Erdogan: prisionero de su alianza con el nacionalista turco Bahçeli

Devlet Bahçeli, el rey de la política turca para algunos -que decide las cuestiones de seguridad para otros-, es, para muchos observadores, la eminencia gris que mueve los hilos del gobierno de Recep Tayyip Erdogan.

Endurecimiento contra la oposición pro-kurda, una política exterior más vigorosa: Bahçeli no es miembro del gobierno y su Partido de Acción Nacionalista (MHP) solo obtuvo 11% en las últimas elecciones de 2018, pero su influencia es considerable.

Ante la erosión de su popularidad, en un contexto de dificultades económicas, Erdogan podría necesitar más que nunca el apoyo del MHP y de Bahçeli para tener una oportunidad de presentarse a un tercer mandato presidencial.

Con 73 años, este político de voz áspera, que se presenta como “hombre del pueblo”, sigue siendo para muchos un misterio a pesar de su presencia a la cabeza del MHP desde 1997.

Sus críticos reprochan a Erdogan haberse inclinado más a la derecha al ceder al chantaje a los votos de Bahçeli, aun cuando le concediera favores impopulares.

El año pasado, cuando la pandemia de coronavirus se extendió, Bahçeli obtuvo la liberación de un barón de la mafia cercano a él, en el marco de una amnistía para algunos detenidos.

Desde 2016, “la posición de Bahçeli marca el tono de las políticas del AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo, islamo-conservador, en el poder)”, considera Idris Sahin, un antiguo ejecutivo del AKP, que es ahora vicepresidente del partido de oposición DEVA.

El MHP no tiene ministerios en el gobierno, pero el influyente ministro del Interior, Süleyman Soylu, es uno de los favoritos de los dirigentes del partido. Cuando Soylu quiso dimitir el año pasado ante las críticas contra su gestión del primer confinamiento parcial del país, Bahçeli y el MHP acudieron en su ayuda.

Erdogan rechazó su dimisión y Soylu salió fortalecido de ese episodio.

¿Socio de peso o lastre?

La influencia de Bahçeli volvió a la luz en marzo, cuando un fiscal presentó ante el tribunal constitucional una solicitud de prohibición del partido pro-kurdo HDP.

El líder nacionalista llevó a cabo una campaña a favor de esta prohibición y la apertura del procedimiento se anunció la víspera del congreso del MHP, y los opositores de Erdogan vieron en ella un “regalo” a su socio nacionalista.

El MHP actúa como un nuevo “consejo de seguridad nacional”, afirma el politólogo Burak Bilgehan Özpek, en referencia a una poderosa institución que antes tomaba las decisiones de seguridad y defensa en Turquía.

Sin embargo, el AKP, nacido del islam político y el MHP -anclado en la extrema derecha-, difieren en varios puntos, y a veces Bahçeli no tiene la última palabra.

Por ejemplo, defendió sin éxito el retorno de una prestación de juramento nacionalista en las escuelas, suprimida por Erdogan en 2013.

“La Alianza del Pueblo”, el nombre de la coalición informal entre el MHP y el AKP, sólo fue posible tras un cambio de opinión de Bahçeli sobre el régimen presidencial, deseado por Erdogan, al que inicialmente se oponía.

Turquía pasó en 2018 a este régimen presidencial que otorga poderes muy amplios a Erdogan.

Según el investigador Berk Esen, el apoyo del MHP al nuevo sistema permitió a sus partidarios entrar masivamente en la función pública.

Sin embargo, algunos expertos y diplomáticos occidentales se preguntan si Bahçeli es un socio de peso o un lastre para Erdogan.

Después de haber descartado a sus antiguos aliados, incluidos los liberales pro-occidentales, sólo quedan ultranacionalistas a su alrededor.

FUENTE: AFP / Edición: Kurdistán América Latina

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