SADAT: ¿Los jinetes del apocalipsis?

FILE - In this Dec. 17, 2012, file photo, Syrian rebels attend a training session in Maaret Ikhwan near Idlib, Syria. Fewer than 100 Syrian rebels are currently being trained by the U.S. military to fight the Islamic State group, a tiny total for a sputtering program with a stated goal of producing 5,400 fighters a year. The training effort is moving so slowly that critics question whether it can produce enough capable fighters quickly enough to make a difference. Military officials said this past week that they still hope for 3,000 by year’s end. Privately, they acknowledge the trend is moving in the wrong direction. (AP Photo/Muhammed Muheisen, File)

“¿Se unirán alguna vez todas las variantes del islam? Sí. ¿Cómo sucederá? Cuando el Mahdi llegue. ¿Cuándo llegará el Mahdi? Sólo Dios lo sabe. Entonces, ¿no tenemos un deber? ¿No deberíamos preparar las condiciones para la llegada del Mahdi? Esto es precisamente lo que estamos haciendo”.

Adnan Tanrıverdi, el hombre que reveló la inminente llegada del Mahdi (la contraparte islámica del Mesías en la teología judeocristiana) en diciembre del año pasado, no fue otro que el asesor del presidente Recep Tayyip Erdogan en materia de seguridad y política exterior. Aunque Tanrıverdi renunció a este puesto tras la indignación pública por su revelación apocalíptica.

Tanrıverdi, un ex general que se había visto obligado a retirarse en 1996 debido a sus filiaciones islamistas, se ha dado a conocer en los últimos años como el director de una empresa de seguridad llamada SADAT.

Según su propia definición, SADAT proporciona servicios de consultoría y entrenamiento militar al sector de defensa internacional. La dirección de la empresa está a cargo de ex-oficiales reconocidos por su lealtad al presidente Erdogan, que atribuyen el fracaso del intento de golpe de Estado del 15 de julio de 2016 a su contribución a la movilización popular anti-golpista.

Sin embargo, desde la formación de la empresa en 2012, la participación de SADAT en la política ha ido, supuestamente, mucho más allá de esta única intervención “democrática”, según numerosas consultas presentadas en el Parlamento. El gobierno y el ministro de Defensa se negaron a responder preguntas sobre este tema, instadas por la oposición parlamentaria, y tampoco se han llevado a cabo investigaciones legales sobre los asuntos de SADAT.

El ejército de las sombras

Las alegaciones sugieren que SADAT ha desarrollado un ejército de paramilitares bajo el mando de Tanrıverdi, que al parecer sigue disfrutando de una relación cercana con el presidente Erdogan. La oposición ha dicho que la empresa tiene dos campamentos militares en las provincias centrales de Anatolia, Tokat y Konya, donde se entrenan tropas paramilitares.

Además de estar al mando de un ejército en las sombras que depende del presidente, se afirma que la relación de Tanrıverdi con Erdogan es de influencia mutua, y que SADAT afirma tener cierta influencia en los procesos de elaboración de políticas presidenciales. En una declaración que se produjo después del fallido intento de golpe de Estado de 2016, Tanrıverdi señaló que la transición al sistema presidencial era “su” recomendación junto con la reestructuración de las fuerzas armadas turcas, reformas que se han puesto en práctica: “Nuestras recomendaciones reflejan ampliamente los estatutos del estado de emergencia”, declaró el ex general.

Si es así, entonces la próxima reforma del sistema de Turquía se puede prever a partir de lo que la organización hermana de SADAT, ASSAM, recomienda actualmente: que la religión oficial del Estado sea “el islam” y que, por lo tanto, “debería incluirse en la Constitución”.

Se afirma que Tanrıverdi tiene más influencia en la estructura de mando militar que el actual Jefe del Estado Mayor. Hasta su reciente dimisión, Tanrıverdi participaba como asesor presidencial en las cumbres de seguridad nacional, que tradicionalmente acogen a los jefes de la policía y del ejército, junto con los ministros del Interior y de Defensa. La oposición parlamentaria ha exigido que se informe a la población sobre las actividades de SADAT y su posición en el aparato estatal. El diputado del Partido Iyi, Aytun Çıray, dijo a la Deutsche Welle turca: “Todavía no hemos recibido respuestas del gobierno sobre las escandalosas acusaciones que se atribuyen a SADAT. Somos conscientes de la existencia de ejércitos no oficiales en otros países, pero ninguna de esas empresas opera con el objetivo de gobernar el Estado desde el exterior”.

Amplio alcance

Además, se afirma que la influencia de SADAT se extiende a decisiones sobre política exterior, en particular a los compromisos militares en Siria y Libia. Las alegaciones de la participación de la compañía en el entrenamiento de combate de grupos paramilitares yihadistas leales a Turquía van más allá, y sugieren que SADAT presionó para la actual escalada en Idlib. También se ha alegado que las objeciones del mando militar turco a la creación de puestos de observación en la región fueron desestimadas por Erdogan debido a la presión de los ejecutivos de la empresa.

También se dice que SADAT está involucrada en la comercialización del armamento producido por la floreciente industria de defensa de Turquía, en particular en Oriente Medio y África. Los medios de comunicación rusos han afirmado que la empresa está involucrada en la venta de armas a las facciones beligerantes leales a la administración de Trípoli, en Libia. Fuentes rusas afirman que durante el período de tres meses, comprendido entre julio y septiembre de 2019, se han enviado a Trípoli desde puertos turcos 10.000 toneladas de armamento y municiones, junto con vehículos blindados, lanza misiles y drones.

Al mismo tiempo que se llevaron a cabo estos envíos, se produjo el traslado de más de 1.000 yihadistas de Siria a Libia, supervisados, según los medios de comunicación rusos, por 88 hombres, todos ellos empleados de SADAT. Se sabe también que SADAT entrena a los yihadistas en el manejo de las nuevas armas. Las declaraciones de Erdogan sobre Libia en enero parecen corroborar estas alegaciones: “Como fuerza de oposición, tendremos diferentes equipos en Libia”.

Tanrıverdi y la empresa han negado categóricamente proporcionar entrenamiento militar a cualquier civil o grupo en Turquía o en el extranjero. “Nuestros servicios consisten en programas para los ejércitos y fuerzas policiales de los países amigos y aliados de Turquía”, ha dicho la empresa en un comunicado.

La controversia de los vigilantes y los “Guardianes de la Revolución”

A pesar de esta negación, las actividades controvertidas de SADAT y el control del proceso político siguen generando preocupación. Algunos alegan que la empresa se fundó como parte de los preparativos de Erdogan para una guerra civil, y las revelaciones mesiánicas de Tanrıverdi son indicativas de esta perspectiva. SADAT presuntamente recluta a jóvenes de organizaciones juveniles pro-AKP para entrenar cadetes como tropas de asalto de Erdogan.

Otros ven el surgimiento de la compañía como un ejemplo más del crecimiento de organizaciones de vigilantes, como la recientemente fundada Bekçi, un fuerte grupo paramilitar compuesto por 30.000 personas, que se supone que ayuda a la policía en el mantenimiento del orden en las ciudades. Erdogan hizo la siguiente declaración el 2 de enero en apoyo de la organización de vigilantes: “Estamos en una situación en la que ya no podemos confiar únicamente en las fuerzas de seguridad oficiales para el orden de nuestras ciudades”.

Muchos critican esta nueva institución como una forma de establecer una organización juvenil armada pro-Erdogan, similar al grupo Basij en Irán. Los Basij -un grupo paramilitar conectado a los Guardianes de la Revolución iraníes- son conocidos por su misión de prevenir comportamientos “inmorales” en las ciudades, como el consumo de alcohol o el flirteo. También fueron utilizados por el ex presidente iraní Mahmud Ahmedinejad en la supresión de las manifestaciones de protesta en 2009.

Si la organización de vigilantes es la versión turca de los Basij, entonces se pueden trazar algunos paralelos entre las estructuras y objetivos de la organización SADAT y los Guardianes de la Revolución Islámica de Irán. Los Guardianes de la Revolución, que desempeñaron un papel crucial en la consolidación del régimen islámico en el Irán post-revolucionario, siguen siendo la principal fuerza que mantiene el orden islámico en el país. Además de la seguridad interna, los Guardianes de la Revolución participan en la defensa nacional. Operan como una fuerza paralela que acompaña tanto a la policía como al ejército. Aunque SADAT tiene múltiples similitudes con los Guardianes de la Revolución, sus operaciones en el extranjero denotan características similares a las del Ejército Quds del régimen iraní.

Las trompetas de la “Gran Tribulación”

SADAT se encuentra todavía en una etapa de formación, y su tamaño de personal no puede compararse con los 250.000 fuertes Guardianes de la Revolución iraníes. En lugar de desarrollar una organización armada adicional, SADAT parece tener como objetivo ejercer influencia, en particular en la estructura y las operaciones de las fuerzas armadas turcas. En este sentido, en lugar de un ejército adicional paralelo, SADAT exhibe las características de un cuartel general del ejército en la sombra donde se toman decisiones “reales”.

La identidad del Mahdi, que está en camino según Tanrıverdi, el papel de SADAT en la preparación de las condiciones de su llegada, y lo que implicaría esa llegada, siguen siendo cuestiones que preocupan profundamente a la sociedad turca y a la comunidad internacional.

FUENTE: Zafer Yörük / duvaR.english / Traducción: Tomas Ghinzu, para Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina