Turquía aumenta la represión sobre las protestas universitarias

El Ejecutivo turco, dirigido por el presidente Recep Tayyip Erdogan, sigue reprimiendo todo tipo de protestas y persiguiendo a todo opositor que hace frente a su poder. En las últimas horas, se ha incrementado la represión contra las protestas universitarias iniciadas el pasado mes de enero para alzar la voz contra la imposición de Melih Bulut, muy ligado a la formación oficialista del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), como rector de la Universidad del Bósforo, de Estambul, fundada en 1863 y la más prestigiosa del país, sin haberse celebrado elecciones para seleccionarlo.

Durante las protestas del lunes y el martes, la policía se llevó detenidas al menos a 230 personas, la mayoría de ellas estudiantes, según fuentes presenciales. Las fuerzas de seguridad dispersaron a los estudiantes desde el interior del campus universitario, y tampoco permitieron que los estudiantes vinieran a solidarizarse con sus compañeros y los agredieron. Los manifestantes se enfrentaron a la policía coreando consignas como: “Que salga la policía” y “Las universidades son nuestras”.

El movimiento estudiantil está siendo fuerte contra los intentos del gobierno de Erdogan de incrementar el control sobre los centros universitarios.

Las protestas de profesores y alumnos contra Bulut se han sucedido frente al rectorado de la Universidad del Bósforo prácticamente todos los días desde el 4 de enero, con actos puntuales en otros barrios de Estambul.

El Ejecutivo desacreditó la protesta universitaria, que los dirigentes turcos atribuyen no a estudiantes del Bósforo, sino a “grupos marginales”, “anarquistas” y “provocadores”.

Prosigue así la persecución de Erdogan contra opositores, principalmente personas próximas al Partido Republicano del Pueblo (CHP), que arrebató el poder de las importantes ciudades de Estambul y Ankara al AKP en las pasadas elecciones municipales, y al Partido Democrático de los Pueblos (HDP), acusado por el poder de apoyar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que es acusado desde el gobierno de apoyar supuestos actos terroristas al sur del país euroasiático. El propio CHP puso abogados a disposición de los universitarios detenidos en las últimas protestas.

También, el martes por la tarde, organizaciones sociales y estudiantiles habían convocado una manifestación en Kadiköy, distrito en el lado asiático de Estambul. Sin embargo, el gobierno prohibió toda manifestación en este distrito y en los cercanos a la Universidad del Bósforo por un periodo de siete días, alegando el riesgo de contagios por la pandemia de Covid-19. Varios cientos de estudiantes, así como miembros de sindicatos y partidos izquierdistas, se concentraron igualmente en Kadiköy donde la policía reprimió la protesta disparando balas de plástico y lanzando gases lacrimógenos.

Según los medios opositores, se produjeron varios heridos y decenas de detenciones. Otra manifestación de solidaridad en la capital, Ankara, también fue reprimida por la policía, que detuvo al menos a seis personas vinculadas al sindicato universitario Iniciativa de Estudiantes.

Ali Babacan, miembro del HDP, dijo que la respuesta violenta a las protestas estudiantiles es inaceptable e injustificada. Babacan explicó que los acontecimientos recientes en la Universidad del Bósforo preocupan a todos, y señaló que las políticas internas creadas por el gobierno a través de la polarización y el conflicto han comenzado a causar un gran daño al país, según el diario turco Zaman.

“El gobierno, que no puede resolver ninguno de los problemas del país, está preocupando completamente al pueblo a través de las hostilidades –agregó-. El gobierno y la prensa oficialista crean un ambiente para que los diferentes segmentos de la sociedad se enfrenten entre sí. Esta es una situación muy peligrosa. Quienes dirigen el país deben ser conscientes de esto y todos deben actuar con sabiduría”.

Erdogan sigue aumentando la presión sobre la oposición ante la crisis política que sufre su partido por la pérdida de apoyos en el interior del país, representada, sobre todo, con la dura derrota en las últimas elecciones municipales y el cansancio de cierta parte de la población, sobre todo los jóvenes, ante las políticas autoritarias y de carácter radical islamista del Ejecutivo, sumado a la difícil situación económica que atraviesa el país.

FUENTE: Raúl Redondo / Fotos: AFP / Atalayar

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