Turquía construye casas para suplantar a la población en la región de Afrin que ocupa ilegalmente

La primera fase de un nuevo asentamiento en la ciudad de Afrin, en el cantón kurdo de Rojava (Kurdistán sirio), ocupado ilegalmente por Turquía, se completó y fue financiado con donaciones palestinas, informó el sábado pasado la agencia de noticias Prensa del Norte.

La Fundación Wafaa Al-Mohsenin, con sede en Estambul, informó el 28 de agosto que se completaron la construcción 34 casas. La gente de la aldea de Al Zaeem, en la ciudad de Jerusalén, financió la construcción del asentamiento, agregó el comunicado de la institución.

En total, se construirán 80 unidades de vivienda en la segunda fase del pal, que será financiada por Omán, agregó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) con sede en el Reino Unido.

El acuerdo financiado desde Palestina es otro paso para los esfuerzos del gobierno turco por la arabización de los territorios poblados kurdos en el norte de Siria, ya que Ankara ve la posibilidad de una región autónoma kurda cerca de su frontera como una supuesta amenaza para su seguridad nacional.

Después de invadir Afrin en 2018 mediante una ofensiva militar llevada a cabo junto con grupos mercenarios sirios, Turquía comenzó a asentar árabes y turcomanos desplazados internamente en el territorio, mientras que alrededor de 300.000 kurdos fueron forzados a huir del cantón.

Desde 2018, Turquía ha construido más de 19 asentamientos en la región de Afrin con donaciones recibidas de varios países árabes. Ankara también construyó alrededor de 50 asentamientos en la provincia noroccidental siria de Idlib, que actualmente está controlada por Hayat Tahrir al-Sham, la antigua rama siria de Al Qaeda, y otros grupos yihadistas.

Turquía continúa construyendo esos asentamientos con el pretexto de ayudar a los refugiados, mientras que el presidente Recep Tayyip Erdogan expresó repetidamente planes para asentar al menos a un millón de los casi cuatro millones de refugiados sirios que viven en territorio turco en el norte de Siria.

Ankara también usa el mismo pretexto como justificación para una posible ofensiva militar que tendría como objetivo hacer realidad la intención de establecer una “zona de amortiguamiento” de 30 kilómetros de profundidad en el territorio de Rojava.

Según las leyes internacionales, una fuerza ocupante tiene prohibido construir nuevas infraestructuras en las zonas que invadió, algo que Turquía no cumple.

FUENTE: Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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