Los últimos asirios de Mesopotamia (Documental)

“Los últimos asirios de la Mesopotamia”, es un documental sobre los últimos asirios cristianos de Oriente Medio, dirigido por Ferran Barber y emitido por Telemadrid en 2005.

El film cuenta con guión de Barber y Manuel Martorell, e imágenes de Iñigo Uriz.

El documental

Dos reporteros españoles viajaron a Mesopotamia en plena invasión norteamericana de Irak para investigar qué queda hoy y cómo viven los últimos asirios del llamado Creciente Fértil. Del trabajo realizado por Ferran Barber e Iñigo Uriz durante esos tres meses surgió un libro, alrededor de treinta reportajes y un documental, emitido en 2005 por Telemadrid. Nunca nadie, hasta la fecha, había documentado de este modo el silencioso genocidio del que vienen siendo víctimas los últimos cristianos de Oriente Medio.

Un millón de caldeo-asirios, los habitantes originarios de Mesopotamia, han abandonado Oriente Medio durante las últimas dos décadas con la esperanza de escapar de la miseria y la violencia. En Turquía e Irán están ya casi a punto de extinguirse y en Irak, su número ha caído a la mitad en tan sólo quince años hasta fijar su población en algo menos de un millón de almas. Lejos de mejorar su situación, la invasión norteamericana de este último país ha precipitado un nuevo éxodo de esta minoría de credo cristiano. Desde 2003, varios miles de familias se han sumado a la diáspora y han cruzado la frontera en dirección a Siria, estación intermedia en su viaje hacia Occidente, por temor a que los ataques aislados de los que hasta la fecha han sido víctimas sean sólo el preámbulo de una limpieza étnica semejante a las que sufrieron en Turquía e Irak a principios del pasado siglo.

Nación caldeo-asiria

Por “caldeo-asirios” se tienen alrededor de tres millones de personas, repartidas por Irak, Irán, Siria, Turquía y la diáspora (Estados Unidos, Suecia, Canadá y Austrlia, principalmente). Son los descendientes de acadios, babilonios, caldeos y asirios y reclaman para sí derechos políticos, culturales y lingüísticos acordes a esa condición. Aunque ni en los más cerrados círculos nacionalistas se pierde de vista la identidad cristiana de estas comunidades, su principal preocupación actual es que se reconozca la existencia política de la NACIÓN ASIRIA. En contra de lo que suele pensarse, “ni el arameo o siriaco, la lengua de Cristo, es una lengua muerta ni los pueblos que vivían entre el Tigris y el Éufrates fueron barridos de la faz de la tierra por persas, macedonios y árabes”. Los asirios son, de hecho, los portadores de esa importante herencia. En las actuales circunstancias geopolíticas, únicamente en Irak tienen posibilidades de lograr dicho reconocimiento gracias, esencialmente, a los cambios políticos y a su importancia demográfica (el 5 por ciento de la población iraquí es asiria). De ahí la relevancia de conocer y dar a conocer qué está sucediendo exactamente con este pueblo olvidado.

Genocidios ignorados

El resurgir del pueblo asirio ha ido parejo al crecimiento de la importancia de un movimiento nacionalista alumbrado en el XIX y definitivamente forjado tras las tragedias que sus comunidades sufrieron el pasado siglo. En 1915, primero, y en 1933, de nuevo, varios centenares de miles de ellos fueron asesinados por los ejércitos turcos e iraquíes, respectivamente, en dos sangrientos y planificados genocidios que, a diferencia del armenio, no han merecido un par de líneas en los libros de historia occidentales. En pocos panteones descansan tantos mártires como en los del pueblo caldeo-asirio, permanentemente hostigado por vecinos hostiles y por fanáticos musulmanes y cristianos occidentales. Las pequeñas comunidades de supervivientes que no han logrado ser aniquiladas o absorbidas étnica, cultural y religiosamente se reparten hoy por diferentes áreas de Oriente Medio y el exilio.

Los primeros cristianos

Los habitantes de Mesopotamia tienen a gala el haber sido evangelizados por Tomás el apóstol cuando viajaba de camino hacia la India. Esta extendida creencia está más sustentada en la leyenda que en la Historia, pero llama la atención sobre una cuestión tan cierta como desconocida: los autodenominados caldeo-asirios fueron uno de los primeros pueblos en rendir culto a Cristo. Durante casi veinte siglos se han mantenido fieles a la fe que sus antepasados abrazaron en perjuicio de su religión original: el ashurismo.

Nota:

*Este texto es un compendio de informaciones publicadas por Ferran Barber en Interviu, El Mundo, El Semanal y Tiempo, entre otras publicaciones. Para cualquier información adicional, o para adquirir algún producto informativo de la Agencia BALABUSCA COMUNICACIÓN, puedes ponerse en contacto con Ferran, a través del email ferranlikesyou@gmail.com).

FUENTE: Freedom & Worms