La victoria de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) sobre el califato del Estado Islámico (ISIS) en marzo, ha dejado a las FDS en control efectivo de un tercio de Siria. Al abarcar 20.698 millas (33.310 kilómetros) cuadradas del norte y el este de Siria, ese espacio es similar al tamaño de Virginia Oeste (Estados Unidos), o tres veces el tamaño de Kuwait. Allí viven unas cinco millones de personas, incluidos árabes, kurdos, cristianos sirio-asirios-caldeos, así como yazidíes y turcomanos. Estabilizar y reconstruir esta región diversa y compleja puede resultar aún más difícil que derrotar a ISIS.
Los desafíos son muchos. Bashar Al Assad continúa negándose a hacer concesiones a la región, aunque sus fuerzas perdieron el control del norte hace más de siete años. Recep Tayyip Erdogan continúa amenazando con invadir. Las células durmientes de ISIS llevan a cabo ataques de forma regular. Y numerosos países de todo el mundo se niegan a recuperar a sus propios ciudadanos que se unieron voluntariamente a ISIS, lo que obligó a la Autoadministración Autónoma a alimentar y alojar a miles de combatientes extranjeros de ISIS detenidos, por un tiempo indefinido.
Dada la magnitud de los desafíos y la precariedad de la situación, es de suma importancia calibrar e implementar cuidadosamente la política estadounidense en este momento decisivo. Recientemente, algunos analistas han cuestionado si la autoadministración puede gobernar de manera efectiva. En un artículo titulado “Lucha de poder árabe-kurda en el noreste de Siria”, Elizabeth Tsurkov y Esam Al-Hassan afirmaron que los kurdos no están dispuestos a compartir el poder con sus homólogos árabes, que las FDS no pueden negociar políticas tribales, y que la autoadministración no está guiada por profesionales experimentados, pero sí por cuadros ideológicos. Según nuestra extensa investigación en el noreste de Siria, creemos que estas afirmaciones ofrecen, en el mejor de los casos, una comprensión a nivel superficial de la realidad en el terreno, y en el peor de los casos, potencialmente inflaman las tensiones en lugar de ofrecer un análisis imparcial de ellas. En última instancia, los autores recomiendan que la Coalición Internacional, integrada por 79 países, use su influencia para impulsar una “autoadministración real”. Estamos de acuerdo en que la Coalición necesita aumentar su apoyo a la autoadministración.
Tsurkov y Al-Hassan utilizan fuentes anónimas para afirmar que algunos comandantes kurdos de las FDS creen que los árabes son “profundamente tribales, propensos a conflictos internos, sin principios ni confianza”. Dicen esto aunque los árabes, los kurdos y los cristianos han luchado codo a codo en las FDS para derrotar a ISIS. Se estima que 11 mil miembros de las FDS murieron en la batalla, y están enterrados uno al lado del otro en cementerios de toda la región.
Las fuerzas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) han cooperado con grupos armados exclusivamente árabes, o de mayoría árabe, a lo largo del conflicto. Las YPG comenzaron a reclutar árabes activamente desde, al menos, finales de 2012, durante una serie de batallas por el control de la ciudad de Ras al-Ayn (Serekaniye, en kurdo) a lo largo de la frontera turca. Este esfuerzo comenzó años antes de la creación de las FDS en octubre de 2015. Además, los árabes han seguido uniéndose a las FDS incluso después de que el califato fuera derrotado en marzo. Actualmente, al menos más de la mitad de los combatientes de las FDS son árabes. Varios comandantes regionales también son árabes, aunque el principal liderazgo de las FDS sigue siendo kurdo. Esto se debe, en parte, a que los kurdos fueron los que proporcionaron el liderazgo inicial en la lucha contra ISIS a partir de la batlla por liberar Kobane. Como resultado, había una falta de liderazgo local que las FDS ahora están tratando de resolver mediante la creación de academias de entrenamiento militar. El actual comandante del Consejo Militar Deir Ezzor es Abu Khawla (un árabe), que lidera a unos 4.000 combatientes. Sin embargo, todo el comandante de la región oriental es Chia Firat (un kurdo). Además, todos los comandantes y las comandantes de batallón en Deir Ezzor son árabes, aunque hay comandantes kurdos que los acompañan.
Sensibilidades kurdo-árabes
En contraste con lo que afirman los autores, los líderes kurdos a menudo han sido sensibles a las preocupaciones árabes. El nombre mismo de la entidad gobernante incluso ha cambiado en respuesta a esto: en diciembre de 2016, el término kurdo “Rojava” se abandonó a favor del norte de Siria, lo que enfureció a muchos nacionalistas kurdos. Además, a los colonos árabes que fueron enviados por el régimen de Hafez Al Assad en la década de 1970, en la provincia de Hasakah para reemplazar las aldeas kurdas, se les permitió permanecer.
En 2018, se abolió el sistema federal y el centro administrativo o capital se trasladó de Qamishlo a la ciudad árabe de Ain Issa. El logotipo oficial de la administración está en árabe, kurdo, siríaco y turco. Edificios importantes están vigilados por las fuerzas de seguridad árabes junto a los kurdos. Esta fue también una de las razones por las cuales la administración ha utilizado un plan de estudios modificado del régimen, sin ideología baathista. La oposición siria ha hecho lo mismo en las áreas bajo su control y ha modificado el currículum baathista.
Si los kurdos desconfiaban de los árabes como afirman los autores, ¿por qué trasladaron el centro administrativo a una ciudad árabe, reclutaron activamente árabes en las FDS y emplearon a las fuerzas de seguridad árabes para proteger edificios e instalaciones, incluso en las ciudades de mayoría kurda? Por el contrario, la oposición siria con sede en el extranjero, hasta este día se niega a eliminar la palabra “árabe” de la República Árabe Siria, manteniendo así la ideología baathista que no sólo margina sino que niega la existencia misma de no árabes dentro de Siria.
Política tribal
Aunque las FDS son acusadas de no entender el carácter tribal de Deir Ezzor por un líder tribal anónimo citado en el artículo, el Doctor Haian Dukhan argumenta que han sido las más exitosas en el trato con las tribus, en comparación con Turquía y el gobierno sirio. El 3 de mayo de 2019, el Consejo Democrático Sirio (COSUDE) organizó un foro al que asistieron cinco mil dignatarios de sesenta tribus sirias. Incluso antes de la creación de las FDS, las YPG ha trabajado y reclutado de las tribus Shammar, Jabbour, Amesayel y Sharabiyya desde principios de 2013. El Consejo Militar de Deir Ezzor está formado por combatientes principalmente de la tribu al-Shai’tat.
Durante décadas, los kurdos sirios han sido sometidos a numerosas formas de castigo colectivo: Hafez Al Assad despojó a cientos de miles de kurdos de su ciudadanía, ISIS emitió una fatwa que obligó a todos los kurdos a evacuar Raqqa porque las YPG cooperaron con la Coalición, y Turquía desplazó a la fuerza de sus hogares a los kurdos en Afrin. A pesar de esta historia de castigo colectivo, los kurdos se niegan a participar en actos de venganza o castigo colectivo contra otros. Las FDS también se niegan que las tribus árabes en Deir Ezzor, algunas de las cuales quieren castigar colectivamente a otras tribus a las que consideran culpables de colaborar con ISIS, lo hagan. Esta fue la razón por la que las FDS restringieron el papel de los combatientes tribales de al-Shai’tat en los últimos meses de la operación de Baghouz, ya que ISIS masacró a cientos de sus miembros en 2014. En julio, ejecutó a una persona que confesó haber asesinado a uno de sus familiares, un incidente que las FDS no pudieron evitar.
Cuadros
En el artículo citado, el papel de los cuadros del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) también es exagerado. Desde 2011, los cuadros del PYD (Partido de la Unión Democrática) lideraron el proceso de creación de autoadministraciones locales. Muchos de ellos eran sirios locales que no estaban entrenados en Qandil y nunca lucharon como guerrilleros. Se han abierto nuevas academias para entrenar a lo que llaman “cuadros locales”. El sistema de comunas no está dirigido solo por cuadros, sino por kurdos y árabes locales que simpatizan con el nuevo sistema.
El Consejo Legislativo de Deir Ezzor solo tiene trescientos miembros (ninguno de ellos kurdos), todos de Deir Ezzor y seleccionados por sus tribus locales. El consejo se formó en una conferencia general después de meses de reuniones entre las comunidades locales, incluidas las dos principales confederaciones tribales (Bagara en el oeste y Agaidat en el este), mientras se llevaban a cabo intensas operaciones militares contra los últimos bastiones de ISIS.
Aunque Tsurkov y Al Hassan presentan a los cuadros como extraños que no están familiarizados con la región, existen numerosos ejemplos de cuadros que median con éxito en los conflictos. Por ejemplo, en junio de 2019 hubo un enfrentamiento que duró más de 36 horas entre los clanes al-Bujamil y al-Buferio, que solo se resolvió mediante la intervención tribal y de las FDS. Cuando Deir Ezzor fue gobernado por facciones rebeldes, no pudieron evitar que las facciones yihadistas rivales se hicieran cargo de grandes partes de la gobernación. Sin las FDS, existe un riesgo real de que facciones yihadistas como HTS (Al Qaeda en Siria) e ISIS puedan regresar a Deir Ezzor. En Idlib, las facciones rebeldes no pudieron resistir la dominación de HTS.
En áreas bajo control turco, Ankara a menudo no ha podido detener las luchas internas rebeldes. Por ejemplo, en Al Bab, Ahrar Al Sharqiya, una facción originaria de Deir Ezzor, luchó contra otras facciones el año pasado. En agosto de 2017, este grupo amenazó a soldados estadounidenses. Traer tales grupos a Deir Ezzor no conduciría a una mayor estabilidad. Dado el número de facciones rivales en el terreno, es absolutamente necesaria una estructura de comando centralizada, que las FDS han mantenido, incluso cuando se han expandido y adaptado a las circunstancias locales.
FUENTE: Amy Austin Holmes – Wladimir van Wilgenburg / National Interest / Traducción y edición: Kurdistán América Latina