Rojava: ¿Qué significa el acuerdo sobre una “zona segura”?

El 19 de julio marcó siete años de la Revolución de Rojava. En 2012, las fuerzas de autodefensa kurdas recién formadas, tomaron el control de la ciudad de Kobanê, en manos de las fuerzas del régimen de Bashar Al Assad.

A pesar de todos los inmensos desafíos que enfrenta, la revolución ha sobrevivido. Ha proporcionado una tremenda inspiración a personas de todo el mundo. Por lo tanto, tiene un significado global de relevancia.

La participación de las mujeres y los incansables esfuerzos para empoderarlas no tienen precedentes históricos. Todas las revoluciones de un pueblo genuino han llevado a las mujeres a la lucha hasta cierto punto, pero nunca como ahora. En este sentido, Rojava es una revolución de las mujeres.

Las condiciones generales en el norte de Siria son muy diferentes a las de Occidente, pero la Revolución de Rojava muestra de lo que son capaces las mujeres, y de lo que pueden lograr. Su lucha militar muestra esto claramente. Las YPJ (Unidades de Protección de las Mujeres) es un ejército femenino de 25.000 integrantes, que ha proporcionado comandantas generales, combatientes dedicadas y mártires a la causa.

Pero el costo de la larga guerra contra el Estado Islámico (ISIS) ha sido horrendo: 11.000 muertos y 21.000 heridos. Incluso teniendo en cuenta a los voluntarios de Turquía y otros países, esta es una gran cifra para una población de varios millones. Si Australia sufriera proporcionalmente lo mismo en algún conflicto, esto equivaldría a decenas de miles de muertos.

Rojava ahora tiene que ocuparse de las necesidades médicas de los miles de heridos, muchos de ellos en estados graves, con extremidades severamente mutiladas. También está la destrucción material masiva producida en la larga guerra. Las ciudades y pueblos se parecían a Stalingrado después de ser liberados del Estado Islámico.

Hoy, la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) está amenazada por todos lados: por islamistas, por la dictadura de Assad y, sobre todo, por el régimen turco.

Turquía afirma que está amenazada por las victorias kurdas en Rojava. De hecho, no existe una amenaza física real, pero sí existe la “amenaza” muy real del ejemplo inspirador de democracia radical, del empoderamiento de las mujeres, la inclusión étnica y religiosa, y la acción ecológica.

Turquía ha estado presionando durante mucho tiempo por una “zona segura” o “zona de amortiguación”. Esto está claramente dirigido a alejar la revolución de la región fronteriza, donde se encuentra la mayoría de los pueblos y ciudades, y legitimar un papel importante de Ankara en el área.

Washington también ha estado presionando a los kurdos para que acepten alguna forma de zona segura. Estados Unidos ha negociado con Turquía, y la AANES ha dicho a Estados Unidos lo qué será y lo qué no será aceptable.

El reciente acuerdo sobre la implementación de una zona segura involucra a Estados Unidos, Turquía y a las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), y fue acordada a través de Washington, y no en conversaciones cara a cara con Turquía. Estos son los puntos clave con respecto a la zona segura:

1- Se establecerá una zona de amortiguamiento en las áreas entre los ríos Tigris y Éufrates (excluyendo notablemente el área de Manbij), en el norte de Siria, en un total de aproximadamente 115 kilómetros de frontera entre Siria y Turquía.

2- La zona tendría cinco kilómetros de profundidad en la mayoría de las áreas, pero en algunas áreas limitadas se expandió de nueve a 14 kilómetros de profundidad. La parte ampliada de la zona se ubicará entre las ciudades de Serêkanî y Tel Abyad. La porción de 14 kilómetros de la zona puede extenderse cuatro kilómetros en la última etapa de implementación del acuerdo, llegando a 18 kilómetros en su punto más profundo, y siendo designado como un “cinturón de seguridad”.

Dentro del cinturón de seguridad, a las unidades de las FDS regulares (incluidas las YPJ y las Unidades de Protección Popular, YPG) se les permitirá permanecer en sus posiciones, pero tendrán que retirar todas las armas pesadas. Tampoco se permitirían acciones hostiles o actos de agresión dentro de la zona de amortiguamiento.

3- Las fuerzas de las YPG y YPJ se retirarán del área de cinco, nueve y 14 kilómetros de la zona de amortiguamiento, dejando estas áreas bajo el control militar de los Consejos Militares de las FDS y el control civil de la AANES (esto último representa una confirmación del status quo).

4- A los aviones de reconocimiento turcos se les permitirá monitorear la zona, pero no se permitirá la entrada de aviones de combate turcos, y no se realizarán ataques aéreos.

5- Las FDS desmantelarán las fortificaciones fronterizas que han construido a lo largo de la frontera sirio-turca.

6- Estados Unidos y Turquía llevarían a cabo patrullas militares conjuntas a lo largo de la zona de amortiguación, pero no ocuparán territorio. No se permitirán patrullas turcas separadas.

7- El centro de operaciones conjunto entre Estados Unidos y Turquía supervisará la implementación del acuerdo y coordinará las acciones entre las dos partes.

8- Algunos de los refugiados sirios actualmente alojados en Turquía comenzarán a ser reubicados en las áreas dentro de la zona.

9- Turquía se abstendrá de cualquier incursión en el norte de Siria.

10- Turquía no establecerá ningún puesto de observación en el norte de Siria, como lo había hecho en Idlib. Todos los puestos de observación tendrán que construirse en territorio turco.

11- Las FDS luego aclaró que la mayoría de la zona incluiría áreas rurales y posiciones militares, pero no cubriría ciudades y pueblos.

El British Weekly Worker informó el 5 de septiembre que, tras el acuerdo, “las unidades de infantería turcas fueron retiradas a cinco kilómetros de la frontera y las armas más pesadas a otros nueve kilómetros”.

Junto con el acuerdo de zona segura, las FDS se están reorganizando. Se han formado doce consejos militares en todas las principales ciudades y pueblos. Los consejos militares tendrán cada uno delegados a una Asamblea Militar General y al Comando General.

30.000 de los 70.000 combatientes de las FDS serán absorbidos por los diversos consejos militares locales. Otros 5.000 serán organizados en fuerzas especiales y los 30.000 restantes permanecerán como unidades de las FDS.

Ante la presión implacable, la AANES y las FDS claramente tuvieron que aceptar algo, pero el acuerdo real parece bastante razonable. Han hecho concesiones, pero no malas, y la campaña de invasión turca parece haber sido detenida. La formación de los consejos militares locales, una especie de sistema de milicias territoriales, parece un serio paso adelante.

A pesar de la fanfarronada pública y la retórica del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, parece claro que, al menos por ahora, no habrá una invasión turca. De hecho, la actividad turca estará severamente circunscrita (sin patrullas independientes, sin sobrevuelos, etc.).

Los resultados de la reunión del Consejo Superior Militar de Turquía, a principios de agosto, parecen confirmarlo. Las promociones, transferencias y renuncias de los principales comandantes han dejado de lado, o eliminado, a la mayoría de los oficiales antiamericanos, es decir, los que tienen más probabilidades de oponerse al acuerdo actual.

Es cierto que el acuerdo de zona segura tiene una serie de ambigüedades o problemas no resueltos. Solo el tiempo dirá en qué dirección irá.

Por ejemplo, Turquía quiere asentar muchos refugiados (tiene varios millones de ellos) en el norte de Siria. Quiere quitárselos de encima y, como son principalmente árabes, diluir la presencia sólidamente kurda en varias áreas. Turquía ha dicho que si los refugiados no pueden establecerse en el norte de Siria, les permitirá seguir hasta Europa. Habrá que ver qué pasa.

El acuerdo de zona segura tampoco afecta el bloqueo turco de Rojava, o el muro a lo largo de la frontera. En el marco del acuerdo, podemos suponer que Turquía continuará haciendo todo lo posible para estrangular la revolución.

En algún momento, si Estados Unidos siente que necesita menos a los kurdos puede acomodar a Turquía en detrimento de Rojava. Pero, por ahora, Turquía está atada. Además, el régimen de Assad también tendrá que mantener su distancia.

Al sobrevivir y prosperar durante siete años, la revolución popular en el norte de Siria ha desafiado las posibilidades y sorprendido a muchos observadores, tanto amistosos como hostiles.

La alianza con Estados Unidos ha confundido a muchas personas. Es puramente táctico y muy limitado. Obviamente, el imperialismo estadounidense no tiene absolutamente ninguna simpatía política con la revolución popular en Rojava, pero ha sido vital para ayudar a la revolución a derrotar al Estado Islámico y bloquear a los regímenes turco y sirio.

Esta alianza es el resultado de la falta de otras opciones de Washington. Pero también se debe a la fuerza y ​​la estabilidad de las fuerzas de liberación, y su diplomacia extremadamente realista y hábil. Esto se basa, sobre todo, en la tremenda moral, compromiso y movilización del pueblo kurdo en todas partes de su tierra natal y en la diáspora.

FUENTE: Dave Holmes / Green Left Weekly