En noviembre (de 2021), muchos intelectuales, filósofos, abogados, parlamentarios, escritores y activistas lanzaron una campaña en el marco de la Iniciativa Justicia para los kurdos: a eliminar de la lista de grupos terroristas al PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán), tanto en Estados Unidos como en Europa.
La proscripción del PKK no es solo una actitud contra un partido político, sino contra un movimiento que se ha convertido en la voz de los kurdos, que forman parte de un pueblo oprimido. Por lo tanto, el PKK no es un partido en el sentido clásico, sino una rebelión y revolución kurda. Y a menudo se lo conoce como el levantamiento kurdo número 29 de los tiempos modernos. Detrás de la prohibición del PKK, o de su inclusión en la lista de “organizaciones terroristas”, se esconde una injusticia pura y desnuda contra el pueblo kurdo.
La injusticia contra los kurdos es un resultado histórico de políticas regionales y globales con intereses particulares. Con la proscripción del PKK -que ha expuesto su verdad a través de su lucha desde 1978-, se convirtió en un objetivo en su contra. El PKK no es la causa sino la consecuencia de una injusticia contra uno de los pueblos más antiguos de la tierra: los kurdos.
Prohibiendo al PKK e incluyéndolo en la lista de organizaciones terroristas, los perpetradores del problema kurdo quieren ocultar su culpa y responsabilidad, por un lado, y por otro lado quieren castigar al PKK por haber sacado la causa kurda de sus manos.
Muy a menudo, el contexto histórico de los acontecimientos políticos actuales se olvida fácilmente. Respecto a procesos que han sido parte de la agenda política durante mucho tiempo, como la prohibición del PKK, ya no se toman en cuenta los antecedentes y su contexto histórico. Lo que lleva a que los verdaderos culpables sean percibidos como los buenos y sus víctimas como los malos.
Durante décadas, los medios occidentales y turcos han informado que el PKK es una organización terrorista y un partido político prohibido. Esta afirmación, constantemente repetida en los principales medios de comunicación, es parte de una estrategia que hace que una mentira parezca verdad y luego se deslice en el subconsciente. También deja rastros que impiden que las personas se ocupen del problema.
Una mentira y una situación brutal en la que se ha olvidado la tergiversación de los hechos.
Esta es una estrategia de guerra especial, donde se puede vencer a un oponente sin fuerza física y de manera rentable. Profana el nombre y habrás ganado alrededor del 50% de la guerra. La palabra terrorismo, que desde el 11 de septiembre de 2001 se escucha cada vez más arbitrariamente, en función de intereses políticos particulares, tiene precisamente este objetivo. Por lo tanto, no puede definirse claramente, ni política ni jurídicamente. Es un arma flexible que se puede utilizar para intimidar en cualquier momento y contra cualquier persona, según la política del interés propio.
Desde la primera prohibición oficial del PKK por parte del Estado alemán en 1993 (luego por Estados Unidos en 1997 y más recientemente por la Unión Europea-UE- en 2002), estos estados han estado legitimando su apoyo al régimen turco -ya sea dictatorial, o sus alas conservadora o socialdemócrata disfrazada- en su guerra contra los kurdos.
Digo “Estado alemán” a propósito, porque desde 1993 muchos gobiernos han ocupado el poder en ese país, pero la persecución de los kurdos bajo el pretexto de la prohibición del PKK nunca ha cesado. Al igual que el Estado alemán, los estados que han tildado al PKK de “terrorista” legitiman la brutalidad, la arbitrariedad y el despotismo del Estado turco. Por último, pero no menos importante, un informe del Parlamento británico indica que el actual gobierno turco de Erdogan está utilizando al PKK como pretexto para expandir aún más su totalitarismo.
El PKK es una consecuencia y no la causa del problema kurdo
Es importante repetir una y otra vez que el PKK no surgió en 1978 como causa sino como consecuencia de la cuestión kurda.
Mucho antes de 1978, hubo varios levantamientos kurdos contra el Estado turco. Una breve mirada a la historia puede ayudar a comprender mejor la cuestión kurda, que condujo a la fundación del PKK.
Las complejidades más adelante serán más confusas, incluso cuando el PKK haya logrado exponer el carácter internacional de la cuestión kurda.
Paralelamente a su colapso, el Imperio Otomano aumentó la presión sobre las naciones. Un nacionalismo de modelo occidental había desencadenado nuevos conflictos políticos. Las potencias europeas, como Gran Bretaña y Francia y más tarde Rusia, hicieron todo lo posible para acelerar el proceso de colapso.
Otra razón importante fue que las regiones bajo el control del Imperio Otomano eran ricas en recursos naturales, todos ellos necesarios para la industrialización en Europa.
En la agitación creada por este colapso, se produjeron una serie de levantamientos de los kurdos, que querían mantener su autonomía contra las políticas de turquificación forzada, adoptadas como base para la construcción de un nuevo Estado nacional turco.
Lo siguiente marca las instancias históricas de las luchas de la resistencia kurda por la justicia, antes de la fundación del PKK:
-Rebelión de Babanzade Abdurrahman Pasha (1806 – Mosul/Mûsil).
-Babanzade Ahmet Pasha (1812 – Mosul/Mûsil).
-Rebelión de los kurdos yezidíes (1830 – Hakkari/Colemerg).
-Levantamiento de Sherefkhan (1831 – Bitlis/Bedlîs).
-Levantamiento de Bedirkhan (1835 – Botan).
-Levantamiento de Garzan (1839 – Diyarbakir/Amed).
-Levantamiento de Bedirkhan Osman Pasha y su hermano Husein Pasha (1872 Mardin-Cizre)-
-Levantamiento del Jeque Ubeydullah de Nehri (1880–1881-Colemerg/Hakkari).
-Bedirkhan Emin Ali (1889 – Erzincan/Erzingan).
-Bedirkhan y Levantamiento de Halil Rema (1912 – Mardin).
-Sheikh Selim Shehabettin (1912- Bitlis/Bedlîs).
-Revuelta de Simko Shikak contra Irán (Primer levantamiento 1918-1922, segundo en 1926).
-Levantamiento de Koçgîrî (1920- Koçgîrî/hoy región de Sivas).
-Rebelión de Sheik Mahmoud Barzanji (1922-1924).
-Levantamiento de Sheikh Sait (febrero-marzo de 1925, Amed, Bingol, Erzurum, Muş).
-Primera rebelión de Ararat/Ağrı (16 de mayo-17 de junio 1926).
-Segundo Levantamiento de Ararat/Agirî (10 de septiembre de 1927).
-Tercer Levantamiento de Agirî/Ararat/Zîlan (25 de septiembre de 1930, región de Agirî).
-Rebelión de Sason (1935-Siirt).
-Levantamiento de Dersim (1937-1938).
-Fundación y posterior represión de la República de Mahabad en el Kurdistán Oriental (22 de enero al 15 de diciembre de 1946).
-Guerra iraquí-kurda (1961-1970; segunda ola de guerra 1974-1975).
Después de que los otomanos fueran derrotados en la Primera Guerra Mundial, los estados europeos comenzaron a dividirse los territorios del imperio entre ellos. En partes de los mismos territorios, se sentaron las bases para la construcción de los estados nación de Turquía, Irak, Siria, y más tarde Irán.
Los territorios kurdos quedaron divididos entre estos estados y todo esto se selló el 24 de julio de 1923, al final de una larga conferencia en Lausana. Antes de Lausana, hubo varias conferencias, congresos y acuerdos sobre la distribución del botín territorial.
El destino de los kurdos y de Kurdistán ha sido un tema central en las reuniones y acuerdos internacionales, pero sin la participación de los kurdos. Algunos de estos han sido:
-Conferencia de Berlín, del 13 de julio de 1878.
-Acuerdo de Sykes-Picot, del 16 de mayo de 1916 (franco-británico).
-Acuerdo de Erzincan entre turcos y rusos, del 8 de diciembre de 1917.
-Armisticio de Mudros, del 30 de octubre de 1918.
-Conferencia de París, del 18 de enero de 1919 al 21 de enero 1920.
-Conferencia de San Remo, del 8 al 26 de abril de 1920.
-Congreso de Sevres, el 10 de agosto de 1920.
-Congreso de El Cairo, del 12 al 30 de marzo de 1921.
-Conferencias de Lausana de 1923 a 1924.
-Reunión de Bruselas, el 5 de junio de 1926.
-Acuerdo de Argelia, el 6 de marzo de 1975.
El descubrimiento prometedor: la carta kurda
La cuestión kurda, a su vez, es resultado del colonialismo europeo en Oriente Medio. El capitalismo europeo ha practicado su expansión a través de la colonización de diferentes partes del mundo. Por lo tanto, la cuestión kurda es una cuestión generada por Europa para controlar los cuatro estados nacionales creados como estados coloniales sobre Kurdistán: Turquía, Irán, Irak y Siria.
En términos de cooperación y confrontación entre los estados coloniales de Turquía, Irán, Irak y Siria, los kurdos se convirtieron en la base de un problema de seguridad. A través de esto, los dictadores que sirvieron a las potencias occidentales podrían recibir apoyo oficial en sus genocidios contra los kurdos. Para mantener a los estados bajo control, los poderes occidentales siempre amenazaron con la carta kurda, que sigue siendo una fobia institucional para los estados coloniales. El PKK ha logrado exponer este juego. Con sus obras, el líder kurdo Abdullah Öcalan hizo esto aún más concreto y obvio.
Es decir, los estados coloniales se desarrollaron como estados nacionales en la región en beneficio del capitalismo occidental. Como resultado, la cuestión kurda es creada por los intereses capitalistas en Oriente Medio. Desde este punto de vista, el PKK ha logrado exponer la máscara del nacionalismo de estos estados, y cómo han sido utilizados como instrumentos del capitalismo occidental no solo contra los kurdos, sino contra todos aquellos que anhelan la libertad ante la opresión.
Al organizar la diáspora kurda en todo el mundo, pero especialmente en Europa, el PKK pudo exponer a los creadores de la denominada cuestión kurda.
El fortalecimiento del PKK no pudo ser impedido por la prohibición en Alemania, en Estados Unidos y finalmente en la UE. El PKK sufrió una derrota histórica con el secuestro de su fundador, Abdullah Öcalan, el 15 de febrero de 1999.
Pero Öcalan ha utilizado su secuestro como una ocasión para una confrontación radical con el sistema gobernante, lo que él llama “modernidad capitalista”.
Finalmente, ni el régimen de encarcelamiento arbitrario en la isla-prisión de Imrali, donde Öcalan es castigado con un confinamiento solitario, ni el pleno apoyo de la OTAN a su Estado miembro Turquía no impidieron que el PKK se volviera aún más fuerte e internacional. Hoy, el PKK, con la implementación del paradigma de su fundador Abdullah Öcalan, está haciendo grandes contribuciones a temas globales como la cuestión de la historia, la cuestión ambiental, el nacionalismo y el patriarcado como base del capitalismo.
Soluciones alternativas del PKK y la agresión de Turquía
Con la Revolución en Rojava, el proceso de liberación del PKK ha alcanzado su punto máximo. Todas las alternativas de una vida libre, que se practican en Rojava, Bakur, Bashur, Rojhilat y en la diáspora, tienen lugar tanto a nivel local como nacional, pero también brindan soluciones en todo el mundo. Fueron los combatientes del PKK quienes aplastaron a ISIS (Estado Islámico), que tenía como objetivo a las mujeres y a los diferentes pueblos de Oriente Medio. Uno debería imaginar qué hubiera pasado si el PKK no hubiera aplastado a ISIS.
Hoy, después de 40 años de intensa lucha por la libertad, al menos la verdad ha salido a la luz. Esto es importante para el logro de la justicia. Es decir, que los originadores de los conflictos, de los problemas y de las guerras, están de un lado, y los que luchan por la paz y la democracia, están del otro.
Podemos hablar de un problema turco y una solución kurda. El Estado turco hoy se ha convertido en un Estado agresivo y desestabilizador no solo en Oriente Medio, sino en el norte de África y en todas partes donde hay musulmanes. Con fines de expansión, el actual régimen turco utiliza el Islam como instrumento político de poder.
La membresía de Turquía en la OTAN ha sido un argumento decisivo de por qué los países de la alianza atlántica han apoyado a Turquía no solo política, diplomática y económicamente, sino también militarmente contra el PKK.
La revolución del PKK siempre se ha equiparado al separatismo. De hecho, practica un confederalismo democrático, lo que significa una democracia -sin el gobierno de un poder estatal central- que prevé la coexistencia de los pueblos dentro de las fronteras existentes según el Tratado de Lausana de 1923. Actualmente, es el Estado turco el que viola la soberanía de estados como Siria, Irak, Libia, Armenia, donde interviene militarmente.
El levantamiento kurdo liderado por el PKK siempre ha sido tratado como un problema de seguridad por parte de Turquía, Irán, Irak y Siria. Ahora son estos estados los que se han convertido en un tema de seguridad para los pueblos y la región.
Durante 36 años, la etiqueta del PKK como organización terrorista se legitimó originalmente con el asesinato del primer ministro sueco, Olof Palme, en 1986. Pero la verdad tiene una peculiaridad: emerge mañana, si no hoy. Olof Palme era amigo de los pueblos oprimidos, como los palestinos, estaba en contra del régimen del apartheid en Sudáfrica, y también defendía el derecho de los kurdos a la autodeterminación.
Después de 36 años, la verdad salió a la luz: el PKK no tuvo nada que ver con ese asesinato. El expediente fue cerrado, pero el gobierno sueco todavía no se ha disculpado por esta acusación, que le ha costado la libertad a cientos de kurdos.
La verdad de que el PKK no es una organización terrorista también fue confirmada por las decisiones del Tribunal Europeo de Luxemburgo, en 2018, y de un tribunal belga en 2020.
Sin embargo, dado que la carta kurda es efectiva, los estados quieren confiar en el statu quo proporcionado por esta carta, y ven el fortalecimiento de los kurdos como una amenaza para sus propios intereses. Por ello, la legitimación internacional de la política de ocupación turca en Rojava y en el Kurdistán del Sur sigue encubierta con el argumento de la presencia del PKK. Por lo tanto, cuando Turquía usa armas químicas contra los combatientes del PKK, la OPAQ hace la vista gorda. Se trata de debilitar a los kurdos, que se han vuelto demasiado fuertes, a través de la agresión turca para poder instrumentalizarlos nuevamente.
Porque con esta carta, los kurdos se han convertido en meros factores o instrumentos. Hoy, sin embargo, con la revolución de 40 años, los kurdos se han convertido más en partes interesadas o actores, y pueden cambiar el juego.
Aunque los estados antes mencionados han incluido al PKK en sus listas de organizaciones terroristas, todos tienen relaciones de facto con el PKK. Sin embargo, es probable que la exclusión finalmente abra el camino para una solución política oficial, lo que sería una gran contribución para la paz en la región. Por lo tanto, la campaña para eliminar al PKK de la lista no solo ha sido una muestra de solidaridad con los kurdos, sino que también es una gran contribución a la paz.
Los estados han encubierto y tratado de justificar su injusticia contra el pueblo kurdo al incluir al PKK entre los “grupos terroristas”.
Sin embargo, las fuerzas no estatales también pueden mostrar su posición mediante su compromiso con los kurdos contra esta injusticia. Una firma contra la exclusión del PKK de las listas de terrorista puede lograr mucho políticamente; y si millones firman, entonces mucho mejor.
Por eso, unámonos a la campaña para eliminar al PKK de la lista de organizaciones terroristas.
FUENTE: Nilüfer Koç (integrante del Consejo Ejecutivo y portavoz de la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso Nacional del Kurdistán –KNK-) / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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