil siria y sigue apoyando a grupos islamistas (el Ejército Sirio Libre). En su esfuerzo por destruir a las Fuerzas de Autodefensa kurdas y al Partido de la Unión Democrática (PYD), entre 2016 y 2020, sus bombardeos y soldados obligaron a miles de sirios a abandonar la región, incluidas ciudades como Afrin e Idlib, las más afectadas por los terremotos actuales. Turquía sigue ocupando parte de Siria y ha desplegado su policía paramilitar dentro de estas zonas. El hecho de que el gobierno turco no haya facilitado la llegada de ayuda internacional a la zona, regiones que permanecen bajo alguna forma de ocupación turca, puede constituir en realidad un crimen de guerra.

-¿Han fallado las normas de construcción en Turquía?

-Las campañas municipales de las ciudades más grandes y ricas de Turquía -como Estambul- han estado reconstruyendo apartamentos para que cumplan las nuevas normativas y sean más resistentes a los terremotos, especialmente tras el seísmo de 7,4 que sacudió Izmit, en 1999. En las zonas periféricas, es evidente que estas normas y los esfuerzos por determinar la idoneidad de los terrenos edificables han sido mucho menos rigurosos. Sobre todo en ciudades como Marash (Karamanmarash), donde hay muchos refugiados sirios, cabe suponer que la demanda de viviendas y la disposición de los contratistas a construirlas de forma rápida y barata han hecho que las normas sean aún más laxas. La corrupción y el amiguismo, especialmente en el sector de la construcción, se han convertido en una marca registrada del gobierno de Erdogan.

-¿Está haciendo todo lo que puede el gobierno turco para agilizar el rescate?

-Algunas tropas han sido trasladadas desde bases en el norte de Chipre para contribuir a las labores de rescate. También se están utilizando aviones militares, entre ellos más de una docena de helicópteros; sin embargo, el total está muy por debajo de lo que se necesita y de lo que podría y debería desplegarse dados los problemas logísticos y la escala e intensidad de la ayuda humanitaria necesaria, en un invierno especialmente frío. El hecho es que Turquía tiene un Ejército de alrededor de medio millón de hombres, sin mencionar las nuevas fuerzas paramilitares que están desplegadas dentro y fuera del país. El problema es que el gobierno de Erdogan sigue más preocupado por la securitización que por el rescate humanitario: reprimir al movimiento kurdo en Siria (que nunca ha montado operaciones dentro de la propia Turquía) y al PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) en Irak, así como intimidar y encarcelar a los líderes del partido democrático popular kurdo legal HDP ha sido su prioridad. La discriminación también desempeña un papel. Los gobiernos turcos anteriores y actuales tienen un historial de abandono económico en esta región más amplia, entre Hatay y Diyarbakir, donde los kurdos y los alevíes constituyen una gran parte de la población.

-Erdogan anunció una ayuda económica para cada familia afectada por los seísmos de 10.000 liras turcas (unos 500 euros). ¿Cree que puede aplacar así el malestar?

-Hay elecciones en mayo y Erdogan está preocupado. Se enfrenta a las críticas de los partidos de la oposición, tanto el derechista IYI como los socialdemócratas CHP y su líder Kemal Kılıçdaroğlu. Argumentando que los medios sociales están difundiendo información “falsa” sobre la zona del terremoto, ha cerrado Twitter y ha detenido a periodistas y fotógrafos. El hecho de que anunciara esta oferta de una pequeña suma de dinero en liras turcas que -dadas las actuales tasas de inflación y devaluación de la lira- valdrá mucho menos de 500 euros para cuando llegue a los necesitados, carece de sentido. Antes del terremoto, las familias de toda Turquía luchaban por llegar a fin de mes debido al aumento del coste de los alimentos, los medicamentos y el alquiler. Gracias a la mala gestión y al amiguismo generalizado para proteger los negocios e intereses de los leales al partido y de su familia, la economía de Turquía está en crisis. Además, ha hecho mucho por desmantelar el Estado: la burocracia está llena de nuevos cuadros cuya lealtad al partido supera con creces su competencia y capacidad de gestión.

-Más de 45 países han ofrecido su ayuda. ¿Cómo se gestiona esta ayuda y los equipos de rescate internacionales?

-En realidad existe una diplomacia del terremoto. Tras anteriores terremotos en la zona del Egeo de Turquía, Grecia e Israel, países que han tenido una relación tenue con Turquía han sido de los primeros en dar un paso al frente para ayudar, enviando equipos de rescate y suministros.

FUENTE: Jesús Buitrago / La Razón

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