Movimiento de la Juventud Libre en Rojava: ¿Cómo queremos vivir?

Este artículo de opinión es una exposición de diferentes entrevistas y debates que he tenido con las organizaciones del movimiento de la juventud en Rojava, principalmente con las estructuras de la ciudad de Qamishlo. Trato de reflejar el carácter de sus prácticas y pensamientos, así como hacer una llamada a la reflexión por parte de la juventud crítica occidental.

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“La juventud es siempre la parte de la sociedad que está más abierta a los cambios, más abierta a las renovaciones, básicamente la juventud significa el ‘Renacimiento’ dentro de la sociedad”

En el centro social y de trabajo de Ciwan Azad Rojava (Juventud Libre de Rojava) en Qamishlo nos reciben diferentes portavoces de comisiones y grupos de la organización de la juventud de Rojava, Norte de Siria. La sala es amplia, de la pared cuelgan las fotos de los y las mártires de la organización juvenil en la revolución y varios retratos del líder kurdo encarcelado Abdullah Öcalan. Nos reciben con çay (té) y dulces. Nos sentamos en un amplio círculo de sillones y comenzamos una larga rueda de entrevistas y debates.

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Hay en Oriente Próximo una enorme necesidad de cambio. El modelo del sistema del Estado-nación no funciona por más tiempo, incluso tras haber sido impuesto por el miedo y la tiranía durante décadas. La necesidad de ruptura se hace palpable con las Primaveras Árabes y culmina con la revolución en Rojava. El motor de estos cambios ha sido, en todos los casos, la juventud de la propia región.

Los grandes problemas de Oriente Próximo se fundamentan básicamente en tres pilares mentales: el patriarcado, el nacionalismo y el fundamentalismo religioso. Cualquiera de las fuerzas, estados o regímenes de la región tratan de imponer su poder con una o varias de estas doctrinas. Pero estas doctrinas no son propias de la región. Fue en Mesopotamia donde se establecieron las primeras sociedades sedentarias matrilineales, donde el liderazgo de la mujer trajo la prosperidad a las sociedades del neolítico. Así mismo la pluralidad religiosa demuestra que en la región siempre han convivido decenas de diferentes etnias, culturas y tradiciones religiosas, que si han logrado sobrevivir durante cientos de años es porque ha existido una convivencia y entendimiento mutuos. En cuanto al sistema de Estado-nación, es un modelo impuesto por fuerzas extranjeras durante el último siglo que, a pesar de los esfuerzos por implementar su arquetipo, no han logrado que arraigue en la sociedad todo lo profundamente que se ha deseado.

El paradigma ideológico de la revolución de Rojava basa su liderazgo en dos identidades de la sociedad: una son las mujeres, la otra la juventud. La juventud es la parte más dinámica de la sociedad, aquella que siempre cuestiona lo establecido y critica abiertamente los fallos que la sociedad tiene. La conciencia de la juventud se predispone, básicamente, a empujar a la sociedad hacía el cambio. “El joven que no es activo no puede reclamar ese nombre para sí mismo, un joven pasivo no es más un joven”.

Otro importante punto del paradigma ideológico es la lucha contra la gerontocracia. La gerontocracia es el acercamiento jerárquico que hace el sistema a la juventud, denostando sus capacidades y no considerándolos como un actor válido dentro de la sociedad. La lucha contra la gerontocracia es básicamente la lucha contra el establishment. El sistema siempre busca imponer su hegemonía sobre la juventud y utilizarla para su propio bienestar y beneficio. La base para la lucha contra el statu quo del sistema es la conciencia y la organización de la juventud de manera autónoma e independiente. El primer objetivo a conseguir es que el Estado y los diferentes actores sociales comprendan y acepten que tanto los niños como los jóvenes tienen una opinión propia y que ésta debe ser escuchada y valorada también.

Antes de la revolución de Rojava, la juventud estaba controlada por el régimen del Baaz, una juventud oprimida y estancada, traicionada por el propio régimen. El régimen ejercía una gran influencia ideológica sobre la juventud y especialmente en las grandes ciudades como Qamishlo. Cuando estalló la revolución de Rojava, la juventud recuperó su liderazgo natural en la sociedad y ha sido el motor tanto militar como ideológico-social del cambio que hoy podemos ver en el norte de Siria.

La pregunta clave para el movimiento de la juventud siempre es: “¿Cómo queremos vivir? ¿Qué es para nosotros una vida libre?”. Las conclusiones obtenidas de los intensos debates son que el sistema capitalista no es un modelo propio de Oriente Próximo, sino que es un sistema impuesto por potencias extranjeras a través de diferentes mecanismos: militar, económico, político e ideológico; el sistema capitalista es contrario a la vida y a la sociedad, de hecho trata de destruirla, impulsando un modelo de vida individualista que destruye la ética social y destruye la cultura de los pueblos, que busca separar a los individuos y que, por lo tanto, es contrario a la propia vida. La juventud en Rojava se considera en guerra contra el capitalismo, sobre todo a través de una guerra ideológica para recuperar la tradicional vida comunitaria y diversa de la región.

