“Nuestra universidad es el fruto de la Revolución de Rojava”

Recientemente, la Universidad de Rojava ha lanzado un llamamiento a las universidades y académicos de todo el mundo para que les presten su apoyo. RIC ha entrevistado a Gulistan Sido, responsable de Relaciones Exteriores de la Universidad de Rojava, para saber más sobre su historia y sus proyectos futuros y desafíos a los que actualmente se enfrenta la Universidad.

-¿Podría presentarse?

-Me llamo Gulistan Sido. Soy natural de Afrin. Nací en Alepo, estudié allí y después también en Francia. Cuando comenzaron los eventos en Siria, en 2011, me encontraba trabajando en institutos de lengua kurda. Cuando comenzó la Revolución de Rojava el 19 de julio de 2012 en Kobanê, se materializaron cambios en muchas áreas. Fue una revolución social, una revolución de mujeres, y también una revolución lingüística.

En otras partes de Siria, la revolución fue militarizada y desencadenó en caos, lo que se materializó en la destrucción de la mayor parte de infraestructuras del país. Durante este tiempo, yo trabajé en el cantón de Afrin donde en 2013 fundé el primer instituto de Lengua y Literatura Kurda, llamado Viyan Amara. La invasión turca nos forzó a abandonar la región, momento en el que me uní a la Universidad de Rojava en Qamishlo, donde ahora soy responsable de Relaciones Internacionales.

-¿Puede contarnos la historia de la Universidad de Rojava en Qamishlo?

-La Universidad de Rojava, situada en Qamishlo, fue fundada en 2016. Es la segunda experiencia en estudios superiores (desde el comienzo de la revolución), porque antes se fundó otra Universidad en Afrin, en 2015. Comenzamos impartiendo unas pocas disciplinas (inicial y principalmente Lengua y Literatura Kurda, Agricultura y Petroquímica). Gradualmente, añadimos otras materias y la Universidad fue creciendo. Al poco tiempo, abrimos un Departamento de Lengua y Literatura Árabe. Tenemos un reglamento escrito y una carta interna que especifica los fundamentos de nuestro sistema educativo, y los valores en los que se basa. Consideramos que nuestra universidad es el fruto de la revolución, por lo que no podemos separar su fundación del proceso revolucionario que comenzó aquí. Buscamos mejorar nuestro sistema educativo también contactando con otras universidades para saber cómo funcionan, pero no queremos separarnos de nuestra cultura local, que es muy importante para nosotros.

-¿A qué clase de dificultades se enfrentaron y cuál es la situación actual?

-Nuestras condiciones de trabajo han sido muy difíciles, principalmente por la guerra y los problemas de seguridad inherentes, pero hemos ido realizando programas poco a poco. Acogimos a estudiantes de Afrin que no habían podido terminar sus estudios debido a la invasión. Acogemos a estudiantes de todas las regiones de la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES). Hasta ahora, más de 1.500 estudiantes se han podido matricular desde que se fundó la Universidad. Las cifras del número de estudiantes registrados cambian cada año, también dependiendo de la situación. Desafortunadamente, cuando hay ataques, muchos estudiantes abandonan la universidad. Es difícil para ellos continuar sus estudios en estas condiciones. En este momento hay unos 250 graduados, principalmente en Jineolojî, Agricultura y Literatura kurda. En el futuro, queremos abrir un programa de postgrado con maestrías y doctorados. Pero por el momento, nos enfrentamos a una falta de especialistas que puedan enseñar. Debido a la guerra, los profesores y los graduados de la educación superior han dejado el país.

Por tanto, llevamos a cabo la educación superior con las actuales posibilidades de que disponemos y con personas que estudiaron en Damasco y Alepo. Estamos tratando de conseguir más profesores porque hay una verdadera escasez a este nivel.

-¿Cómo está organizada la Universidad de Rojava?

-Como en todas las instituciones creadas en Rojava después del comienzo de la Revolución, operamos con diferentes Consejos y Comités. También celebramos congresos y asambleas generales cada semestre, en los que debatimos las principales orientaciones y nuestros métodos de enseñanza. Aprovechamos estos momentos para evaluar nuestro sistema educativo.

Tenemos un Consejo de Mujeres autónomo trabajando en la universidad. Tenemos nuestros procedimientos separados y un Consejo en el que tomamos decisiones sobre las cosas que nos conciernen y discutimos nuestros problemas en ausencia de los hombres. También hay un Consejo de Estudiantes autónomo porque creemos que es necesario dar importancia a su papel en el proceso de toma de decisiones. Cada departamento tiene representantes estudiantiles que se sientan en los Consejos con los profesores. Aunque todavía tenemos dificultades y carencias a nivel académico, creemos en nuestro proyecto. Creemos que es posible cambiar la mentalidad de cada generación. Después de sólo cuatro años de existencia tenemos muchos desafíos por delante.

-¿Qué lugar ocupan las diferentes lenguas que se hablan en Rojava en el sistema de enseñanza superior?

-En Rojava hay tres idiomas principales: el árabe, el kurdo y el asirio. En el Contrato Social, hemos especificado que cada grupo étnico puede aprender en su lengua materna. A partir de la escuela primaria, damos prioridad a los idiomas. Todos los niños aprenden en su lengua materna, pero también hay clases para que puedan aprender las lenguas de los demás. Todo esto no estaba permitido en el sistema educativo del régimen.

Actualmente, en la universidad tenemos dos idiomas, el árabe y el kurdo. Pero queremos dar cabida a todos los demás. Y, por supuesto, las puertas están abiertas para los amigos asirios si quieren abrir un departamento de lengua y literatura. Pensamos en todos, las puertas están abiertas para todos. Lo importante es dar a todo el mundo el derecho a estudiar en la lengua que quiera.

También vamos a abrir un instituto de folclore regional dedicado a recopilar textos, cuentos, literatura oral y canciones para cada idioma local. Esta es una región muy rica y necesitamos crear un instituto para recoger toda esta diversidad. Estamos pensando en establecer un sistema multilingüe y multicultural que represente el mosaico de nuestra región. Aquí estamos muy conectados unos con otros. Hemos vivido juntos durante varios miles de años, no debemos descuidar esta riqueza. Es un patrimonio cultural que debe preservarse.

-¿Cuáles son sus relaciones con otras universidades sirias?

-En Siria no tenemos ningún vínculo con las universidades de Alepo y Damasco, porque a nivel político el régimen no reconoce nuestra administración. El partido Baath sigue manteniendo su mentalidad, basada en la represión y la negación de los demás; sólo admite una nación, una bandera, un idioma… Nuestro paradigma es completamente diferente, por lo que es complicado establecer relaciones con ellos. Nuestro modelo está diseñado para satisfacer las necesidades de la sociedad. Las universidades de Damasco y Alepo son reconocidas pero, para establecer relaciones con nosotros, dependen del estatus político de esta región. Por nuestra parte, no tenemos ningún reconocimiento administrativo del Estado sirio. Esto explica por qué no tenemos relaciones con otras universidades sirias. No es la misma concepción del sistema educativo ni de la diversidad. Aceptamos a los demás, pero ellos no nos aceptan.

-¿Esta situación le lleva a mirar más allá de los límites territoriales de Siria?

-Estamos tratando de cruzar las fronteras como institución educativa. Para abrir puertas y encontrar nuevos caminos. Queremos establecer relaciones con universidades que compartan nuestros valores, valores de emancipación como la liberación de la mujer, la democracia, el multiculturalismo, la educación laica. Estos valores fundamentales que llevamos en nuestro proyecto, con los que vamos a llamar a las puertas de otras universidades del mundo. La Revolución de la Rojava se conoce desde hace unos años porque nuestra región se ha hecho famosa por la resistencia que opuso a ISIS. Pero también es hora de presentar la experiencia política de Rojava en todos sus aspectos y no sólo en el militar. La revolución social y la liberación de la mujer son aspectos esenciales, como lo es nuestro sistema educativo.

Para nosotros es muy importante, incluso si la situación mundial es complicada debido a Covid-19, ver que existe esta voluntad de ayudarnos. Nos da mucha fuerza y nos anima a perseverar.

-Recientemente hizo un llamamiento de apoyo a nivel internacional, ¿puede decirnos más al respecto?

-El 19 de julio de 2020, en el octavo aniversario de la Revolución Rojava, iniciamos una gran campaña de solidaridad internacional. Nuestro llamamiento se dirige a todas las personas del mundo académico que puedan ayudarnos. Apoyar la resistencia en Rojava también implica apoyar la educación. Ha pasado un mes desde que lanzamos esta campaña y ya hemos recibido un apoyo muy importante. Hay una solidaridad internacional muy fuerte, todo el mundo quiere ayudarnos. Incluso si la situación mundial es complicada debido a Covid-19, lo que es muy importante para nosotros es ver que existe esta voluntad de ayudarnos. Esto nos da una gran fuerza y nos anima a perseverar. Por eso aprovecho esta entrevista para transmitir mi agradecimiento.

-¿Qué tipo de apoyo internacional recibió?

-En nuestro llamamiento, mencionamos varias formas en que otros pueden ayudarnos. Lo primero en lo que estamos trabajando es en una gran colección de libros y artículos científicos porque necesitamos referencias en nuestra biblioteca. El principal problema que encontramos en este respecto es conseguir que todos estos libros lleguen, porque hemos recibido muchas donaciones de todo el mundo.

Todo tipo de contenido es bienvenido. Muchos académicos se ofrecen para dar conferencias y organizar seminarios. También estamos en contacto con grupos de trabajo para recibir asesoramiento académico y mejorar nuestro sistema educativo. Buscamos un apoyo especial en los campos de las ciencias sociales y los estudios de género, ya que pronto abriremos un instituto para enseñar estas disciplinas. Nos enfrentamos a un gran desafío en relación con los idiomas. Aunque nuestros estudiantes están aprendiendo idiomas extranjeros, necesitamos traductores para hacer más accesibles ciertos contenidos educativos. Para organizar los próximos pasos, vamos a poner en marcha comités de trabajo para las diferentes formas de solidaridad, con el fin de coordinar los mecanismos de ayuda. Así que pronto podremos dar más detalles sobre las posibilidades de ayudarnos.

FUENTE: Rojava Information Center (RIC) / Traducción: Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina