“Erdogan repetirá las elecciones en Estambul hasta ganar”

El periodista turco exiliado Can Dündar afirma que el presidente turco trata de crear “una especie de dictadura” en su país mientras Europa “acepta gustosa” por los refugiados.

“Estás entrevistando a un terrorista ¿No tienes miedo?”, espeta burlón Can Dündar.

El periodista turco tiene el triste honor de ser una de las bestias negras del presidente Recep Tayyip Erdogan, que no le perdona su decisión de publicar, cuando era director del diario Cumhuriyet, las pruebas de cómo los servicios secretos turcos enviaron armas a las milicias (terroristas) sirias. Lo pagó con cárcel, juicios, intentos de asesinato y un exilio lejos de su familia. “Tenemos que estar preparados incluso para más”, admite. Dündar, que ahora vive en Alemania, visitó Barcelona para presentar Arrestados. Notas de un periodista desde una prisión turca (editorial Descontrol).

-El próximo 23 de junio se repetirán las elecciones en Estambul. ¿Qué ocurrirá si Erdogan pierde de nuevo?

-Que las repetirá una y otra vez hasta que gane. Esa es la democracia turca. La oposición pensó en boicotear la repetición de los comicios, porque es inaceptable, pero tras discutirlo van a hacer campaña otra vez. Es posible que Erdogan gane, porque lo tiene todo preparado, pero plantarán cara. No serán unas elecciones por Estambul, sino un referéndum sobre la democracia turca.

-¿A qué se refiere cuando dice que Erdogan lo tiene todo?

-Él está detrás de la decisión de los jueces de rechazar los resultados de las elecciones. Él lo ordenó y ellos lo aceptaron, no hay un sistema judicial independiente. Me preocupa qué más puede hacer Erdogan en las próximas semanas. Todo el mundo tiene miedo de que pueda crear alguna situación caótica que le ayude. Es capaz.

-¿La pérdida de Estambul y Ankara es un signo de su declive?

-Exacto. Esta es la primera vez en 25 años que él y su partido pierden en las dos ciudades. Hay un dicho turco que dice que quien pierde Estambul, después pierde Turquía. Él lo sabe porque ganó Estambul y luego se convirtió en presidente. Y es consciente de lo que va a pasar ahora. Por eso tiene tanto miedo y está tan obsesionado con recuperar la ciudad. Pero no le será fácil, la oposición está preparada y hay críticos incluso desde su partido. Piensan que esto ha sido ir demasiado lejos. Disolvió el parlamento, el gobierno, controló los medios… pero cancelar unas elecciones es otro nivel. Es una nueva fase en la opresión.

-¿Y cuál es la razón de su declive?

-La principal razón es que lleva 17 años en el poder. Es el líder más longevo de Europa junto a Merkel, creo. La gente ya está cansada de ver su cara en televisión cada noche. Pero también la crisis económica es importante. El precio de la comida ha subido mucho. Por otro lado, la oposición se unió por primera vez en su contra con un candidato muy fuerte en Estambul que parece que también podría presentarse a la presidencia. Es el candidato adecuado. Esta es la antesala de las elecciones generales.

-Le veo a usted optimista.

-Para ser honesto, siempre lo soy. Pero esta vez tengo muchas razones.

-Usted ha sido acusado de terrorismo y espionaje y hay una orden de arresto en su contra.

-Sí, estás entrevistando a un terrorista. ¿No tienes miedo? (risas). Sí, si te opones a Erdogan, por desgracia, te conviertes automáticamente en un terrorista. No es fácil retarlo. Tengo muchos juicios pendientes. Unos seis, creo. El principal de ellos es el caso por la revelación de que los servicios secretos turcos traficaban armas a Siria. Era una operación ilegal, revelamos las pruebas y no pudieron negar que lo hicieron. Tras publicarse la noticia, dijo que pagaría el precio. Y desde entonces lo estoy haciendo. También me acusan de ser uno de los incitadores de las manifestaciones del parque Gezi. Somos 16 denunciados. El caso comenzará el 24 de junio, un día después de las elecciones. Hay otro contra mi diario, al que acusan de apoyar a organizaciones terroristas. Así que, ¡estoy acusado de casi todo!

-Se diría que Erdogan tiene algo personal contra usted.

-No le gusto para nada… Y no tiene porqué quererme, pero poner a un periodista en la cárcel sólo por hacer su trabajo es algo extraordinario. Podría negar la noticia, denunciarme. Pero meterme en la cárcel u ordenar un asesinato… Es demasiado.

-¿Erdogan ha ordenado su asesinato?

-Me acusó de ser un traidor y dijo que era un agente que había traicionado a su país. Si señalas a alguien así, siempre habrá algún loco que quiera convertirse en un héroe. Y eso es lo que pasó. Mi agresor dijo que había estado inspirado por Erdogan. No se necesita una orden. Inspirar es suficiente.

-¿Qué hará usted si es condenado?

-Es algo que espero, porque no creo en el sistema judicial turco. Si confiara en los jueces, no estaría fuera de Turquía, porque sé que no hice nada malo y me puedo defender. Pero bajo estas circunstancias, sería como poner mi cabeza en la guillotina. Así que como mínimo me esperan dos meses más en Europa.

-Usted ha sido un gran crítico de la actitud de Alemania y la Unión Europea hacia Turquía.

-Sí. Están apoyando a Erdogan desde el principio sabiendo que no cree en la democracia y que está intentando hacer de Turquía una especia de dictadura. Pero les es útil. Está usando a los refugiados casi como rehenes para extorsionar a Europa, que acepta gustosa porque no les quiere en su territorio. Es una situación en la que ellos ganan, pero en la que los que estamos en la cárcel o el exilio (o en el cementerio) perdemos. Por eso digo que es un pacto sucio.

-Usted no es el único que está sufriendo las consecuencias de enfrentarse a Erdogan en su familia. ¿Cual es la situación de su mujer?

-Cuando decidí quedarme en Alemania le pedí a mi mujer que viniera conmigo. Pero no le permitieron salir del país. En el aeropuerto le retiraron el pasaporte sin ningún motivo, no hay ninguna investigación en su contra. La están castigando sólo por ser mi mujer. Es una rehén. Hace tres años que no nos vemos. Erdogan sabe que mientras la tenga a ella será difícil para mí criticarle con intensidad. Me pregunto cómo sería si ella estuviera conmigo. A veces me pregunta si quiero el divorcio. Pero sabíamos las consecuencias. Por eso, si ese es el precio, que así sea.

-¿Usted sabía que esto podría ocurrir?

-Para ser honesto, no pensé que iría tan lejos. Esperaba que me llevaran ante los tribunales, pero ir al exilio sin mi familia… no. Pero es parte del juego. Erdogan puede hacer cualquier cosa, así que tenemos que estar preparados incluso para más.

-¿Le preocupa su seguridad aquí en Europa?

-Sí. Los servicios secretos turcos son muy activos aquí y están intentando castigar a los disidentes. Hay 18 casos de secuestros en diversos estados balcánicos. El ministro de Justicia lo ha reconocido. Están orgullosos. Así que esa podría ser una opción, o presionar a la Interpol para que me detenga.

-¿Le preocupa que algún país europeo decida colaborar y detenerlo? Ya ocurrió en España.

-Eso sería una vergüenza para el gobierno español. La última vez que vine, mi abogado me aconsejó que no lo hiciera. Pero decidí jugármela. No puedo estar evitando ir a sitios, no habría ninguna diferencia entre estar libre o en la cárcel. A veces hay que tomar riesgos. Esta vez, cuando aterricé en Madrid había dos policías en la puerta del avión esperándome. Pensé que me iban a detener, que todo había acabado, pero me dijeron: “Venimos a protegerte” (risas). Creo que la policía alemana les avisó de que llegaba. Pero en mi situación, nunca sabes.

-Usted recientemente escribió un artículo en el que comparaba la justicia española con la turca.

-Sería ridículo comparar a España con Turquía, mi país está a las puertas de una dictadura. Pero recibí una carta de la mujer de Jordi Cuixart invitándome a visitarlo a la cárcel. Entendí muy bien su situación porque tengo un amigo que lleva en la cárcel más de un año. Así que dije que sí. Fue muy interesante. Recordé mis días en ese mismo lado de la ventana. Es un preso político sin permiso de tocar a su familia. Me preocupa la propagación de las violaciones contra los derechos humanos. Lo único que quiero decir a las autoridades españolas es que no le den a Erdogan una excusa para legitimar sus abusos. Porque este no es sólo un caso sobre España. Me concierne también a mí, a mi familia y a mis amigos. Tiene un impacto en los presos turcos, es un asunto global y tenemos que combatirlo juntos. Cuando llegué la semana pasada a Madrid, estuve en el tribunal, quería ver los procedimientos legales. Vi a un testigo al que no dejaron hablar en catalán, que es lo que ocurre en mi país con los kurdos. Poner a alguien en la cárcel por resistirse a las órdenes del gobierno, o pedir que su gente decida sobre su futuro no debería juzgarse tan severamente. Se trata de libertad de expresión.

FUENTE: Marina Meseguer / La Vanguardia