La ofensiva de Turquía contra el PKK apunta a Sinjar y los yezidíes

Fishkhabur, Dohuk Province, Iraq. August 10, 2014. Yazidi families from Sinjar arrive at the Fishkhabur border crossing between Iraq's Dohuk Province and Syria. Thousands of Yazidi families have fled their villages in the Sinjar region of northern Iraq and have sought refuge in Kurdish-controlled areas as ISIS militants moved into their area. (Photo by Moises Saman/MAGNUM)

La muerte de 13 prisioneros turcos en manos de la guerrilla kurda del PKK, en las montañas de Kurdistán sur (Irak), ha puesto el foco sobre la ofensiva “Garra de Águila 2”, que Turquía lleva a cabo en Qandil, Sinjar y el campamento de refugiados de Makhmour, donde viven más de 13.000 kurdos que huyeron de Turquía en la década de 1990.

En el ataque que duró cuatro días murieron, además de decenas de guerrilleros, 13 soldados y policías prisioneros de la guerrilla. Según Ankara, fueron ejecutados, aunque el PKK aseguró que fue el propio bombardeo turco el que acabó con su vida.

Turquía ha aprovechado para exigir el apoyo internacional a su ofensiva, llegando a forzar a Estados Unidos a rectificar una primera declaración de condena de las muertes, al no considerarla demasiado clara, con el PKK.

Pero el interés de Ankara al reclamar este apoyo va más allá y la ofensiva se anuncia como el principio de una operación sobre Sinjar, a 80 kilómetros de la frontera turca, donde habita la minoría yezidí, y donde el ISIS esclavizó y mató a miles de personas en 2004.

Y en esa operación, Ankara se ve respaldada por el Gobierno iraquí y el Gobierno Regional del Kurdistán (KRG).

Hace siete años, la desbandada de las fuerzas Peshmerga de KRG ante el ISIS hizo que la población yezidí solo contara con el apoyo del PKK, que abrió un pasillo de huida hacia las montañas para escapar del genocidio yihadista.

Aunque tras la derrota del ISIS el PKK abandonó oficialmente la región, la seguridad quedó en manos de las Unidades de Resistencia Shengal (YBS), la milicia local afín. Y su presencia no solo irrita a Turquía. Erbil y Bagdad pactaron el pasado octubre que la seguridad de Sinjar quedaría solo a cargo de fuerzas federales, pero no contaron con el acuerdo de las YBS.

Una visita sospechosa

La visita oficial del ministro de Defensa turco, Hulusi Akar, a Irak, en la que se reunió también con el primer ministro del KRG, Masrour Barzani, en Erbil, levantó sospechas sobre una posible operación militar conjunta de Ankara, Bagdad y Erbil, señala la periodista Alba Cambeiro.

“Turquía está preparada para brindar apoyo con el fin de eliminar a los terroristas en la región iraquí de Sinjar si es necesario”, afirmó el ministro tras su visita. Unos días después comenzó la ofensiva en la que medios kurdos involucran a la inteligencia del PDK, el partido gobernante en el Kurdistán iraquí. La respuesta del presidente de la región, Nechirvan Barzani, sobre la invasión turca parecía confirmarlo: “Las áreas atacadas por el Ejército turco carecen de soberanía como resultado de la presencia allí del PKK”.

“El acuerdo Sinjar se firmó entre Bagdad y Erbil y no hay otras partes o países involucrados”, indicó a Cambeiro. No obstante, Ankara acogió con beneplácito el tratado, ya que espera la disolución de las YBS.

Otros actores complican aún más este escenario. Desde 2017, en la región de Sinjar operan también grupos afiliados a las Unidades de Movilización Popular respaldadas por Irán, que han advertido a Turquía de que intervendrán ante un ataque.

A la vez, Estados Unidos apoya a Turquía, su socio en la OTAN, pero también en el norte de Siria a las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), afines al PKK y a las YBS. En Siria, Washington ya permitió la invasión de fuerzas turcas y milicias islamistas que llevaron a cabo una “limpieza” de población que ahora podría ser el destino de los yezidíes que aún recuerdan el horror del ISIS.

El apoyo del Gobierno regional kurdo y del iraquí a la entrada turca en su territorio no es nuevo. Según explica Cambeiro, la primera incursión militar turca en la zona del Kurdistán iraquí fue en 1983, de acuerdo a un tratado firmado con Bagdad.

Desde entonces, Turquía lleva a cabo ataques aéreos y operaciones terrestres para erradicar a la guerrilla del PKK y, según un informe elaborado por el Parlamento del KRG, “las operaciones transfronterizas turcas e iraníes provocaron el desalojo de más de 500 aldeas desde 1992”.

FUENTE: Naiz / Edición: Kurdistán América Latina

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