La “guerra especial” como instrumento de dominación y opresión

La “guerra especial” es conocida por ser un instrumento de dominación y opresión, una guerra librada en la sociedad, en contra de todas las formas de lucha y resistencia de la gente, que dura hasta que la sociedad y la gente se rinden y se quedan sin una voluntad propia. Su objetivo es transformar la moral, las ideas y la ideología de la sociedad.

Este tipo de guerra es conocida por muchos nombres, entre ellos guerra psicológica, guerra fría, guerra blanda o lavado de cerebros. El motivo por el cual se usan todos estos nombres es porque cuando se usa la palabra “guerra”, lo que viene a la mente es el derramamiento de sangre, violencia y asesinatos. En esta guerra, en cambio, se utilizan todos los métodos posibles, excepto la violencia física. Esto supone un riesgo para la población, ya que no se da cuenta de que se encuentra en medio de una guerra ni de cómo ni quién le está atacando. A menudo, bajo la influencia de la guerra especial, la gente se acaba convirtiendo en un instrumento que sirve a los objetivos del enemigo.

Revisando la historia de la implementación de estos métodos en las guerras, no se puede decir que sea un método nuevo, ya que la guerra para cambiar la mentalidad y esclavizar a las personas tiene una historia muy larga. Pero podemos decir que este tipo de guerra cambia sus métodos en función de las condiciones y del tiempo, y acorde a las necesidades del proceso. Algunos ejemplos los encontramos en los inicios de las guerras, en los cuales se lleva a las personas a someterse y se busca borrar la diversidad de organización de la sociedad.

Podemos decir que en el momento en que comienza la construcción del Estado-nación, el método que fue usado para poner la sociedad bajo el control de la clase gobernante, para consolidar el poder de ésta y para expandir su territorio, a la vez que se apropiaba de los recursos de otros territorios, dio lugar a las guerras militares, al colonialismo y a la ocupación. Los instrumentos de estas guerras fueron las armas, tanto ligeras como pesadas. La humanidad pagó un precio muy alto por estas guerras, que fueron en interés de las clases gobernantes. Aun así, en contra de la ocupación, la dominación y la opresión, también hubo defensa legítima, lucha y resistencia de manera continuada.

Después de la primera y la segunda guerra mundial, las cuales se cobraron las vidas de millones de personas, los estados capitalistas hegemónicos se encontraron frente al poder y la voluntad de la gente, y no pudieron seguir imponiendo su dominio en favor de sus intereses de la misma manera que lo habían estado haciendo hasta entonces. Fue por eso que tomaron el control en las distintas esferas de la vida de las personas, como por ejemplo la ciencia, la tecnología, los deportes, la salud o la sexualidad.

El objetivo de esto era cambiar la mentalidad de la población para desviarla de su principal objetivo, mientras la mantenía ocupada con cosas sin significado, de manera que ninguna persona pudiera construirse a sí misma y que todo el mundo estuviera condenado a ser gobernado por otras personas. Este es el motivo también por el cual los estados capitalista no quieren que nuestra región de desarrolle y progrese hasta llegar a un nivel en que pueda autogobernarse. Si nuestra área es segura y se autogobierna, ¿qué motivos les quedarían para invadir nuestra región?

Ese es el motivo por el cual los estados hegemónicos trabajan para que haya guerra civil en la región, guerras basadas en el racismo, en el fanatismo religioso, en el machismo, y que haya división entre los distintos componentes de la región. Los métodos que utilizan son todos métodos de guerra especial. No intervienen directamente, pero la gente se pelea la una con la otra, de manera que la sociedad se opone a ella misma, empequeñece y se divide. Así es más fácil para ellos entrar en la región y presentarse a sí mismos como los salvadores del pueblo, llegando hasta el extremo de que, a veces, la gente se alegra de su llegada y no ve el proceso de ocupación. Ese es el motivo por el cual se llama guerra suave.

En estos diez años de guerra en Siria hemos podido ver esto claramente. Desde el principio, empezaron una guerra por delegación, también llamada “guerra proxy”, y es claro que todos los estados tienen su parte en la prolongación de la crisis en Siria. ¿Significa eso que no hay solución a esta crisis? No es así. Vemos que los distintos estados tienen sus propios intereses en Siria y que están sentados en la mesa desde donde se quiere resolver la crisis en Siria, sin contar con la participación del pueblo. Pero el proyecto para resolver esta crisis ya está escrito, y es el proyecto de la nación democrática y la administración democrática y autónoma.

Hasta ahora, este proyecto ha sido implementado en el territorio, pero políticamente estos estados no lo aprueban, ya que es un proyecto que soluciona todos los conflictos en la sociedad y refuerza las alianzas dentro de ella, y todo esto no se pone al servicio de los estados capitalistas hegemónicos.

Por eso, ponen todos los medios para generar conflictos internos, a través del asesinato de personalidades muy conocidas de la sociedad, y de poner a personas de la sociedad bajo su influencia. Esto lleva a la creación de dudas y ambigüedades dentro de la sociedad, y se acaba poniendo la culpa en los otros grupos, hecho que resulta en conflicto y desintegración de la organización.

Hemos visto cómo en lo referente a la unidad y alianza kurda, muchos partidos y estados han buscado minar esta coordinación, a través por ejemplo de encontrarse con líderes de las tribus árabes para romper las alianzas de los distintos grupos en esta región.

