Organización para la Prohibición de las Armas Químicas no investiga a Turquía

Las fuerzas estatales turcas han utilizado armas químicas prohibidas durante la invasión del norte y el este de Siria, iniciada el pasado 9 de octubre. Si bien el gobierno alemán hasta ahora ha hecho la vista gorda a esto, la diputada del Partido de la Izquierda de Alemania (Die Linke), Ulla Jelpke, le preguntó al Ejecutivo si se iniciaría una investigación contra Turquía sobre este tema.

Respondiendo a Jelpke, el gobierno alemán explicó que estaba al tanto de los informes sobre el uso de bombas de fósforo solo a través de los medios de comunicación, pero no tenía la autoridad para investigarlo.

Para la administración alemana, la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) es responsable de investigar las denuncias. El Ejecutivo señaló que la OPAQ tomó la decisión de no investigar el uso de armas químicas, sin la influencia del gobierno de Berlín.

Por su parte, Jelpke criticó duramente a la OPAQ por tener un “doble discurso”. La diputada expresó que “cuando se sospechaba que las tropas del gobierno sirio habían usado armas químicas, la OPAQ actuó rápidamente. Pero cuando los niños quemados por las bombas de fósforo del Estado turco, que es miembro de la OTAN, muestran sus heridas, se rechaza una investigación de estos incidentes”.

“Los agentes de guerra química están prohibidos internacionalmente –advirtió la diputada-. Por lo tanto, espero que el Gobierno Federal, que tiene una representación permanente ante la OPAQ, trabaje con esta organización para aclarar las acusaciones contra Turquía”.

Jelpke aseveró que “los crímenes de guerra deberían ser enjuiciados, ni siquiera los socios de la OTAN deberían hacer la vista gorda. La cohorte criminal con el dictador Erdogan debe detenerse”.

Desde el comienzo de la invasión turca al norte y el este de Siria, que ya le costó la vida a más de 200 civiles, la Administración Autónoma de la región denunció la utilización de armas prohibidas por parte de las tropas y mercenarios que responden a Ankara.

El domingo pasado, la Administración Autónoma reiteró sus denuncias sobre las masacres que están cometiendo el ejército turco y sus aliados terroristas contra los pobladores de la región. “Las fuerzas de ocupación están bombardeando y quemando aldeas, ciudades y zonas habitadas. Los derechos humanos son pisoteados y los crímenes de guerra se cometen a diario. La política Havrin Khalaf, el sacerdote de la Iglesia Armenia de Qamishlo Hovsep Bedoyan y su padre fueron asesinados, cientos de mujeres y niños fueron masacrados y se utilizaron armas prohibidas internacionalmente”, denunciaron las autoridades del norte y el este de Siria en un comunicado.

Hace más ya un mes, la OPAQ había anunciado que investigaría el presunto uso de armas prohibidas internacionalmente por parte de Turquía durante la ocupación de Rojava. En ese momento, la agencia de Naciones Unidas señaló: “La OPAQ está al tanto de la situación en el norte de Siria y está recopilando información en su sede con respecto al uso de armas químicas”.

El Protocolo III de la Convención de las Naciones Unidas sobre Ciertas Armas Convencionales, en vigor desde 1983, gestiona el uso de armas incendiarias. Según este marco normativo, algunas municiones, incluidas las bombas de humo que tienen un efecto incendiario secundario, no son consideradas armas incendiarias. Pero las armas incendiarias contra población civil o lanzadas por aire contra objetivos militares en áreas con civil están prohibidas por el Protocolo III.

De hecho, Turquía es uno de los nueve estados que han ratificado el protocolo o se han adherido, y no son signatarios (125 estados forman el mencionado tratado).

Además del ejército turco, el uso de fósforo blanco se relaciona con Estados Unidos durante la guerra de Irak (Faluya, en 2004) y contra objetivo en la guerra de Vietnam.

FUENTE: ANF / Agencia / Edición: Kurdistán América Latina