Los kurdos serán los “reyes” de las elecciones turcas, pero no hay que pasar por alto su ansiedad

Un fiscal de Turquía pide 38 cadenas perpetuas, sin excarcelación anticipada, para los acusados de asesinato, saqueo, lesiones con arma de fuego contra un funcionario público, quema de banderas y perturbación de la unidad nacional y la integridad del país.

Tuve que leerlo dos veces.

38 cadenas perpetuas sin excarcelación anticipada para políticos y activistas kurdos, que no han hecho absolutamente nada malo. ¿Les sorprende que muchos kurdos estén entusiasmados con las elecciones en las que podrán echar a Erdoğan de su cargo, pero también asustados por lo que pueda hacer para aferrarse al poder?

Las noticias sobre este absurdo caso no llegaron a muchos medios de comunicación extranjeros. Entiendo la razón periodística detrás de eso. Los medios de comunicación de otros países fuera no pueden informar todo el tiempo sobre juicios en curso, por grotescos que sean, sino que se centran en las noticias cuando un caso concluye. Al fin y al cabo, hay muchos juicios políticos en marcha en todo el mundo, también grotescos, y no se puede informar de todas las locuras de los fiscales.

Caso Kobane

Pero al mismo tiempo, periodísticamente no apruebo esta consideración. Gran parte de la información que veo sobre las elecciones se centra en la cuestión de si el candidato presidencial de la oposición, Kemal Kılıçdaroğlu, vencerá al presidente turco, Recep Tayyip Erdoğan, y se menciona a los kurdos en su papel de “hacedores de reyes”. Pero el ángulo kurdo es mucho más amplio que eso, y gira en torno a la vida y la muerte. No es de extrañar que los kurdos estén ansiosos, al menos eso es lo que escucho de los muchos kurdos con los que estoy en contacto. ¿A qué recurrirá Erdoğan de aquí al 14 de mayo, o después del 14 de mayo, si pierde?

Un vistazo a los juzgados de Turquía da una idea. Las 38 cadenas perpetuas, sin libertad condicional, son un ejemplo. Son la petición del fiscal en el llamado caso Kobane, que se remonta a 2014, cuando en la ciudad septentrional de Kobane (Rojava) las fuerzas kurdas YPG y YPJ luchaban contra el Estado Islámico (ISIS). Políticos kurdos, entre ellos el encarcelado Selahattin Demirtaş, pidieron entonces a la población que saliera a la calle para mostrar su apoyo a los combatientes kurdos. Lo que siguió fue violencia, en la que murieron más de 30 personas.

Investigación

Nunca se aclaró qué ocurrió exactamente. El HDP (Partido Democrático de los Pueblos) propuso una investigación parlamentaria exhaustiva de los hechos, pero la coalición gobernante del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP)/Partido del Movimiento Nacionalista (MHP), la rechazó. En lugar de ello, el Estado decidió procesar a decenas de políticos kurdos, alegando que habían incitado a la violencia, cuando los hechos son claros: ningún político del HDP llamó ni llamaría jamás a la violencia. Lo que es más probable es que el Estado la provocara, lo que está en consonancia con los métodos estatales desde siempre, y explica por qué el gobierno se negó a una investigación.

¿Qué más podría estar bajo la manga de Erdogan? Es posible que se haya olvidado del atentado en el bulevar Istiklal, de Estambul, el pasado noviembre, en el que murieron al menos seis personas. El gobierno culpó al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), sin ninguna prueba y sin dar siquiera una explicación lógica. ¿Cómo informaron de ello los medios de comunicación extranjeros? Mencionaron la afirmación del gobierno en las primeras frases de sus artículos, como muestra este ejemplo. El desmentido del PKK vino después, pero la narrativa del Estado siempre encabeza las historias. Sin embargo, un periodista que conociera el Estado y siguiera de cerca lo que estaba sucediendo, podría haber cuestionado al instante la afirmación del Estado: Turquía quería invadir de nuevo las zonas controladas por los kurdos en Siria y necesitaba una razón para justificar esa medida ante la comunidad internacional.

Ataque con drones

Más recientemente, Turquía atacó con un dron al comandante general de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), Mazloum Abdi, cuando se encontraba de visita en el Kurdistán iraquí (Bashur). No resultó herido, por lo que es probable que, esta vez, Turquía sólo quisiera intimidar a las FDS y a su socio local, la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK), ya que a Ankara no le gusta que los grupos kurdos formen equipo. Pero un Mazloum Abdi asesinado sin duda habría conmocionado la campaña electoral turca. Al fin y al cabo, los kurdos de Turquía esperaban que Kılıçdaroğlu se pronunciara en contra si quería su voto y Kılıçdaroğlu se habría visto acorralado porque pronunciarse antagonizaría a sus socios nacionalistas.

El ataque fue una noticia importante para entender hasta dónde está dispuesto a llegar Erdoğan para salirse con la suya, pero periodísticamente, un ataque “fallido” con un dron contra un líder militar de un grupo armado no estatal, no se considera una noticia de última hora, así que no fue una gran noticia.

Narrativa

El resultado es que la imagen que el público en general tiene de las próximas elecciones es bastante limitada: es Erdoğan contra Kılıçdaroğlu, y será una carrera reñida, y las elecciones no son completamente justas debido al autoritarismo de Erdoğan. Que para los kurdos estos son tiempos extremadamente preocupantes en los que hay vidas en juego, no se saca a la luz, y mucho menos se explica. Los kurdos pueden servir como reyes, pero aparentemente no deben complicar demasiado la narración. Y ese enfoque es un fracaso periodístico.

FUENTE: FréderikeGeerdink / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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