Hevrin Khalaf y el espíritu de la nación democrática

Días después de la invasión turca a Rojava, la política kurda Hevrin Khalaf fue asesinada. En esta entrevista realizada el año pasado, ella comparte sus pensamientos sobre Rojava.

“Mi nombre es Hevrin, soy de Derik, una ciudad en Rojava. Estudié y viví allí, pero ahora mi trabajo está en Qamishlo. Estudié ingeniería civil en Alepo durante cinco años y completé mi educación en 2009. Después de trabajar para el gobierno durante un año, comenzó la revolución. Esto fue en 2011.

”Mi familia merece el crédito por mi participación en la revolución de Rojava. Son patriotas que se han organizado durante años. Siempre me llevaron a reuniones y eventos sociales. En otras palabras, nunca he estado muy lejos de la organización política y siempre he tenido fuertes raíces en nuestra sociedad.

”Esto puede ser el caso de todo el Medio Oriente, pero especialmente en Rojava todavía existe una fuerte unidad y solidaridad entre nuestra gente. Vivir juntos, o lo que llamamos una ‘vida comunitaria’, todavía está vivo y es común hoy en día. También soy parte de esta sociedad comunal”.

Estas fueron las palabras de Hevrin Khalaf en la primavera de 2018 cuando la conocí. El 12 de octubre de 2019, tres días después de que Turquía lanzó su ofensiva militar en el norte de Siria, fue brutalmente asesinada. Según los informes del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, la sacaron de su automóvil y le dispararon a sangre fría en la carretera. Su autopsia revela que le dispararon, la golpearon con objetos pesados ​​y la arrastraron del pelo hasta arrancarle la piel del cuero cabelludo.

No sé cuántas veces he vuelto a escuchar las grabaciones de nuestra entrevista desde que supe de la horrible noticia de la muerte de Hevrin. Ella describe a Rojava y su lucha con tanto orgullo. Necesitaba escuchar estas palabras honorables, porque también explican muchas de las razones de la guerra contra Rojava y lxs kurdxs. Esta entrevista es un intento de hacer justicia al valiente trabajo que Hevrin Khalaf hizo por su pueblo y por el pueblo de Rojava.

Conocí a Hevrin Khalaf (Hevrîn Xelef, en kurdo) en la primavera de 2018 cuando era copresidenta del Ministerio de Economía de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria, más conocida como Rojava.

El día anterior, había perdido a su compañero Gerdo, con quien había luchado durante muchos años; regresaba de la casa de Gerdo en Tirbespîyê, y recuerdo cuando me llamó para decirme que lamentaba llegar tarde y que estaba en camino.

Una lucha de por vida

Mientras esperaba a Hevrin en el jardín del Ministerio de Economía, sentada a la sombra de un árbol, conversé y fumé con la mujer responsable del Asayişa JIN, las fuerzas de seguridad de las mujeres en Rojava.

Parecía tan fuerte y autónoma que cuando vi el anillo en su dedo, debo admitir que quedé un poco sorprendida y le pregunté si estaba casada. “Estoy casada, pero mi esposo trabaja para las fuerzas de seguridad de la comunidad en otra parte de Rojava”, dijo. Un poco avergonzada, confesó entre risas: “Olvidamos que nos casamos una vez que comenzó la revolución”.

Las mujeres en Rojava siempre han tratado de transformar la revolución, que todos conocen como “la revolución de las mujeres”, en una revolución social. Hevrin luchó por esto toda su vida y fue asesinada por esa lucha.

Ya había oído hablar de la belleza y la dignidad de Hevrin, y de hecho, cuando llegó, sus ojos hinchados y su tristeza por llorar por Gerdo, no pudieron ocultar su belleza ni su fatiga obstruyó su hospitalidad; mientras me saludaba, inmediatamente me preguntó si tenía hambre y si quería algo para comer.

Durante mi estadía en Rojava no tuve contacto con el dinero; todos los días comía y bebía té en las cocinas comunales de una de las muchas instituciones locales, o en las casas civiles en el camino. Allí, era evidente que el dinero no domina todas las relaciones sociales. A veces la gente en Rojava se burlaba de mí y bromeando me decían que si hubiera venido durante la guerra y el embargo, solo me habrían podido dar sopa.

Una sociedad construida alrededor de las comunidades y asambleas

Junto con la revolución, se organizó una economía social en Rojava. En el momento de nuestra reunión, hacía más de dos años que Hevrin era portavoz y copresidenta del Ministerio de Economía.

