Falleció uno de los aldeanos kurdos lanzado por soldados turcos desde un helicóptero

El 11 de septiembre de 2020, soldados turcos detuvieron a los aldeanos Servet Turgut, de 55 años, padre de siete hijos, y a Osman Şiban, de 50 años, padre de ocho hijos, en el distrito de Catak, en la provincia kurda de Van, en el sudeste de Turquía. Durante dos días, sus familias no recibieron noticias de ellos. El 13 de septiembre, se les informó que ambos detenidos estaban en cuidados intensivos en el Hospital Regional de Van, en estado de inconsciencia. Una delegación del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) se reunió con los familiares de Turgut y Şiban en el hospital y se enteraron de que ambas personas fueron llevadas en helicóptero y golpeados. Según los testimonios de los medios de comunicación y recopilados por los diputados del HDP, Turgut y Şiban fueron torturados y arrojados desde un helicóptero.

El 14 de septiembre, Cengiz Şiban, hermano de Osman Şiban, aseguró a la prensa que su hermano fue detenido frente suyo. “Se llevaron a Servet y llegaron al pueblo –recordó-. Luego se llevaron también a Osman y los pusieron a ambos en un helicóptero. Como hubo una operación militar, no pudimos ir a ningún lado ni obtener información. Al no tener noticias de ninguno de los dos durante mucho tiempo, vine al centro de la ciudad y llamé a los militares. Me dijeron que mi hermano estaba en cuidados intensivos. Les pregunté: ‘Cuando se llevaron a mi hermano, estaba sano. ¿Cómo ahora está bajo cuidados intensivos? Pero no me respondieron. Cuando detuvieron a mi hermano, estaba bien. No sabemos si fueron torturados en el helicóptero”.

En otra declaración a la prensa, Cengiz Şiban dio más detalles sobre el hecho: “Después del reconocimiento, los soldados fueron retirados. Ese día no fuimos a las tierras altas. Solo Servet Turgut fue a su campo. Entonces el helicóptero aterrizó en medio del pueblo y los soldados nos llamaron. Nos hicieron arrodillarnos en la plaza del pueblo y nos dijeron: ‘Los terroristas vinieron aquí’. Contestamos que no habíamos visto a nadie. Pidieron nuestras identificaciones, las tomaron y dijeron: ‘Te arrodillarás aquí hasta que dejemos la aldea. Te pondrás de pie después de que nos vayamos’. Llevaron a Servet Turgut a la plaza del pueblo. Preguntaron quién era Osman Şiban. Osman se señaló a sí mismo y se lo llevaron junto con Servet. Después de pedir cédulas de identidad, se los llevaron a los dos. Fuimos tras ellos. Uno de los oficiales nos apuntó con el arma y dijo: ‘No vengas, te dispararemos si vienes’. Los llevaron a la colina del pueblo. Fuimos al lugar donde estaba el pajar de Servet. Arrojaron a Osman y Servet al helicóptero. Sus zapatos y sombreros se quedaron allí. No pudimos tener noticias de ellos durante tres días. No hay red telefónica en el pueblo”.

Por su parte, los abogados defensores expresaron: “Sabemos que la acusación de haber sido arrojado desde un helicóptero es la declaración de la persona (oficial militar) que llevó a Şiban y Turgut al hospital. La persona que los llevó al hospital dijo que ‘estas personas fueron arrojadas desde un helicóptero’. Esto también se incluye en el informe del hospital”.

El hermano mayor de Servet Turgut, Naif Turgut, dio un testimonio similar: “Hubo una operación militar en la zona. Llegaron soldados cuando mi hermano Servet llenaba sacos con la hierba que había cortado a 700 metros del pueblo. Osman estaba en casa. Los soldados los llevaron a ambos en un helicóptero y se fueron. Dos días después, supimos que estaban en el hospital”.

Naif Turgut también explicó que se había reunido con Osman Şiban dos veces mientras estaba en el hospital y que le dijo que habían sido arrojados desde el helicóptero. Turgut aseveró: “Su estado tampoco era bueno, tenía una hemorragia cerebral. Cuando recuperó la conciencia en el hospital, lo visité dos veces en su habitación. Estaba asustado y llorando. Dijo llorando que le taparon los ojos y le ataron las manos, y lo arrojaron desde un helicóptero desde una altura de 15 o 20 metros”.

El informe médico de Servet Turgut, fechado el 17 de septiembre, dice: “Paciente anónimo fue traído por caída desde la altura”, lo que refuerza la afirmación de los testigos. El informe del hospital sobre Osman señaló que fue llevado al servicio de emergencia con la queja de “caer desde la altura”, e incluye la información de que Şiban fue “llevado al servicio de emergencia después de caer de un helicóptero”. A pesar de esto, el gobernador de Van emitió un comunicado, el 21 de septiembre, para encubrir el incidente, afirmando que Turgut se cayó de una roca y que Şiban estaba “detenido en debida forma”.