Pero reconocen que dicha lucha está llena de contradicciones y errores. “La lucha contra el capitalismo no es algo que puedas determinar, que tiene que ser así y así lo hacemos, no funciona de este modo ni para la personalidad individual ni para la sociedad. No puedes decir ‘no tienes que ser capitalista y dejar de serlo’”. Reconocen que cuentas con cientos de militantes que hacen grandes esfuerzos por el movimiento juvenil, que desarrollan un trabajo pleno con gran dedicación, pero que continúan manteniendo un estilo de vida capitalista.

Consideran que la realidad de la lucha anticapitalista es una pelea a largo plazo, que se hace a través de pequeños y firmes pasos, de generar cientos de errores, tratar de reconocerlos y corregirlos. La base para ellos está en el autoanálisis, la autoconciencia y la educación. Las estructuras revolucionarias en Rojava están inundadas de academias y de cursos. La educación, junto con la crítica y la autocrítica, son las bases del movimiento. Uno de los principales objetivos es la creación de un individuo revolucionario, de superar la personalidad activista que trabaja en contra del sistema, pero siempre manteniendo un pie dentro de él. Buscan moldear una personalidad revolucionaria, que desarrolle una vida plena en favor de la lucha y de la sociedad.

De este modo, era la juventud la que sentía la necesidad del cambio de manera más drástica, principalmente sentían que debían recuperar su propia conciencia como juventud. Con el régimen de Al Assad los jóvenes sentían que vivían una vida completamente inconsciente, sin ningún significado profundo. Los primeros grupos que se formaron en Rojava dedicaron gran parte de su tiempo al auto-aprendizaje, al cuestionamiento de su modo de vida y sus creencias. Se preguntaban: “¿Cuáles son los objetivos de la juventud en la vida y en qué sentido queremos dar significado al propio modo de vida? ¿Cómo queremos trabajar? ¿Cuál es la realidad de la situación de la juventud en la sociedad? ¿Cuáles son nuestras necesidades?”.

Lo primero que se dispusieron a desarrollar fue la identidad de una juventud democrática, promover una juventud más activa, con una visión propia, con unas estructuras autónomas que fueran aceptadas por la sociedad como actores importantes del cambio. Para ello organizaron conferencias de juventud por todo el territorio y concretamente en Qamishlo se creó un consejo de jóvenes que desarrolló la base de la estructura sobre la que se trabaja hoy en día. La organización se compone de diferentes comisiones: autodefensa, arte, cultura, deporte, medios de comunicación, mujeres, etc…

Medios de Comunicación y Juventud

“(…) Como antes no había medios independientes, la mayor necesidad del movimiento (en cuanto a medios de comunicación) era bidireccional, para dentro y para fuera, era institucionalizar nuestras voces. Claramente no podían ser cubiertas todas las necesidades de la revolución, pero la mayor de esas necesidades era crear mecanismos para ganar la guerra ideológica, para difundir la conciencia entre la sociedad (…)”.

El portavoz de medios del movimiento de la juventud reconoce que durante el régimen del Baaz la sociedad no tenía una voz propia, todos los medios de comunicación estaban supeditados a la doctrina del partido. Incluso para los profesionales de la comunicación, las alternativas eran o trabajar para los medios del partido o emigrar si querían desarrollarse profesionalmente de manera independiente.

La posibilidad de expresión, especialmente para las mujeres y los jóvenes, era nula. Ninguna de estas identidades sociales podía ni siquiera plantearse el alzar su voz o tener una conciencia u opinión propias. Por lo tanto, lo primero que se hizo al estallar la revolución fue dar un espacio independiente y autónomo a las mujeres y a la juventud, un lugar donde poder expresar su opinión y desarrollar sus pensamientos.

La construcción del sistema de medios alternativos se desarrolló con medios muy precarios. No había profesionales ni técnicos de medios y las condiciones materiales, por ejemplo, la electricidad, eran muy limitadas. Los primeros pasos fueron el autoaprendizaje tanto técnico como comunicativo y el establecimiento de objetivos claros con los medios que había. El objetivo principal del sistema de medios era conectar la conciencia de la revolución con las diferentes partes de la sociedad y dar un espacio a los diferentes actores sociales para que pudieran expresarse.

Al principio de la revolución, los medios estrellas fueron la radio y la prensa escrita. La radio era especialmente efectiva, pues se podían cargar las baterías del transistor y aunque no hubiera electricidad continuar escuchando los programas; era un medio simple que no requería de grandes conocimientos técnicos y que cualquiera podía desarrollar. La prensa escrita fue también muy útil. La prensa diaria servía para dar a conocer los cambios sociales que se estaban generando y cuál era la actualidad en las diferentes áreas, por ejemplo la creación de una nueva comuna, los avances de la guerra o los anuncios de convocatorias públicas. Las revistas servían para expandir el paradigma ideológico de manera más profunda y desarrollar la conciencia revolucionaria por grupos sociales.

Actualmente, con una mayor estabilidad de la corriente eléctrica, el uso de la prensa escrita ha disminuido y se están desarrollando más los medios audiovisuales y diferentes plataformas por internet. Comienzan a generar páginas web propias de cada organización y a utilizar las redes sociales, como Twitter y Facebook, de forma más profesional. El siguiente objetivo es entrar en contacto con medios de comunicación internacionales revolucionarios y con otras naciones, donde puedan debatir sobre preceptos ideológicos y nuevas formas de comunicación.

Unidad de mujeres jóvenes

“(…) Sobre todo las mujeres jóvenes, antes de la revolución, tenían el mayor rol de esclavitud en la sociedad, no tenían derechos, ni participación, ningún tipo de papel propio, siempre habían sido la parte más oprimida de la sociedad (…)”.

La organización autónoma de mujeres jóvenes trabaja conjuntamente, pero también paralelamente, al movimiento mixto de juventud. Ellas han sido las auténticas protagonistas de la revolución. Consideran la revolución de Rojava una revolución de mujeres. Fueron precisamente las YPJ (Unidades de Protección de las Mujeres) las que con su vida y su sacrificio aplastaron de manera contundente 5.000 años de explotación y opresión.

Al igual que en el resto de áreas de la sociedad, lo primero fue establecer centros de educación y autoconcienciación, de reflexión sobre el papel que tienen en la sociedad y su participación en la revolución. Se generó un primer congreso de mujeres jóvenes en Qamishlo que impulsó las estructuras por todo el cantón de Cîzîrê. Para ellas, lo primero era enfrentarse a problemas estructurales de una sociedad opresiva para las mujeres jóvenes. Uno de los grandes tópicos era el matrimonio con menores. Para ellas, el matrimonio con menores es la forma de esclavitud más brutal y primaria hacía las mujeres jóvenes, pues destruye su autoconciencia y destruye su juventud. La prohibición del matrimonio con menores en el Contrato Social era una base irrenunciable, pero no podía quedarse ahí, había que llegar a cada rincón de la sociedad, a cada mujer joven, para que fueran ellas mismas las que opusieran resistencia a tales prácticas.

No puedo evitar preguntarles sobre su visión del feminismo y de los movimientos de mujeres en el mundo occidental. La respuesta es: “Aquéllos que no tienen un autoentendimiento de ellos o ellas mismas de una manera autónoma no pueden tener éxito y no pueden trabajar conjuntamente con nadie”. El paradigma de la liberación de la mujer se basa en la desvinculación de la sombra del hombre, la cual sólo puede realizarse bajo el autoentendimiento y la autoconciencia como mujeres. Su visión del feminismo occidental es que las mujeres se aíslan y buscan una organización donde sólo haya mujeres. Para ellas este supuesto no tiene ningún sentido, pues para alcanzar el cambio en la sociedad siempre necesitas de una unidad, de un trabajo común. Y ellas entienden que es precisamente porque las feministas en Occidente no han llegado al autoentendimiento, a la superación del odio en busca de un objetivo mayor, lo que no les permite trabajar tanto autónoma como conjuntamente con sus compañeros.

El movimiento de mujeres en el Norte de Siria no se considera feminista, se perciben como herederas del feminismo occidental, de las prácticas y luchas ideológicas y políticas, pero sobre las cuáles tienen muchas críticas. Una vez más, su discurso vuelve a la pregunta principal “¿Cómo queremos vivir como mujeres libres?”. Consideran que muchos de los movimientos feministas en realidad no se han separado realmente del sistema, continúan viviendo dentro de él, tratando de hacerlo más confortable y, de esta manera, lo único que hacen es modificar la opresión volviéndola menos obvia, pero no por ello menos contundente. Asumen que alguien que vive dentro del sistema no puede desarrollar su propio paradigma, su propia autoconciencia. Claman a las feministas de Occidente que se pregunten profundamente “¿Cómo quieren vivir?”.

Movimiento de Juventud Plurinacional en el Norte de Siria

Portavoz del movimiento de juventud árabe en Qamishlo: “Provengo de unas tierras donde sólo hay población árabe. Allí conocí a un cuadro del movimiento que me impresionó bastante, era muy humilde, muy modesto y siempre ponía mucha atención en servir a la gente, en entender a las personas. Quedé muy impresionado con esto, no entendía cómo una persona de su posición, que era el responsable de toda la región, tuviera ese acercamiento tan educado y modesto, entendiéndose a sí mismo como alguien que sirve a la sociedad. Fue así como entré en contacto con el movimiento”.