“Hay tres pilares importantes para organizar una economía social. El primero es la economía para las necesidades sociales básicas, que a diferencia de una economía capitalista, no se centra en maximizar las ganancias. El segundo pilar es la ecología y la producción ecológicamente responsable de las necesidades de la sociedad. El tercer pilar es la creación y el control de un mercado justo. Estos tres pilares son muy importantes para la economía social, y queremos hacerlos realidad”.

Rojava no es solo el territorio donde se está produciendo una revolución, también es un territorio donde se está redefiniendo la idea de una revolución.

Rojava es el lugar donde hoy tiene lugar una revolución social; donde se rechaza la noción de la “revolución clásica”, basada en la idea de transformar la sociedad a través de la toma del poder.

El movimiento kurdo de Rojava se niega a tomar el poder; en cambio, se moviliza en una modalidad organizacional que forma una red de asambleas que permite a las personas convertirse en sujetos de sus procesos de toma de decisiones, ofreciendo el principio de autodeterminación para la autonomía. Es decir, lxs kurdxs están rechazando el componente básico de un Estado: su poder para tomar e implementar decisiones de arriba hacia abajo.

En otras palabras, a diferencia de otras partes de Siria, lxs kurdxs no son sólo otra facción armada, sino un movimiento popular militante que promueve la autodeterminación horizontal y la autonomía por y para el pueblo del norte de Siria.

Como explicaba Hevrin: “Deberíamos entender la principal diferencia entre la revolución en el resto de Siria y la revolución en Rojava. Déjame darte un ejemplo: anoche hubo una reunión pública. Había una maestra de Deraa. Probablemente conozcas el significado que tiene Deraa, como la chispa que encendió el fuego de la revolución siria en 2011. Sin embargo, ella no podría volver más allí. Ayer nos dijo que en Deraa, después de que la ciudad fue liberada del régimen hace siete años, no se hizo nada más; sin organización, sin servicios, sin administración. Solo un grupo de soldados llegó para gobernar. Eso significa que quien tenga armas puede tener poder allí. Nuestra diferencia más importante es esta”.

Lo primero que se hizo en Rojava, y más tarde en la región más amplia del norte y este de Siria después de que fue liberada de ISIS, fue el establecimiento de asambleas cantonales regionales de acuerdo con las personas que viven allí, como sujetos de sus propias decisiones.

La sanción o participación en estas asambleas por parte de las fuerzas armadas fue prohibida por el Contrato Social de Rojava y el norte de Siria.

El propósito del popular sistema basado en asambleas en Rojava es organizar un modelo anticapitalista y autónomo para una sociedad apátrida, antipatriarcal y ecológica. La autonomía democrática, que se organiza alrededor de la comuna, no es una organización de partidos políticos o gobierno, aunque reconoce a los partidos políticos.

Las comunas y las asambleas populares, que son los principales cuerpos de la organización social, constituyen un autogobierno.

El espíritu de una nación democrática

A diferencia de los conflictos étnicos y religiosos que han transformado el Medio Oriente en una zona de guerra, las comunas garantizan la autonomía democrática para todas las instituciones de gobierno autónomo sobre la base de una “nación democrática”.

Era evidente por el tono de su voz que Hevrin había capturado el espíritu de la nación democrática, al igual que su camarada asirio Gerdo: “Desde que el movimiento comenzó a organizarse, ellxs (lxs militantes del movimiento kurdo) han estado explicando la solución (autonomía democrática) a través de los escritos desde la prisión de Abdullah Öcalan. En su trabajo, hay una solución para todo el Medio Oriente y Rojava. Entonces, la solución política ya está ahí, solo necesitamos implementarla. Esta es la razón por la cual, cuando se derroca un sistema, es necesario reemplazar lo que estaba anteriormente allí con una visión alternativa. Si no tienes una alternativa, lo que has destruido podría convertirse en algo peor. En otras palabras, cuando comenzó la revolución y el Estado se fue con todas sus instituciones, solo se mantuvo en unos pocos lugares, si no tuviéramos nuestro sistema alternativo y nuestra gente no estuviera lista, habría sido imposible para nosotrxs lograr una verdadera liberación simplemente estableciendo instituciones. Para construir este sistema alternativo, comenzamos con Mala Gel (Casas del Pueblo) y Mala JIN (Casas de la Mujer). Todas las instituciones de la sociedad se crearon por separado. Si nuestra sociedad es reconocida, es mejor conocida por las organizaciones de mujeres. Entonces, cuando la gente habla de la revolución en Rojava, la llaman Şoreşa JIN (Revolución de las mujeres). Las mujeres comenzaron construyendo las Casas de Mujeres cuyo objetivo era organizar el movimiento de mujeres. Se formaron para crear la mente común de las mujeres y para emanciparlas de las situaciones oscuras y privadas en las que a menudo se encuentran, y hacer que se conviertan en líderes de esta revolución social. Porque sabemos que cuando una mujer se convierte en líder, la sociedad se convierte en líder con ella y se transforma. La libertad de las mujeres y la sociedad son interdependientes. Cuando me uní a la revolución, mi primer lugar fue en la academia Nurî Dersîm, donde tuvo lugar la formación política de la sociedad. Trabajé allí por un tiempo. En ese momento, el gobierno autónomo había sido declarado, pero antes de eso, mis camaradas me sugirieron que participara en él. Después de la declaración del gobierno autónomo, me convertí en copresidenta del Ministerio de Energía. Trabajamos junto a Gerdo, a quien perdimos ayer, durante tres meses. Trabajamos con Heval Gerdo (heval es compañero/amigo en kurdo) desde el primer día del gobierno autónomo. Muchas veces me decía: comenzamos la lucha juntos y la terminaremos juntos. Era nuestro amigo asirio y una muy buena persona. Era una muy buena persona en términos de ética humana. Cuando hablábamos de los términos de la nación democrática, siempre le decía: fuiste nuestro primer amigo que entendió la nación democrática a pesar de que todavía no era una parte explícita de nuestro programa político. Porque entendió y se dio cuenta de esto; era parte de su naturaleza. Él vino de la ciudad de Tirbespîyê y en esta ciudad la gente vivía junta y en paz, así que estaba observando su naturaleza en sus relaciones con árabes y kurdos, musulmanes y asirios. Repitió muchas veces: ‘Serok (título honorario de Abdullah Öcalan) nos hizo darnos cuenta de ello, por lo que nos sentimos muy cómodos con él. No sabíamos que, como asirios, teníamos tales derechos; lo habíamos olvidado, pero ahora conocemos nuestros derechos culturales y políticos, gracias a sus escritos desde la prisión’. Gerdo siempre dijo que debemos defender el proyecto de autonomía democrática. Lo hizo muy calladamente, pero trabajamos con el espíritu de una nación democrática por más de cuatro años juntos. Realmente él llevaba dentro el espíritu de la nación democrática. Si hay algo bueno acerca de este gobierno autónomo, es la unidad del pueblo. Un asirio puede trabajar con lxs kurdxs, un kurdo con los árabes. Esto no era algo que podría haberse logrado fácilmente. Esto solo es posible en una revolución”.

Transformando las relaciones de género

Hevrin había aprendido de su madre a ser fuerte y revolucionaria. Como tal, se unió a la resistencia tan pronto como comenzó la revolución y ocupó varios lugares en diferentes cargos. Cuando estaba discutiendo la economía social conmigo, dijo que ya no estaría involucrada en la dimensión económica del movimiento.

Después de la liberación de regiones como Raqqa y Deir Ezzor, se le ofreció ser copresidenta del Partido Futuro Sirio (SFP), que tiene como objetivo establecer un consenso social para la paz y eliminar la hostilidad que históricamente generó el regimen de Ba’ath (Baazismo) entre kurdos y árabes.

Ella mencionó esto casualmente y me di cuenta de que no quería renunciar a su trabajo organizando la economía social de Rojava y que no quería participar en el SFP, pero que no rechazaría la propuesta de sus camaradas.

Agregó que sentía que se había entrelazado con las personas que trabajan en el área económica y que habían logrado resolver muchos problemas reales juntos. Sin embargo, dado que muchas tribus árabes alineadas no habían aceptado el sistema de copresidencia, sabía que tenía la responsabilidad de tomar su lugar en el partido para luchar hasta que dicho sistema fuera aceptado.

El sistema de tener un copresidente o co-portavoz es una práctica que brinda a las mujeres y los hombres los mismos derechos de expresión y toma de decisiones, y que se puede ver en cada institución y estructura organizativa del movimiento de liberación kurdo y se remonta a una decisión tomada por una organización de mujeres kurdas en la década de 1990. Es la primera praxis de esta naturaleza entre los movimientos de liberación en el mundo.