El 20 de septiembre pasado, Osman Şiban, cuyo tratamiento se dijo que estaba “completado”, fue dado de alta. Sin embargo, el 21 de septiembre, a las 5.30 de la mañana, fue trasladado nuevamente a un hospital militar por orden del Fiscal General de Van. Los abogados de Osman Şiban indicaron: “El fiscal nos dijo que se revisaría su situación de salud actual para ver si podía testificar. Pero un oficial de la gendarmería dijo: ‘Este problema estaba en las redes sociales, así que tenemos miedo. Lo trajimos aquí para mantenerlo a nuestra vista’”. Şiban fue llevado al hospital militar el mismo día en que el portavoz parlamentario del HDP, varios diputados, la junta ejecutiva y miembros de la asamblea del partido visitaron Van para investigar el asunto. Cientos de policías rodearon a miembros de la delegación del HDP, que querían leer un comunicado de prensa después de su visita al hospital y a sus familias.

La Comisión de Investigación de Derechos Humanos del Parlamento turco, a la que recurrió el HDP para investigar el tema, hasta ahora no ha iniciado ninguna investigación.

Al 25 de septiembre no se había llevado a cabo ninguna investigación, suspensión o despido de ningún militar o funcionario público que participó en la detención de los dos aldeanos kurdos.

El 30 de septiembre, Osman Şiban, cuyo tratamiento continúa en Mersin, todavía sufría pérdida de memoria como resultado de graves torturas y traumas sufridos. Lamentablemente, Servet Turgut falleció ayer, después de 20 días de lucha por su vida en cuidados intensivos.

Conocida la noticia del fallecimiento de Turgut, su hermano Naif Turgut, declaró: “Hacemos un llamamiento a todo el mundo: lo que le ha pasado a mi hermano no le debe pasar a nadie más”. “Somos víctimas de una persecución terrible –remarcó Naif-. Este hombre dejó su casa y se fue al pueblo. Estaba atando las bolsas de hierba que había recogido. Sólo tenía un saco con él. Era una persona pobre, trabajadora. Era inocente, no era una persona cruel. Hoy en día, cuando un animal cae en una fosa, llaman a los bomberos para salvarlo. Pero este hombre ha sido sujeto a una gran crueldad. Que Alá no acepte este salvajismo”.

Naif Turgut subrayó que su hermano “fue arrojado brutalmente desde un helicóptero y martirizado. Hacemos un llamamiento global. Alá nos creó a todos como seres humanos. Si la gente nos mata incluso en nuestros pueblos, Dios no debe aceptarlo. Alá no acepta esta crueldad, esta brutalidad”.

En los últimos meses hubo casos similares:

-14 de junio: como resultado del fuego abierto por soldados en el barrio de Kaşkol (Qaşqol), del distrito de Başkale, Emrah Görür, de 20 años, perdió la vida y Saim Yılmaz resultó gravemente herido.

-16 de julio: Azat Bağa, de 15 años, resultó gravemente herido como resultado del fuego abierto por soldados turcos mientras pastaba ovejas en el barrio de Yukarı Çilli (Çiliya Jor), del distrito de Çaldıran en Van. A pesar de todas las intervenciones médicas, su cuerpo sufrió daños permanentes.

-29 de julio: tres pastores, Zahir Teker, Harun Akkaya y Lokman Koç, en el barrio de Sualtı (Derişk) del distrito de Başkale, fueron torturados y gravemente heridos por soldados turcos que estaban llevando a cabo una operación militar contra “contrabandistas fronterizos”, que son aldeanos locales.

-4 de agosto: İbrahim Baykara, de 46 años, padre de seis niños involucrados en el comercio fronterizo, murió por el fuego abierto por soldados turcos en el barrio de Yukarı Çilli (Çîllî) del distrito de Çaldıran.

-17 de septiembre: Orhan Hanay, que vive en el barrio de Dayanç (Davan), del distrito de Çaldıran, en Van, resultó gravemente herido como resultado del fuego abierto por soldados turcos mientras pastaba sus ovejas. Hanay aún continúa con su tratamiento médico.

En una declaración pública, el HDP manifestó: “La tortura de los aldeanos lanzados desde el helicóptero y otros ataques fronterizos y asesinatos, no son situaciones excepcionales, no son perpetradas por ‘algunos elementos rebeldes dentro de la burocracia estatal y el ejército’. De hecho, estos casos de tortura y asesinato revelan el carácter racista, militarista y totalmente ilegal del ‘nuevo Estado turco’ en las provincias kurdas. Nos muestra el hecho de que las ‘fuerzas de seguridad turcas’ pueden matar a los kurdos donde y cuando quieran y con total impunidad. Estas ‘fuerzas de seguridad’ siempre han estado plenamente protegidas por el gobierno y la burocracia estatal, que impiden acciones legales o administrativas contra los autores de crímenes tan atroces”.

En su declaración, el HDP finalizó: “¡Una vez más, vemos con tristeza que las vidas de los kurdos no cuentan como vidas humanas en Turquía! La comunidad internacional debe actuar y ser la voz de Servet Turgut, que ya no existe, y de Osman Siban, que todavía sufre el trauma de la tortura”.

FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina