Nuestros honorables sacrificios en Siria merecen justicia

No hay materia en la situación siria que requiera menos debate que la verdad obvia de que el Estado turco nutre el terrorismo, impidiendo deliberadamente el retorno a una Siria entera y unificada, e impidiendo la estabilización de áreas fuera del control turco.

Incluso las áreas en las que Turquía está presente sufren de inestabilidad, que es por lo que se esfuerza en Siria. No es sorprendente que encontremos al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, hablando del peligro del Estado Islámico (ISIS), diciendo que Turquía es el país más capaz de combatir efectivamente al grupo terrorista, especialmente dado el resto del silencio del mundo frente al apoyo de Turquía a ISIS y a otros grupos extremistas en Siria. Ese apoyo continúa solo en virtud de las relaciones de Turquía con los países que tienen la capacidad de detenerlo.

ISIS estuvo situado a lo largo de las zonas fronterizas de Turquía durante varios años. Los cruces fronterizos entre Siria y Turquía se cerraron después de que comenzó la crisis siria, pero posteriormente se abrieron entre Turquía e ISIS.

Entonces, ¿necesitamos cuestionar el asunto?

Por supuesto, Turquía estaba obteniendo resultados lucrativos de los intercambios con el grupo. El más rentable de ellos es el suministro ilimitado de petróleo y otras formas de riqueza siria desde ISIS hasta Turquía. Esto es lo que ha hecho que Turquía esté contenta hasta hoy para evitar el fin de ISIS.

Por otro lado, Turquía no ha perdido la oportunidad de amenazar a las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), que finalmente culminó con el anuncio de un ataque militar planeado contra las posiciones de esas mismas fuerzas que luchan para destruir a ISIS. Esto es simplemente un ataque a la creciente estabilidad en el noreste de Siria. Turquía hace mucho que no está satisfecha, ya que busca, indiscutiblemente, reforzar el caos y la destrucción.

Erdogan afirma que la operación militar devolverá el norte de Siria a sus habitantes originales. Pero aquí, la formación de grupos políticos y militares multiétnicos formados por kurdos, árabes, asirios, armenios y otros, no deja absolutamente ninguna duda de que las identidades étnicas locales que se encuentran no son más que históricas y originales. Los nativos de esta región están enfocando toda su atención hacia el logro de su estabilidad, después de dar su sangre para proteger a su región y al mundo al enfrentar a ISIS.

Estas personas liberaron los puntos de acceso utilizados por los extremistas para llevar el terror al mundo exterior, a las naciones de Europa y a Estados Unidos. Entre los más importantes de ellos se encontraba Manbij: desde allí los terroristas cruzaron la frontera y pasaron al territorio turco hasta que las FDS liberó la ciudad en 2016.

Los que contribuyeron a la defensa y liberación de esta región de ISIS no son otros que los hijos de los diversos pueblos de la región: los mismos que ahora están tratando de estabilizar la zona y se esfuerzan por un modelo democrático moderno.

Después de todos estos nobles logros, alcanzados juntos en cooperación con la Coalición internacional (CI), nos sorprende que haya que hablar de una zona segura en el norte de Siria y de una presencia turca. Después de nuestros sacrificios en nombre de la región y del mundo, es inimaginable que se nos trate de esta manera.

Cualquier acuerdo internacional que autorice a Turquía a dar este paso para proteger su seguridad nacional, como afirma Erdogan, no puede considerarse moral en ausencia de amenazas reales, incluso mínimas, para Turquía. Nuestra gente está inmersa en la lucha contra el terrorismo. Si Turquía es el agitador, entonces ¿por qué el mundo está en silencio mientras Turquía nos distrae en la tarea de poner fin al extremismo con su retórica amenazadora?

Turquía ahora habla de una zona de seguridad, pero cuando ISIS estaba en la frontera con Turquía, ¿no representaba un peligro para en ese momento? ¿ISIS representa un peligro para Turquía o para las FDS?

No creemos que el papel propuesto por Turquía en la protección de la frontera se adapte a los desarrollos en el terreno. Más bien, la propuesta refleja las verdaderas prioridades de Ankara del comercio y la inversión, y el uso de la “seguridad”, incluida la amenaza de ISIS, con fines políticos.

Tenemos razón, tenemos una visión y defenderemos nuestra región a cualquier costo, incluso si ese costo es la muerte. Si esa es la única opción, que así sea.

Pero, ¿qué dirá la historia sobre aquellos que se volvieron a favorecer la voluntad de Turquía sobre la democracia en Siria?

No hay duda de que la historia hablará de nosotros como héroes y dirá que aquellos que explotaron estos asuntos con fines políticos solo contribuyeron a las causas de la injusticia en el mundo. Sus acciones afirman, una vez más, que la justicia es solo relativa, ya que Turquía reclama su derecho a la intervención sobre la base de una “justicia” que está muy en duda.

En cuanto a los estándares supuestamente objetivos de justicia y deber proclamados por el mundo durante mucho tiempo, no son más que consignas teóricas que no tienen utilidad más allá de los intercambios oportunistas, y que se inculcan en las mentes de las personas a través de narraciones gratuitas que realmente no significan nada.

FUENTE: Aldar Xelil (miembro del Movimiento por una Sociedad Democrática, TEV-DEM) / The Defense Post / Traducción y edición: Kurdistán América Latina