Turquía apunta a cinco nuevos objetivos para una posible ofensiva en Siria

El presidente turco Recep Tayyip Erdogan podría estar contando con el nacionalismo para sortear los crecientes problemas económicos y políticos de Turquía antes de las elecciones presidenciales de 2023. Ankara ha reforzado su presencia militar en Siria para una posible nueva incursión, en paralelo a la prórroga por parte del Parlamento turco del mandato del gobierno para las operaciones militares en Siria por otros dos años.

El principal partido de la oposición, el CHP, votó por primera vez en contra de la moción, junto con el Partido Democrático de los Pueblos (HDP, pro-kurdo), de Turquía. A diferencia de las anteriores prórrogas por un año más, la última moción concede un mandato de 24 meses al gobierno, una medida que, según ambos partidos de la oposición, beneficia el cálculo electoral de Erdogan.

La moción designa a todas las regiones sirias con grupos kurdos-sirios respaldados por Estados Unidos, a saber, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) y las Unidades de Protección Popular (YPG) y sus afiliados, como zonas en las que la amenaza del “terrorismo se intensifica”. Aunque Idlib está controlada principalmente por Hayat Tahrir al-Sham, que Turquía designó como grupo terrorista, Ankara considera que es una zona en la que es necesario mantener la estabilidad. El mandato, en consecuencia, apunta efectivamente a las zonas controladas por los kurdos.

Además del mandato parlamentario, una posible operación requeriría también la luz verde de Moscú y Washington. Pero incluso sin esas aprobaciones, Ankara ya ha movilizado sus fuerzas como si la operación fuera inminente.

Según los informes de los medios de comunicación progubernamentales, los comandantes de los grupos rebeldes sirios respaldados por Turquía han sido invitados a Ankara y se les ha informado sobre “las tácticas y estrategias de una cuarta campaña militar en Siria” para unos 35.000 soldados, que avanzan desde dos flancos principales.

Las cuatro zonas objetivo serían Tell Rifaat y Manbij, en el norte de Alepo, y Ain Issa y Tal Tamer, al este del Éufrates. Al parecer, Ankara también está estudiando la posibilidad de ampliar la ofensiva a Kobane, en la frontera turca, para cortar la conexión entre Qamishlo y Manbij, y unir las zonas controladas por los rebeldes respaldados por Turquía a través de las operaciones Primavera de la Paz, donde se encuentran Ras al-Ain y Tell Abyad, y Escudo del Éufrates, donde se encuentran Jarablus, Al Rai y Al Bab.

La incursión “pretende sellar más de dos tercios de los 910 kilómetros de frontera de Turquía con Siria”, informó Bloomberg, citando a un funcionario turco no identificado. “Su objetivo sería capturar zonas al sur de la ciudad de Kobane, también conocida como Ayn al-Arab, para conectar las zonas bajo su control al oeste y al este del río Éufrates”, añadió el informe.

Turquía también ha reforzado su presencia militar en Marea, donde un ataque con misiles mató a dos oficiales turcos a principios de octubre. El ejército turco envió tres refuerzos militares a la zona durante la semana pasada, el último el 26 de octubre, cuando el Parlamento turco amplió el mandato del gobierno.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), tras la cumbre de Sochi del 29 de septiembre entre Erdogan y el líder ruso Vladimir Putin, el número de vehículos militares enviados desde Turquía a Siria ha alcanzado unos 555. El 26 de octubre, un convoy militar de entre 30 y 50 vehículos cruzó a Siria desde la localidad de Kafr Lusin para reforzar los puestos de observación militar turcos en el norte de Idlib. El punto central parece ser la montaña de Jabal Zawiya, donde una posible ofensiva del gobierno sirio podría intentar recuperar la crítica carretera M4.

Por lo tanto, los refuerzos militares turcos en el sur de Idlib podrían ser para disuadir un posible empuje militar de las fuerzas gubernamentales sirias, respaldadas por Rusia, en lugar de una ofensiva turca. Los rebeldes respaldados por Turquía dijeron que las fuerzas gubernamentales sirias emitieron una alerta máxima sin precedentes para varios lugares, incluyendo la base aérea de Taftanaz, Binnish y Sarmin.

Sin embargo, otras actividades militares sugieren una nueva operación turca. Turquía ha estado transfiriendo vehículos blindados, vehículos de transporte de personal y máquinas pesadas a Tell Abyad desde el 22 de octubre. Según el diario sirio Al Watan, Ankara y los rebeldes respaldados por Turquía también se han centrado en Tal Tamer. Fuentes de la oposición dijeron que en los próximos días se producirán más refuerzos desde las regiones de Escudo del Éufrates y Rama de Olivo, controladas por la oposición, hacia Tell Abyad y Ras Al Ain, en las regiones de Primavera de Paz.

La tercera operación militar de Turquía en 2020, la Operación Primavera de la Paz, terminó antes de que las tropas turcas capturaran Ayn Issa y Tell Tamir, en virtud de los acuerdos de alto el fuego que Ankara alcanzó con Washington y Moscú. Los recientes envíos a Tell Abyad han vuelto a poner el foco en Ain Issa.

Varias posiciones en Tal Tamer han estado bajo el fuego del ejército turco en las últimas semanas. Asimismo, las tropas turcas y los rebeldes respaldados por Turquía han estado bombardeando posiciones críticas que conectan Idlib con Tell Rifaat, incluidas las localidades de Zehra y Nubbul, de mayoría chiíta.

La captura de Tell Rifaat ha estado durante mucho tiempo en la agenda de Turquía. La toma de la ciudad abriría nuevos frentes contra los kurdos y las fuerzas gubernamentales sirias, así como contra las milicias chiíes respaldadas por Irán en Zehra y Nubbul.

Mientras tanto, las campañas aéreas de Rusia se han ampliado hacia la frontera turca y, además de los refuerzos en Tell Rifaat y la base aérea de Minnig, se han enviado tropas gubernamentales sirias adicionales a varias aldeas de la zona rural del norte de Alepo, entre ellas Tal Madiq y Tal Zawayan. Según se informa, las fuerzas gubernamentales sirias en el norte de Alepo fueron puestas en alerta máxima y se cancelaron los permisos del personal.

Sin embargo, a pesar de la intensa actividad militar sobre el terreno, tal operación parece una perspectiva lejana para Ankara antes de obtener la autorización de Rusia y Estados Unidos. Según se informa, Turquía podría retirar algunos de sus puestos de observación militar a lo largo del sur de la autopista M4 a cambio de una luz verde rusa para utilizar el espacio aéreo sirio.

Ankara tampoco parece haber llegado a un entendimiento con Washington. Se espera que Erdogan trate el tema con el presidente Joe Biden en Glasgow, al margen de la Conferencia sobre el Clima de COP26. En una llamada telefónica entre el portavoz presidencial de Turquía y el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, el 23 de octubre, Ibrahim Kalin subrayó la determinación de Turquía de luchar contra todos los grupos terroristas, incluidos las YPG y el Estado Islámico.

Aparte de los factores externos, el panorama interno también parece desfavorable para Erdogan. En asuntos que implican consideraciones militares, el CHP ha hecho caso tradicionalmente a las señales del Estado Mayor. Por lo tanto, el veto del partido es una importante señal de malestar dentro del establishment.

FUENTE: Fehim Tastekin / Al Monitor / Traducción: Rojava Azadî Madrid

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