“La comunidad internacional debe asumir su responsabilidad con los prisioneros de ISIS”

El conflicto sirio se desató en 2011 cuando el presidente Bashar Assad se enfrentó a protestas masivas que generaron violencia. Desde entonces, el régimen de Assad y sus aliados rusos e iraníes han sofocado a casi toda la oposición en el país. Pero las políticas de Assad y el gobierno turco podrían prolongar el conflicto por al menos seis años más, según Aldar Xelil, miembro del comité ejecutivo del grupo principalmente kurdo que gobierna la región autónoma en el noreste de Siria, conocida como Rojava.

El Movimiento por una Sociedad Democrática (MSD), que integra Xelil, es la coalición gobernante de la legislatura de Rojava, conocida como el Consejo Democrático Sirio (COSUDE). La COSUDE se ha ganado el favor de las naciones occidentales por ser el ala política de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), que asumieron el papel principal en la derrota del Estado Islámico (ISIS) en el país.

La milicia kurda perdió a unos 11.000 combatientes en la lucha contra los yihadistas, y Xelil dice que esto debería servir para que se reconozca a los kurdos.

“Salvamos al mundo de un gran problema. Todo el mundo ve esto y reconoce la verdad de ello. Ahora hay que aceptar la estructura que proviene de esa lucha”, le dijo Xelil a Ahval.

La estructura de autogobierno, una serie de administraciones autónomas que cubren vastas áreas del norte y este de Siria, incluidas algunas de las reservas de petróleo más ricas del país, aún no está reconocida por el gobierno de Assad, ni por ningún Estado u organismo internacional.

Pero la inclusión de una delegación de Rojava en las estancadas conversaciones de paz respaldadas por las Naciones Unidas en Ginebra, despertó la esperanza de un reconocimiento formal. Estados Unidos, en particular, ha insistido en que las administraciones kurdas deben tener un lugar en la mesa de negociación.

“Durante mucho tiempo, los estadounidenses han enfatizado que no se lograrán resultados en Ginebra sin los kurdos”, resumió Xelil.

El apoyo de Estados Unidos ha sido crucial para las administraciones de Rojava desde que ISIS comenzó a perder sus últimos territorios restantes en Siria, durante el año pasado. Con los yihadistas casi derrotados, el presidente turco Recep Tayyip Erdoğan exigió la retirada de las tropas estadounidenses y amenazó con una invasión al noreste de Siria.

El gobierno turco considera a varios de los grupos políticos y armados kurdos más poderosos en el norte de Siria como extensiones del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), un grupo que ha luchado por el autogobierno kurdo en el sureste de Turquía desde 1984 y está catalogado como un grupo terrorista por Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea.

Los funcionarios estadounidenses protestaron cuando el presidente Donald Trump anunció el retiro total de sus tropas de Siria, con el argumento de que esto podría facilitar un ataque turco contra las fuerzas kurdas que ayudaron a derrotar a ISIS. Trump cedió, sugiriendo en cambio la creación de una “zona segura” en la que su enviado especial de Siria, James Jeffrey, ha estado negociando con Turquía desde principios de este año.

Xelil indicó que Jeffrey ya discutió en Siria el asunto con la parte kurda, por lo que probablemente haya desarrollos concretos sobre la cuestión, subrayando que las líneas rojas kurdas harían imposible que la parte turca obtenga 25 o 30 kilómetros de territorio sirio, como lo ha demandado.

En cambio, la zona segura se extendería a lo largo de cinco kilómetros a lo largo de la frontera, y no incluirá áreas asentadas ni estará bajo el control de las fuerzas armadas de Turquía, apuntó Xelil.

“Más bien, los kurdos acordarán una zona patrullada por una coalición internacional que puede incluir tropas turcas, y estará mayormente activa en regiones desérticas”, detalló.

Fuentes de la región han dicho que el gobierno de Alemania acordó brindar apoyo aéreo a la coalición y que también podría enviar tropas.

Una condición que no será fácil de aceptar para la parte turca se relaciona con Afrin, la zona fronteriza del noroeste de Siria que fue capturada del control kurdo en una operación militar de dos meses iniciada en enero de 2018 y desde entonces ocupada por fuerzas turcas y aliadas sirias.

La administración de Rojava ha exigido el regreso de los civiles kurdos, obligados a abandonar sus hogares en Afrin y ha exigido la devolución de todos los bienes confiscados.

También ha dicho que la seguridad en la región no debe ser proporcionada por las fuerzas de seguridad turcas ni por las Unidades de Protección de los Pueblos Kurdos Sirios (YPG), sino por las fuerzas locales.

“Estas condiciones –estimó Xelil- serán muy difíciles de aceptar para Erdoğan, lo que hace que el trato sea muy difícil”. Si Turquía no es cooperativa, dejará un frente abierto en un conflicto que ya ha durado casi una década.

Para Xelil, la postura obstinada y similar del presidente sirio también es probable que extienda el conflicto. El político kurdo dijo que Assad estaba viviendo en un mundo de sueños, al creer que podría seguir manteniendo al país bajo el gobierno de un solo hombre como lo hizo en 2011.

Como las fuerzas de Assad no lograron avanzar en Idlib, la última provincia controlada por los rebeldes, a pesar de meses de intensos ataques respaldados por sus aliados rusos, Xelil subrayó que una solución militar no sería fácil de lograr a corto plazo, y la situación podría durar mucho, tal vez hasta 2025 para encontrar una resolución.

“Esto se debió a la obstinación tanto de parte de Assad como de Turquía, que respalda a los grupos rebeldes en la provincia”, sintetizó Xelil. “Mientras tanto, las administraciones kurdas aún enfrentan el peligro de un resurgimiento de ISIS, con la existencia de campamentos donde los prisioneros de ISIS y sus hijos son un caldo de cultivo para el extremismo”, alertó Xelil.

“Estos niños tienen 8, 10 o 12 años ahora, pronto serán adolescentes, y en los campamentos sus madres los están criando como yihadistas. No podemos saber ahora qué sucederá cuando estos niños crezcan y se mezclen con la sociedad”, advirtió.

“Al mismo tiempo, tenemos alrededor de 10.000 prisioneros (de la lucha contra ISIS), y toda la carga está siendo asumida por Rojava –explicó-. Si hay un levantamiento mañana o al día siguiente, o si escapan, nadie sabe cuáles son las consecuencias. La comunidad internacional debe asumir la responsabilidad de esto”.

FUENTE: Ergun Babahan / Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina