Mis sentimientos sobre Jineolojî

Jineolojî, que definimos como la ciencia de la mujer, de la vida, de la sociedad y como el sentido, ha intentado intervenir en el campo de las ciencias sociales desde hace más de una década. En este período, ha desafiado la mentalidad creada por la modernidad capitalista, que es el centro de atención y de las contradicciones. Todas las que se han interesado y preocupado por Jineolojî en este periodo de tiempo -yo incluida- han ganado, en mi opinión, el poder de definir la vida, han aprendido a encontrar en sí mismas lo que se buscaban en la distancia, y a “sentir” cuando se considera la vida como un todo, y cómo ahora todo tiene sentido.

No veo ningún problema en utilizar el término “sentir”, porque Jineolojî también desafía a la ciencia, que en gran medida está desprovista de sentimiento en términos de contenido. Sólo este término, que supera los límites de los modelos mentales que nos han sido dados y abre una puerta a una nueva ciencia, se ajusta a lo que quiero comunicar. Sin embargo, no basta con “sentir”. Jineolojî ha apoyado la pretensión de definir el observar, el conocer, el significar, el buscar y el analizar, adaptados a la vida como una ciencia propia. En este texto trataré de explicar qué camino ha recorrido jineolojî en el transcurso de estos diez años para acercarse a la pretensión de convertirse en una rama propia de la ciencia.

Podemos atribuir la distancia que ha recorrido jineolojî -como en cualquier otra ciencia- al esfuerzo por establecerse conceptual, teórica e institucionalmente. En primer lugar, como en cualquier ciencia social, se trataba de desarrollar una comprensión científica de factores básicos como la existencia, el conocimiento y los métodos. Se basaba en el hecho de que el papel de las mujeres y sus conocimientos casi no tenían cabida en las ciencias sociales, o que este lugar estaba muy distorsionado, lo que no hacía sino profundizar en los problemas sociales. En cierto modo, se atrevió a gritar una verdad que en el pasado muchos investigadores que habían intentado analizar el sistema habían ocultado. Así, supimos dónde colocar las piezas del rompecabezas, que faltaban en nuestras manos.

El río que encuentra su propio cauce

Jineolojî ha desafiado a las entidades informativas del sistema, ha procedido con contradicciones, objeciones y preguntas, y ha revelado la sinergia de cada individuo y zona, con la que ha entrado en contacto. Jineolojî ha pretendido dar pasos que satisfagan la pretensión de ser una ciencia al servicio de la sociedad y no de la dominación. Al ver que el enfoque fragmentado de las ciencias sociales de la mujer, la sociedad y la naturaleza conducía fácilmente a la explotación por parte de los gobiernos, se esforzó desde el principio por establecerse como una ciencia con la sociedad, para las necesidades de ésta.

¿Cómo lo hizo? Celebró el debate “¿Qué tipo de ciencia social será Jineolojî?” no en las academias, donde los problemas de la sociedad se consideran siempre desde la distancia, sino con la sociedad. En primer lugar, discutió con las pioneras de su propia revolución o, en otras palabras, con las pioneras que basaron la revolución de las mujeres en dicha ciencia. Jineolojî no surgió de un grupo que mantuviera discusiones abstractas sobre la libertad. Esta comunidad trataba de reflejar los principios de una vida libre que había desarrollado por sí misma, a través de las relaciones entre hombres y mujeres, la comprensión de la administración, la naturaleza y la forma de tratar a todo ser vivo en ella. Estaba formada por personas que cortaron sus vínculos con el sistema existente y sintieron la libertad en ese momento. Y lo que es más importante: era una comunidad basada en la creación de la libertad de forma inmediata.

Fue este grupo, especialmente las academias de mujeres libres en las montañas del Kurdistán y la fuerza constructora de la revolución kurda, el que sentó las bases de una vida alternativa en muchos campos diferentes como la economía, la cultura, la autodefensa, la justicia y la política. Sólo la comunidad que prometía a la gente un futuro y arriesgaba su vida por él, podía sentir cómo una ciencia debía estar al servicio de la sociedad, y sólo una estructura así podía crear esa ciencia.

Así, una conferencia en las montañas del Kurdistán creó un marco para la crítica de Jineolojî a las ciencias sociales, sus métodos y prácticas. Con la motivación generada por este marco, Jineolojî se desarrolló de forma diferente en todos los campos. Este fue precisamente el resultado que fue coherente con la pretensión de ser una ciencia social. Por lo tanto, comparamos la Jineolojî con el río que encuentra su propio cauce.

Los primeros estudios concretos

Veamos ahora cómo este río se ha hecho un hueco en diferentes zonas geográficas, abriéndose paso entre la tierra, y filtrándose en las profundidades.