Hevrin dijo que la adopción del sistema de copresidencias no fue fácil y que sería una lucha continua: “Después de la declaración del gobierno autónomo, el trabajo de las mujeres se ha vuelto cada vez más prominente. Todas las instituciones de la administración autónoma están prestando especial atención a los problemas de las mujeres, pero siempre hay una institución enfocada exclusivamente en ellas. No alentamos que los problemas de las mujeres se prioricen sobre los generales, pero sí insistimos en que los problemas de las mujeres se tomen en cuenta en todas las instituciones. Para reavivar el fuego extinguido en la historia de las mujeres, debemos intervenir y apoyar a las organizaciones de mujeres de todas las formas posibles. ¿Hasta cuándo? Hasta que las mujeres y los hombres puedan trabajar verdaderamente juntxs por igual. Por ejemplo, el sistema de copresidencias no es aceptado en muchas regiones. No se ha internalizado lo suficiente, incluso en las muchas instituciones que hemos establecido desde el comienzo de la revolución. En otras palabras, verse como copresidentes, saber que las decisiones deben tomarse juntas por igual, es una idea y una práctica que aún no se ha implementado completamente en nuestra cultura. Funciona muy bien en algunos lugares, pero recuerda que no es posible cambiar una mentalidad milenaria en solo dos años. Por ejemplo, cuando hablamos de las copresidencias, inmediatamente nos dicen de que este es sólo un derecho para las mujeres. El sistema de copresidencias no existe únicamente para las mujeres, ya que la naturaleza del trabajo de las mujeres es trabajar colectivamente, por lo tanto, también garantiza los derechos de los hombres. Las mujeres ven el sistema de copresidencias como una forma de trabajar junto a los hombres, en otras palabras, las mujeres ven el derecho a trabajar juntxs, también como una cuestión de derechos para los hombres. Otro ejemplo: cuando hablamos de copresidir en áreas recientemente liberadas, existe la percepción de que estamos haciendo algo por las mujeres, pero ese no es el caso; la copresidencia no es solo para mujeres, sino también para hombres. Es cierto, por ejemplo, que la decisión de aplicar el sistema de copresidencia en todas partes se concibió en los espacios y acciones organizacionales de las mujeres, pero desde el principio reconocimos que este sistema no solo sería beneficioso para las mujeres, sino también para todas las personas en el norte de Siria Por lo tanto, todxs tienen derecho a actuar junto a su compañerx. Este tipo de sistema puede percibirse así al principio porque no hay otro ejemplo de ello en el mundo. A veces me sorprendo cuando mis amigxs dicen: ‘Está bien, no discutamos demasiado, hay un sistema de copresidencia y nuestras compañeras aquí no deberían ofenderse’. Cuando escuché esto, dije: ‘Debemos aceptar este sistema no porque las mujeres podrían ofenderse, sino para que las voces de los hombres no desaparezcan en la sociedad’. La copresidencia no significa destruir a los hombres, significa transformar las relaciones de género dentro de nuestras instituciones y sociedad. En los sistemas de presidencia única, el presidente es hombre o mujer. Por lo tanto, para lograr una transformación real en el gobierno autónomo, fue necesario decidir sobre el sistema de copresidencias. Por ejemplo, cuando se declaró el gobierno autónomo, todos los ministerios tenían un sistema presidencial; un presidente y dos vicepresidentes; ahora hay dos copresidentxs y tres vicepresidentxs. No solo en los ministerios, sino en todas las instituciones. La copresidencia comenzó primero en el cantón de Cizre, luego en Kobanê y este sistema también comenzó en Afrîn. Sin embargo, por supuesto, la asamblea cantonal de Afrîn también venía trabajando con el sistema de copresidencias desde el principio. De hecho, aunque esto parezca extraño, hay un ejemplo concreto: el primer presidente del cantón de Cizre era un hombre: Abdulkerim Saruhan; en Kobanê también era un hombre: Enver Muslim; pero en Afrîn era una mujer: Hevi Mustafa. Hevi Mustafa tenía un copresidente, a pesar de que el gobierno autónomo aún no había decidido sobre el sistema de copresidencias. Pero debido a que era una mujer, el sistema de copresidencia fue adoptado de facto aun cuando no estaba implementado allí. Esto nos dice que si el presidente es un hombre, puede continuar el sistema presidencial, pero si la presidenta es una mujer, no se le permite ejercer sin un copresidente”.

Me reí, y ella también se rió. En ese momento vi la hermosa sonrisa de Hevrin que sin duda permanece en todxs lxs que la hemos visto.

Incluso después de su muerte, la importancia de su lucha se aclaró una vez más: Hevrin no fue reconocida como copresidenta del Partido Siria Futura, sino que se la denominó “secretaria general” del partido.

Ella era una mujer que era copresidenta en su práctica diaria; no tengo dudas de que continuó su lucha con este espíritu de resistencia hasta el día en que fue asesinada.

Hevrin Khalaf estaba sonriendo frente a mí como copresidenta; esta fue sin duda la sonrisa de victoria que vi en los ojos y los rostros de todas las mujeres en Rojava; esta honorable sonrisa que destruyó el patriarcado. ¡Así que defender Rojava significa defender esa honorable sonrisa!

FUENTE: Azize Aslan / Roar Magazine / Traducción: Nathalia Benavides