Una revolución dentro de la revolución: la lucha de las mujeres en el norte y el este de Siria

Si el norte y el este de Siria son conocidos por una idea, es por el implacable compromiso con la liberación de la mujer.

Las imágenes de las mujeres luchadoras de las Unidades de Protección de las Mujeres (YPJ) y de las Fuerzas Democráticas Siria (FDS) en el frente contra ISIS, se hicieron famosas en todo el mundo. Los conceptos que forman la base de la organización política y social allí -instituciones autónomas de mujeres en todos los ámbitos de la vida, un sistema de copresidencia para el liderazgo- serían impensables en las llamadas “democracias avanzadas”.

Pero, ¿cómo comienza una revolución de mujeres? ¿Cómo se fortalece en condiciones que, históricamente, han marginado y debilitado las luchas de las mujeres? ¿Y cómo ven las mujeres revolucionarias su futuro después de 10 años bajo ataque?

No hay una respuesta para ninguna de estas preguntas. Hablando con mujeres en el norte y el este de Siria el año pasado, encontré partes de muchas respuestas y una sensación de determinación absoluta, sin igual en ningún otro lugar.

Una historia de lucha

La lucha por la liberación de la mujer en el norte y el este de Siria tiene raíces profundas. El movimiento de libertad kurdo construyó una sólida base social y política entre los kurdos sirios durante las décadas de 1980 y 1990. Algunas mujeres kurdas sirias se unieron a las fuerzas guerrilleras y lucharon contra el ejército turco al otro lado de la frontera. Otras organizaron sus propias comunidades.

Las mujeres activas en las instituciones femeninas más antiguas del norte y el este de Siria citan esta historia como la razón de su éxito. Cuando se les preguntó por qué las mujeres en Kobane estaban lo suficientemente organizadas para resistir a ISIS en 2014, las integrantes del Kongra Star me enfatizaron que su organización trabajaba desde 2005.

Kongra Star, que hoy es la organización coordinadora de todas las instituciones de mujeres de la región, fue la primera organización autónoma de mujeres kurdas en Siria. Sus activistas educaron a las mujeres kurdas sobre sus derechos y lo que podían hacer para lograrlos a puerta cerrada, evadiendo tanto a la policía secreta del régimen como al escrutinio de los hombres conservadores.

En 2012, cuando las fuerzas del régimen fueron expulsadas de Kobane, “la gente ya estaba organizada y conocía la filosofía”, dijo una representante del Kongra Star. “Los kurdos, las mujeres kurdas, estaban listas para cualquier cosa. Ya no teníamos que trabajar en secreto y mucha gente vino a unirse a nosotros”, agregó.

Las administradoras en Qamishlo de la Mala Jin, o Casa de la Mujer, me dijeron que habían estado políticamente activas desde 1989, “así que cuando comenzó la revolución en Rojava, estábamos listas”.

Las Casas de la Mujer brindan refugio y mediación a mujeres que enfrentan discriminación y violencia. También sirven como centros para la organización social de las mujeres, fortaleciendo el movimiento masivo que forma la base de la revolución.

La Mala Jin en Qamishlo fue la primera de la región, establecida en marzo de 2011. Hoy en día, hay 72 Mala Jin en todo el norte y el este de Siria. Cada vez que se liberaba una nueva ciudad, las mujeres me decían con orgullo que en múltiples ocasiones la primera institución que establecía la Administración Autónoma era a menudo una Mala Jin.

Teoría y práctica

Las ideas que formaron la base de estas primeras instituciones de mujeres y todo lo que las siguió, también provinieron del movimiento de liberación kurdo, pero hoy en día cuentan con mujeres de muchas comunidades como adherentes.

“Establecimos nuestra organización basándonos en la filosofía de (el fundador y líder del PKK) Abdullah Öcalan”, me explicó una activista kurda del Kongra Star en Kobane, “porque él dice que la sociedad no puede ser libre si las mujeres no son libres”.

En Manbij, una mujer árabe que sobrevivió tres años bajo la ocupación de ISIS y se volvió activa en una Mala Jin local, después de la liberación de la ciudad en 2016, dijo simplemente que “si no nos impactaban las ideas de Öcalan, no estaríamos aquí”.

Escribiendo desde la prisión, Öcalan argumentó que la fuente de toda opresión en la sociedad es la opresión de las mujeres por parte de los hombres. Esta es la principal diferencia teórica entre la filosofía confederalista democrática del movimiento de liberación kurdo y la de otros movimientos de liberación nacional, que tradicionalmente se centran en la opresión nacional o de clase.

Esa diferencia probablemente explica algunos de los éxitos del norte y el este de Siria. Un movimiento que cree que la libertad de la mujer es esencial para toda libertad, dará prioridad a las mujeres, incluso en momentos en que otras luchas comparables las dejarían de lado.

También es una idea especialmente adecuada para un país diverso, donde las mujeres han sufrido graves injusticias a manos de dictadores, terroristas e incluso de sus propias familias.

Las mujeres kurdas, árabes y asirias reiteraron que los problemas de las mujeres en Siria suelen ser los mismos a través de líneas étnicas y religiosas, lo que hace que la liberación de las mujeres sea una lucha común unificadora para el noreste y más allá.

“Cada mujer tiene una revolución dentro de ella”, dijo una integrante de la Coordinación de Mujeres de Zenobia, una organización autónoma de mujeres que representa a las regiones árabes del norte y este de Siria, en la sede del grupo en la ciudad de Raqqa.

“Nos gustaría que nuestro proyecto, nuestro modelo, se estableciera para todas las mujeres sirias. Todavía estamos trabajando y seguiremos trabajando hasta que todas las mujeres sirias sean libres”, afirmó.

Persistencia bajo amenaza

La experiencia práctica y los ideales revolucionarios no significan que la lucha haya sido fácil. Turquía, ISIS, el régimen sirio y los grupos rebeldes de la oposición, a pesar de enfrentarse amargamente en el campo de batalla, se han unido para atacar a las mujeres que construyeron la revolución del norte y el este de Siria. Como aliados en esta campaña de terror, contaron con hombres que cuestionaron si las mujeres podían luchar y liderar, y negaron oportunidades a las mujeres de sus comunidades por la fuerza.

Sobre el terreno, es imposible olvidar lo mucho que hay en juego. Los rostros de las mujeres que dieron su vida por la revolución del norte y este de Siria miran hacia abajo desde las rotondas, vallas publicitarias, las paredes de casas y oficinas.

Un parque en Raqqa lleva el nombre de Hevrin Khalaf, la política y activista feminista asesinada por terroristas respaldados por Turquía durante la invasión en Serêkaniye. La famosa estatua en la Plaza de la Mujer Libre de Kobane conmemora a Arin Mirkan, quien sacrificó su propia vida para salvar a sus camaradas y destruir una posición de ISIS durante la batalla por Kobane.

Las integrantes de las organizaciones de mujeres se movilizan regularmente cuando los hombres matan a las mujeres. Consideran que la violencia masculina es inseparable de la violencia de los estados y los grupos terroristas, algo que el régimen de ISIS y sus impactos duraderos en la sociedad dejaron en claro.

“Ha habido asesinatos de mujeres políticas. Esto no nos desanima, nos hace más fuertes”, explicó una activista de la Coordinación de Mujeres de Zenobia. “No nos someteremos a ISIS ni a aquellos que quieren doblegar la voluntad de las mujeres”, indicó.

“Nosotras, como mujeres, somos víctimas de nuestra sociedad. Hemos sacrificado mucho para liberarnos, para detener la violencia contra nosotros por parte de poderes extranjeros y de la sociedad por igual. Miren a las mujeres desplazadas (de las ocupadas Serêkaniye y Afrin)”, dijo una representante de la Mala Jin en Qamishlo. “Tenían familias, hijos, hogares, una sociedad democrática, y ahora sus vidas han sido anuladas”, explicó.

Al escuchar lo que las mujeres han atravesado durante 10 años de guerra, queda claro que cada día que una mujer que participa en cualquier aspecto de la revolución persiste en su trabajo es una victoria, tanto contra los enemigos militares como contra las fuerzas sociales arraigadas.

Construir el futuro

Es imposible erradicar miles de años de patriarcado de la noche a la mañana. Las mujeres del norte y el este de Siria no afirman haberlo hecho. Su revolución ha recorrido un largo camino, pero está lejos de terminar.

En Raqqa y Manbij, los activistas exigen la implementación de las mismas Leyes de la Mujer implementadas en Kobane, Afrin y Cizire, incluidas las disposiciones que antes se consideraban imposibles de aplicar en las comunidades conservadoras afectadas por la ideología de ISIS. Creen que han construido suficiente organización social y política en los últimos años para cambiar el rumbo.

Hombres y mujeres están escribiendo juntos el nuevo Contrato Social del norte y el este de Siria. Hablé con varias mujeres involucradas en el proceso de redacción como representantes de organizaciones autónomas de mujeres. Todas parecían tener la esperanza de que sería más fuerte que los documentos anteriores, y todas sintieron que su participación fue real y significativa.

Las mujeres en el noreste del país también esperan compartir sus experiencias con sus contrapartes en otras regiones de Siria, en todo Medio Oriente y el mundo. Muchas de las organizaciones de mujeres del norte y este de Siria también tienen presencia en ciudades como Alepo y Damasco, aunque el régimen limita sus actividades. No pueden operar en áreas controladas por rebeldes debido a la abrumadora hostilidad hacia la AANES y la brutal misoginia, pero mantienen contactos con mujeres de estas regiones.

Cada mujer con la que hablé tenía metas para sí misma y para su organización: proyectos para expandirse, teorías para poner en práctica de manera más efectiva, mujeres que aún no se habían organizado para alcanzar. También saben que el norte y el este de Siria siguen empobrecidos, sitiados y en guerra, lo que dificulta todo este trabajo.

Mientras el norte y el este de Siria celebran el Día Internacional de la Mujer, sé que lo harán en honor de cada victoria, cada sacrificio y cada sueño futuro. Las mujeres en todas partes, en realidad, las personas que creen en la libertad en todas partes, deben desearles éxito.

FUENTE: Meghan Bodette / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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