Si los individuos y la sociedad no tienen una ideología profunda y fuerte, se verán debilitadas a causa de la fragmentación y caerán fácilmente bajo la influencia de esta guerra, una guerra que, sin un enemigo externo, se puede acabar convirtiendo en una guerra civil. Si los distintos actores en la región y las partes que implementan el proyecto de la nación democrática no creen en el proyecto, ellos mismos se acabarán convirtiendo en instrumentos para el enemigo. Por eso Rêber Apo (Abdullah Öcalan) dice: “Más que poner mi atención en el enemigo he dedicado toda mi vida y mi tiempo a desarrollar personalidades ideológicas y libres, porque cuando la personalidad es constructiva e ideológica, el enemigo no puede encontrar ningún punto por donde entrar. La resistencia que la gente llevó a cabo en la cárcel fue una resistencia ideológica, hasta el punto que se ha convertido en uno de los valores sagrados de nuestra revolución. El enemigo libró todo tipo de guerra especial en sus cuerpos y psicologías, pero el autoconocimiento y el conocimiento del enemigo son los instrumentos de protección ante todas las formas de genocidio, destrucción, eliminación e invasión del alma, el cuerpo y la mente”.

También en la guerra en la que nos encontramos actualmente hemos vivido distintas formas de ocupación. Cuando llegó el Estado Islámico (ISIS), parecía que libraba una guerra colonialista, pero dentro de ella incluyó muchos métodos de la guerra especial. Por ejemplo, utilizando el nombre de la religión para reclutar a más gente y hacer escalar la guerra civil o asesinando en el nombre de la religión para darle una cara más oscura al Islam. Todos los tipos de ataques que ISIS utilizó eran métodos de guerra especial: la decapitación, los incendios, los asesinatos en masa y, especialmente, los métodos utilizados contra las mujeres, los secuestros, el tráfico y la violación. Todo esto se extendió, además, por las redes sociales y los medios de comunicación para instalar el miedo y el terror en los corazones y las mentes de la gente, de manera que cuando ISIS entraba en una ciudad, sin ninguna resistencia o lucha, la ciudad entera se vaciaba. Pero como nuestro pueblo estaba organizado, encontraron la forma de superar todos estos procesos.

Pero hoy vemos que los métodos que utiliza el Estado fascista turco son los mismos métodos que antes utilizó ISIS, principalmente atacar selectivamente a las mujeres de la manera más brutal y utilizando todo tipo de prácticas inhumanas, especialmente sobre las mujeres que están organizadas y que tienen influencia en la sociedad. Todo esto, con el objetivo de imponer miedo en las mujeres, de manera que no tomen su rol de liderazgo en la sociedad. Especialmente después de que ellas tuvieran un rol crucial en la construcción de la sociedad política, ecológica y democrática en la revolución de Rojava y del norte y el este de Siria, el Estado turco buscó romper la voluntad de las mujeres de estas formas bárbaras para obligarlas a rendirse y así mantener el sistema patriarcal dominante.

Hemos mencionado algunos de los métodos especiales de guerra, pero muchos otros también se utilizan en secreto. Tal y como es sabido, las personas se cuidad delante de sus enemigos y se protegen de ellos, pero confían siempre en sus amigos. Esta es también una manera que usa el enemigo para infiltrarse en nuestras instituciones con sus agentes, miembros de los servicios secretos (MIT) y servicios de inteligencia. Su objetivo es crear y extender la corrupción, la discriminación y serios conflictos dentro de la sociedad, de manera que las personas estén ocupadas con las otras y la desconfianza, la desintegración y la dispersión crezcan. Recientemente, muchas personas que hacían este trabajo han sido expuestas por nuestro servicio de inteligencia. En este momento es importante ser cuidadosas y estar alerta porque el enemigo no será descuidado. La sociedad entera debe permanecer vigilante.

Nuestra revolución es una revolución de la moral, que tiene el objetivo de construir una personalidad y una sociedad basada en la igualdad, la justicia, la democracia y la libertad. Esto no depende de los estados gobernantes, ni del régimen del partido Baas, ni del Estado turco y sus aliados, ni de los estados hegemónicos, y por esto ellos intentan trabajar en la sociedad para cambiar esta moral.

Por ejemplo, esto incluye la distribución de drogas entre la gente joven de manera que se influencia la dinámica de la sociedad y su futuro, el uso de las mujeres como mercancía material a través de abrir burdeles en las zonas que se encuentran bajo la ocupación turca, el uso de los medios de comunicación y las redes sociales para difamar sobre los partidos, las instituciones y las personas que trabajan en el proyecto democrático… También el Covid-19 es un proyecto de los sistemas capitalistas, designado para derrumbar la economía de algunos estados y expandir la hegemonía de otros. Han creado un virus y de manera deliberada no habrá cura hasta que consigan su propósito. Pero el cuerpo no es tanto un objetivo como lo es la mente. Tanto que desde que la gente supo que el virus existía, de repente no fueron más capaces de resistir. Porque hay tanta guerra psicológica que se deja a la gente sin energía, fuerza y moral.

Finalmente, cada una debe fortalecerse ideológicamente, organizarse, integrarse en su comunidad y fortalecer las alianzas de la gente de la zona, especialmente ante los eventos recientes en la región, para proteger la mente antes que el cuerpo. Especialmente ante los últimos hechos en Deir Ezzor y Raqqa, que pretenden llevarnos a una guerra civil y desintegrar nuestras alianzas, necesitamos tener confianza en nuestro proyecto.

FUENTE: Ruken Ahmed (integrante del Comité de Diplomacia de Kongra Star) / Women Defend Rojava / Edición: Kurdistán América Latina