La propaganda de guerra de Erdogan ya alcanzó otro nivel

Las cosas no están yendo bien para Turquía en Siria. La ofensiva contra las milicias kurdas de las YPG en el cantón de Afrin, flaquea. Los soldados turcos apenas han cruzado la frontera turco-siria. Desde el comienzo de la guerra a mediados de enero, al menos 150 civiles han muerto, según informes de organizaciones de derechos humanos. La llegada a Afrin de fuerzas leales a Bashat Al Assad complica aún más la operación.

Cuanto más grandes se vuelven los problemas, más estridente es la retórica bélica de Recep Tayyip Erdogan: el presidente turco amenaza con sitiar la ciudad de Afrin, “destruir terroristas”y atacar a los soldados estadounidenses que cooperan con las YPG en Siria. “Quien se interponga en nuestro camino será barrido”, dice.

Hasta dónde puede llegar Erdogan, fue revelado el sábado pasado en una campaña electoral del su partido AKP en la ciudad de Kahramanmaras, en el sureste de Turquía. El presidente trajo a una niña de apenas 6 años, llamada Amine Tiras, llorando y con uniforme militar al escenario. “Mire, tenemos a una Boina Granate (fuerzas especiales turcas) aquí”, dijo. “Pero una Boina Granate no llora”.

Entonces Erdogan se dirigió a la audiencia: “Si ella cae como una mártir, entonces estará cubierta con la bandera, si Dios quiere”.

Luego se inclinó hacia la chica y le dijo: “Estás lista para todo, ¿no?”. La chica, en voz baja, respondió: “Sí”.

En tiempos “normales”, instrumentalizar a un niño para la guerra habría causado confusión y disgusto. Pero los tiempos son de todo menos “normales” en Turquía: desde que las tropas turcas marcharon a Afrin a mediados de enero, una verdadera euforia bélica ha golpeado a la sociedad turca.

En televisión, las imágenes de la Operación Rama de Olivo se observan de manera continua. Los clubes de fútbol de Estambul, Fenerbahce, Galatasaray y Besiktas, twittean a los soldados: “Estamos del lado de nuestras fuerzas turcas”. En Ankara, los industriales están ofreciendo a los trabajadores para que puedan participar en la lucha.

La aparición de Erdogan en Kahramanmaras casi no causa indignación en Turquía. “¡Jefe, tráiganos a Afrin!”, rugió la audiencia. El político de la oposición Devlet Bahceli, cuyo partido MHP (nacionalista de derecha) acaba de formar una alianza con el gobernante AKP, se jactó de que estaba listo para morir por Turquía en Afrin.

El gobierno en Ankara simplemente esconde malas noticias. El viceprimer ministro Bekir Bozdag afirmó que los civiles no se ven afectados por la operación militar. “Ningún civil fue asesinado, ni sufrido tanto como una hemorragia nasal”, sostuvo.

Los opositores a la guerra son amordazados. Desde el comienzo de la Operación Rama de Olivo, 786 personas han sido arrestadas por presunta “propaganda terrorista” en Turquía. En los medios turcos prácticamente no hay signos de los retrocesos. Y según las encuestas, nueve de cada diez aún respaldan la operación en Afrin.

FUENTE: The Region / Traducción y edición: Kurdistán América Latina