“Pequeños peces negros” (Küçük Kara Baliklar) se estrenó en 2014 y se presentó al público en la edición 51ª del Antalya Golden Orange. En la información sobre su presentación, se indica que el documental ofrece un testimonio objetivo de niños y jóvenes con el fin de contribuir a la paz de Turquía.
La película documenta el testimonio de niños que vivieron en el sudeste turco (Bakur, Kurdistán del Norte) en la década de 1980, y expone las experiencias vividas y sentimientos provocados en varios jóvenes y niños, que se aferran a la vida con arte, educación y producción a pesar del dolor.
Haluk Ünal, uno de los directores, afirmó que partieron con el objetivo de llegar a la mayor cantidad de gente posible: “La idea común de todos nosotros era ésta: cuando la película esté terminada, conocer al público por primera vez en un festival de prestigio y luego permitir que el mayor número posible de personas vea estas historias en Internet”.
Ünal explicó el proceso del documental de la siguiente manera: “El conocimiento de los kurdos en Turquía se basa completamente, de hecho, en una gran mentira. Nada de lo que se cree saber es lo que se sabe. Éste es el título de un libro sobre el tema. De hecho, seguimos el camino de ese libro. Y este tema ha sido tratado principalmente por jóvenes cineastas kurdos. Nosotros, como directores turcos, queríamos contribuir a esto y poder dirigirnos a la región oeste”.
El cineasta agregó: “Fuimos al sudeste dos veces, en 2012 y 2013, para hacer esta película. Cuando les contamos a los municipios y las ONG que entrevistamos sobre nuestro propósito, hubo muchas reacciones… Porque todos tienen una historia. Por lo tanto, no nos resultó difícil encontrar personas con quienes hablar. Al contrario, la historia fluía por todos lados”.
Ezel Akay, otro de los directores, expresó: “Comenzamos con el libro, no como se le conoce, sino que un niño pequeño le puso nombre a la película. El chico que aparece al final de la película nos contó muy bien la historia de ‘Pececitos negros’, de Samed Behrengi. La trama de la película cambió muchas veces, pero siempre terminaba con ese chico, el ‘pececito negro’; el final de la película no ha cambiado en absoluto. Como veis, algunos de los ‘niños de la guerra’ continúan su educación a pesar de todo, algunos hacen música, otros se interesan por la ciencia espacial; se aferran a la vida por despecho. Aunque la filmé yo mismo, me emociono cada vez que la veo, pero no se debe pasar por alto que esta película es una historia esperanzadora”.
FUENTE: Rojava Azadi Madrid