La juventud árabe, durante un largo período de tiempo, no se decidía a participar de la revolución; aunque vivían dentro de ella, quedaban como observadores externos, evaluando la situación. Había fuertes prejuicios y miedos, sobre todo por la contra-propaganda que difundía especialmente Turquía. Dicha propaganda asegura que el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) quiere imponer un régimen hegemónico kurdo en el norte de Siria, gobernar a los árabes del territorio y crear un nuevo Estado independiente kurdo. El portavoz de la juventud árabe asegura que ese tipo de propaganda, con la participación de las personas en el movimiento y con el impulso en la construcción de las instituciones administrativas autónomas árabes, se desvirtúa completamente.

Cuando nos reunimos con la organización de juventud de Manbij el ambiente era de profunda esperanza e ilusión. Para la juventud, tras haber vivido toda su vida bajo el régimen de Al-Assad y más tarde bajo la dictadura religiosa de Daesh, el nuevo proyecto confederalista se les presenta como una gran oportunidad. Manbij es una ciudad multiétnica y plurireligiosa, donde conviven asirios, caldeos, árabes, turcomanos, kurdos, armenios…

Miembro turcomano del movimiento de la juventud de Manbij: “Bajo el régimen no había un conocimiento de que hubiera otras naciones, o eras árabe o eras extranjero. Si eras kurdo, turcomano o asirio básicamente no existías. Tanto por parte de las familias como del Estado esta percepción era la dominante. Si no eras árabe, no te considerabas de aquí, nos veíamos a nosotros mismos como extranjeros. Ésta era la cultura del Estado, que propagaba la realidad de una sola nación. Cuando llegó Daesh, la situación se tornó mucho peor; básicamente si no eras árabe musulmán, no eras nadie, no eras ni humano”.

El paradigma de la acción democrática se les presenta como una solución perfecta para la pluralidad de la ciudad y la región. Cuando la ciudad fue liberada del Daesh, la juventud pudo por primera vez generar una identidad propia. El deseo de los jóvenes de Manbij es la creación de una identidad común como juventud de Siria, una unidad que se convierta en una fuerza de liberación y democratización de todo el país y que impulse un nuevo futuro para el mismo. Reconocen que uno de los mayores obstáculos es el cerrado carácter de la sociedad en la región de Manbij, pero también dicen que se están haciendo grandes progresos en este sentido, y las familias comienzan a traer a sus hijos a los centros para que conozcan a los compañeros y reciban una educación. Consideran que la pluralidad de las diferentes naciones y religiones de hecho no es un obstáculo, sino un carácter muy enriquecedor, que impulsa fuertes alianzas entre todos los sectores de la sociedad.

Compañera árabe del movimiento de la juventud en Manbij: “Incluso antes, con el régimen, no había nada parecido a derechos de la mujer, no había un papel para nosotras tampoco, de hecho no éramos aceptadas como parte de la sociedad. Y, por supuesto, bajo Daesh esa situación se polarizó muchísimo más. La existencia de las mujeres fue, de alguna manera, completamente erradicada. Cuando el movimiento llegó, de hecho, fue la primera vez que la vida se hizo soportable”.

Una vez más se repite la idea de que comienzan a generar un proceso de autoconciencia como mujeres, como nación y como juventud. De que comienzan a ser aceptadas dentro de los procesos de transformación de la sociedad, de poder participar de las instituciones, de poder salir a la calle y decidir qué desean para sus vidas. El proyecto que ahora quieren elaborar es el movimiento autónomo de mujeres jóvenes, pues todavía no existe en la región de Manbij y desde ahí poder impulsar otros proyectos como, por ejemplo, cooperativas económicas que den independencia a la vida de las mujeres.

Reconocen que especialmente el paradigma de la autodefensa ha sido el pilar más importante para la liberación de la mujer. Es la rama de la organización que más rápidamente ha crecido. El deseo de la mujer de protegerse a sí misma se ve como un derecho irrenunciable y ha sido la práctica real más directa para conseguir la liberación de la mujer dentro de la sociedad.

El movimiento de la juventud en el Norte de Siria se presenta como una estructura consolidada, fuerte de inmensas posibilidades. Ciertamente, para tener una aproximación real a la opinión de toda la juventud de Siria, el trabajo de búsqueda y análisis deberá ser mucho mayor, pero considerando que no hay muchos artículos que profundicen sobre esta cuestión y que hayan dado una voz directa al movimiento de la juventud del Norte de Siria, me pareció importante hacer una primera aproximación. Ahora que el lector y la lectora continúen con sus propias investigaciones.

FUENTE: Sara A. de Ceano-Vivas Núñez/Destino Oriente Próximo/Rojava Azadi