Los primeros estudios concretos sobre la ciencia de las mujeres comenzaron en Rojava y, sin duda, fueron los que más resultados produjeron allí. Dado que las mujeres fueron la fuerza fundadora de la revolución en los campos de la autodefensa, la política, la economía, la cultura, la justicia y muchos más, las convenciones sociales de las mujeres, rápidamente practicadas, las institucionalizaciones formadas según las necesidades de las mujeres (Mala Jîn, Jînwar, academias y cooperativas de mujeres…) formaron la base para el desarrollo de Jineolojî. Esto promovió el proceso de educación en estas institucionalizaciones y al mismo tiempo se alimentó de él.

Los seminarios y las formaciones de Jineolojî en cientos de academias de Rojava han desempeñado un papel importante en el cambio de mentalidad de las fuerzas protectoras y fundadoras de la revolución. De este modo, creó sus propias institucionalizaciones. Los centros de investigación Jineolojî establecidos en Afrin el 16 de agosto de 2017 (ya no está en funcionamiento debido a la ocupación), en Dêrik el 22 de septiembre de 2017, en Manbij el 2 de enero de 2018, en Kobanê dentro de las fronteras de la región del Éufrates el 6 de marzo de 2018, en Hesekê el 8 de enero de 2019, el 25 noviembre de 2020 en Tabqa, el 9 de enero de 2021 en el campamento para personas de Afrin cuyas tierras están ocupadas, y en Alepo el 4 de abril de 2021. Se trata de instituciones muy importantes que aseguran la relación íntima de la Jineolojî con la sociedad. Las participantes de estas instituciones tratan de llenar la reserva de conocimientos de la Jineolojî en economía, demografía, historia, mitología, ética, estética, etc. Investigan sus propias sociedades y su historia, y lo hacen más allá de los límites del Estado y del patriarcado.

A veces, trabajan en colaboración con una curandera, a veces con un dengbej, a veces con académicos. Los análisis sociológicos que realiza cada centro sobre el cuerpo también se consideran estudios fundamentales para llegar al origen de los problemas sociales. Mencionemos también que el interés por la Jineolojî no se limita a las regiones donde viven los kurdos. En ciudades como Manbij, Tabqa y Raqqa, liberadas de ISIS, no se puede subestimar el número de mujeres árabes que se ofrecen para realizar estudios de Jineolojî. De este modo, la posibilidad de acceder a las fuentes (libros árabes e historias orales) donde podemos encontrar información almacenada en los países de Oriente Medio, aumenta considerablemente.

Uno de los estudios más fundamentales de Jineolojî en Rojava es la investigación sociológica para resolver problemas sociales. Por ejemplo, durante la revolución en Rojava, la investigación sociológica ha servido para establecer que las mujeres eran la fuerza constructiva en Rojava.

La obra, que trata de la conexión de las condiciones actuales con la primera revolución de las mujeres, y de un pueblo atrapado entre la condición de refugiado y la guerra, y en proceso de reconstrucción, está terminada. Actualmente, se está preparando su publicación en kurdo.

Una de las obras más prometedoras de Jineolojî ha sido la construcción de la Aldea de Mujeres Jînwar, que WJAR (Fundación de Mujeres Libres en Rojava) puso en marcha como proyecto conjunto con WJAS (Fundación de Mujeres Libres en Siria) y Kongreya Star (Movimiento de Mujeres en el Norte de Siria), en 2017.

Jînwar, donde la construcción de las casas finalizó el 25 de noviembre de 2018, es ahora un espacio vital que tiene capacidad, a través del centro de curación y salud “Şîfa Jîn”, para atender los problemas de salud de las mujeres junto con los de las aldeas de los alrededores. El pueblo cuenta con una escuela trilingüe para estudiantes, una panadería y ha desarrollado la agricultura y la ganadería. Jînwar es, por así decirlo, un pueblo donde se practica la Jineolojî.

La Facultad de Jineolojî, inaugurada en la Universidad de Rojava durante el curso 2017/2018, es una de las instituciones más importantes sobre Jineolojî. La Facultad está tratando de reestructurarse desde 2021. Hay una preparación detallada sobre muchos temas, desde el plan de estudios hasta el sistema de puntuación o un consejo consultivo de la facultad. Varias instituciones que cooperan con la facultad también están involucradas en este proceso. Además de la Universidad de Emden, en Alemania, se está tratando de cooperar con varias escuelas que ya han sido capaces de establecer un sistema educativo alternativo en América Latina.

El Instituto Andrea Wolf

El Instituto Andrea Wolf (fundado en mayo de 2017) es otra institución en la que trabajan juntas mujeres de diferentes regiones del mundo. Con sus círculos educativos, grupos de investigación y proyectos artísticos, Jineolojî se está convirtiendo en un importante recurso con el que se encuentran todas las mujeres del mundo. Los estudios realizados en el instituto ya se han convertido en un producto concreto.

Los folletos titulados “La educación revolucionaria y la muerte del hombre”, publicados en diferentes idiomas, y el libro “Mujer, Vida, Libertad”, que recoge las experiencias del movimiento de liberación de las mujeres kurdas, son también productos de un grupo de mujeres internacionales que realizan diversos trabajos en el Instituto. Publicado en castellano, el libro ha sido traducido al italiano y ha llegado a sus lectores a finales de 2021. Su segundo volumen (el primero se está preparando para la segunda edición) está en curso. La idea básica del libro “Sabemos lo que queremos” (“Wir wissen was wir wollen”), que ha recibido gran atención en Alemania, también surgió de los debates en el Instituto. Al intensificar el trabajo de quienes realizaban no sólo la educación pública externa, sino también la educación comunitaria y los estudios de Jineolojî, se crearon productos como folletos y libros. Entre ellos se encuentran “Ética-estética” (en cuatro idiomas) y “Politización de las emociones” (en cinco idiomas). En esta década también se publicaron los “Apuntes de conferencia”, que describen todas las cuestiones teóricas y prácticas de la Jineolojî, y el título “Modernidad democrática y feminismo”. Además de los folletos de promoción de la Jineolojî publicados en Europa en siete idiomas, se han entregado en forma de folletos a los círculos correspondientes algunos de los debates en 21 campamentos de Jineolojî diferentes en América Latina y en países europeos. En este contexto, se han publicado dos folletos en catalán y dos en alemán. Se ha publicado una selección especial de revistas sobre Jineolojî en inglés, árabe y soranî. La Revista Jineolojî, que se publica cada tres meses, está en su quinto año. Actualmente, se está preparando el número 23.

Lo que trato de decir es que, basándose en la educación de las ciencias sociales, Jineolojî ha formado un gran complejo en este corto lapso de diez años.

Los libros y folletos mencionados anteriormente son en realidad el producto de experiencias que se transmiten así a la generación futura y se registran en la producción intelectual, perpetuando la lucha por la existencia y la libertad de las mujeres. Este proceso de producción intelectual, partiendo de sus propias necesidades, puede conectar la red de información. Ninguna experiencia y producción se separa del otro campo, todos los resultados concretos se recogen en el fondo de Jineolojî, e incluso la producción de un campo motiva y alimenta otro campo. En otras palabras, el flujo no se origina en una necesidad fijada en la cima, sino en el contacto con el progreso de lo local hacia la universalidad. Esto es lo que hay que entender de la práctica de Jineolojî.

Sin duda, hay muchos más resultados prácticos de los últimos diez años. La verdad que se revela es mucho más importante para mí. En este sentido, la emoción que expresé al principio es significativa. La transformación que experimenta cada mujer que se dedica a la Jineolojî es el resultado más duradero para mí. Reconocer los escollos mentales que el sistema dominado por los hombres pone a las mujeres, abrazar los valores ético-estéticos que vienen a través de la conectividad femenina, ganar conciencia para definir la propia existencia, ganar aspiración para superar los problemas sociales anudados, realizar el propio potencial, es decir, sentir la sinergia, ganar fuerza en la lucha contra el sistema -estos sentimientos han aparecido en cada mujer que conoció la Jineolojî y participó en los estudios realizados sobre la base del pensamiento y la vida de la Jineolojî.

Esta es la primera posición que ganamos contra el modo de pensar que intenta separar los pensamientos, los conocimientos, los sentimientos y la intuición de las mujeres. Ser capaces de despertar emociones mientras producimos pensamientos y confiar en nuestra intuición mientras perseguimos el conocimiento.

La práctica alcanzada durante este tiempo es muy valiosa. Es una necesidad hacer visibles estos valores y entender estos resultados como un prerrequisito para una ciencia y como el comienzo de una larga marcha. Sólo con esta producción científica será posible cambiar la información que hoy define la memoria humana.

¿Ha sido Jineolojî capaz de analizar adecuadamente todas las contradicciones sociales, o puede formar una base suficiente para el ascenso ideológico y revolucionario de los que luchan contra el sistema? Cada vez que nos ocupamos de esta cuestión, al encontrarnos con personas llenas de contradicciones, culturas diferentes, identidades, movimientos y mentes llenas de positivismo insidioso, nos hacemos esta pregunta. Estos encuentros nos hacen sentir que estamos al principio del camino. Pero vemos las contradicciones y los signos de interrogación como el comienzo de la transformación. Nos transformamos a medida que desarrollamos nuestras aspiraciones de conversión. Aprendemos mientras buscamos enseñar. Creamos nuestra propia identidad mientras perseguimos la verdad de las mujeres. No nos importa el largo camino para llegar allí.

Los esfuerzos de las mujeres que participan en los estudios de la Jineolojî en Europa para revivir sus propias mitologías; seguir las historias de las mujeres que resistieron contra el fascismo; las historias que los ancianos cuentan a los niños en el Centro de Investigación Jineolojî de Dêrik; el hijo de una madre yezidí muda que aprendió a hablar después de empezar a vivir en Jînwar –haber tenido todas estas experiencias prometedoras al principio de este largo camino nos infunde el valor, la esperanza y el deseo de recorrer también el resto del camino.

FUENTE: Zîlan Diyar (Comité Jineolojî Europa) / Kurdistan Report / Traducción: Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina

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