Meike Nack es una socióloga alemana que decidió el año 2014 irse al Rojava (la región más occidental del Kurdistán o Kurdistán sirio) para colaborar con una revolución que está cuestionando todas las relaciones sociales y políticas de Medio Oriente, de forma muy especial las que afectan a la mujer. Ella misma dice que la “Revolución de Rojava es la Revolución de las Mujeres” porque, entre otras cosas, en ninguna otra parte del mundo se está dando tal participación de la mujer, no solo en este proyecto político sino también en la dura lucha contra el Estado Islámico.
Representante de la Fundación de Mujeres Libres de Rojava, también es integrante del Kongreya Star, o Congreso de la Estrella, que recuerda también a la antigua diosa Ishtar. Meike está divulgando por toda Europa y también en América Latina los avances que este movimiento está introduciendo en el norte de Siria, sobre todo en el campo de la auto-organización de las mujeres, denuncia las violaciones de los derechos humanos en la región de Afrin, ocupada por Turquía, y en sus respuestas a esta entrevista vía internet explica las principales características de este movimiento que está revolucionando el papel de la mujer en las sociedades musulmanas.
-Después de siete años de revolución, ¿cuál es el balance de la Revolución de Rojava?
-En Rojava y el norte de Siria, por primera vez, ha sido posible poner en marcha un proceso revolucionario que involucra a millones de personas y que busca superar cualquier forma de opresión por razones de sexo, clase, nación, religión… Se trata de una revolución popular, de un proceso continuo, de un sistema con base municipal y unos consejos locales en los que participan todos los grupos sociales, étnicos, religiosos y políticos, un sistema que responde a la idea del Confederalismo Democrático de Abdullah Öcalan, dirigente kurdo que sufre desde hace veinte años detención ilegal en la isla turca de Imrali.
Es un proyecto humanista y de paz que podría poner fin a los conflictos y guerras de todo Medio Oriente, un proyecto que implica a la población asirio-caldea, árabe, kurda, turcomana y que también incluye la diversidad religiosa, es decir a musulmanes, cristianos, yezidis y alevis.
-¿Y cuáles son los avances conseguidos respecto a la mujer?
-En la revolución de Rojava la libertad de las mujeres es esencial porque es el fundamento de una sociedad libre. Por esta razón, en la Administración Autónoma del Norte y Este hemos establecido unas estructuras autónomas de mujeres, como el movimiento Kongreya Star, donde discutimos todas las cuestiones sociales y políticas antes de elevarlas a las estructuras mixtas.
Todas las funciones y tareas las realizan por igual mujeres y hombres. Por lo tanto, todas las facetas de la sociedad, como la defensa, la educación, la religión, la economía están co-determinadas por el movimiento de mujeres. En ninguna parte del mundo existe tal grado de participación de las mujeres. Debido a los ataques y a la brutalidad del Estado Islámico y del Frente Al Nusra contra las mujeres, ahora toda la sociedad, también los hombres, desean una vida digna para todos.
-Si tuviera que destacar alguno de estos avances, ¿cuál sería y por qué cree que es el más importante?
-El mayor logro ha sido el establecimiento de la igualdad en las estructuras del autogobierno y también la creación de las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ), que están siendo esenciales como modelo de relación entre hombres y mujeres, además de conseguir la liberación de decenas de miles de mujeres en manos del Estado Islámico. Los trabajos de administración municipal, la dirección religiosa, la defensa, la economía, la prensa, la educación, la cultura, etc., son llevados a cabo por hombres y mujeres que están representados conjuntamente al más alto nivel.
Tanto las mujeres como los hombres se benefician de esta cooperación. La perspectiva ha cambiado; en las sociedades capitalistas patriarcales, las aspiraciones de poder y beneficio están siempre en primer plano; ahora se identifican las necesidades sociales de forma conjunta y de forma conjunta se plantea cómo el autogobierno puede darles respuesta. Así es como, por ejemplo, se ha evitado en Afrin un baño de sangre y se ha podido atender a cientos de miles de refugiados en un corto espacio de tiempo.
-¿Cómo se consigue que los hombres que practican la poligamia o se casan con niñas cumplan las nuevas normas?
-Según el artículo 25 del Contrato Social aprobado por todos los municipios “la violencia contra las mujeres, su explotación y discriminación” son un delito, igual que la poligamia y el matrimonio con menores, que están prohibidos y castigados de acuerdo con la ley. Pero la aplicación y mantenimiento de estas medidas requiere que las personas comprendan que estas prácticas no son correctas; por eso, la educación y la discusión son importantes.
Las estadísticas darán un vuelco solo si la sociedad no acepta la poligamia y el matrimonio con niñas. En todo caso, intervienen las agrupaciones de mujeres y las fuerzas locales de defensa protegen a las niñas y a las mujeres que un hombre quiere tener como segunda esposa. Los motivos que implican a los hombres y a las familias en esa explotación y violencia son muy diversos; por lo tanto, se discuten las motivaciones, las necesidades y se buscan soluciones a las mismas.
-¿Cómo definiría la Jineolojî en la que se basa la liberación de las mujeres kurdas de Rojava?
Jineolojî es la Ciencia de las Mujeres. Jin significa mujer y logie viene del griego y significa conocimiento o ciencia. Es una propuesta de Abdullah Öcalan, asumida por el movimiento de mujeres kurdas. Se basa en la crítica a la influencia patriarcal-capitalista sobre el conocimiento y la ciencia, lo que disfraza en la historia de la civilización la división de clases, la explotación, la opresión, la tortura…
En su crítica del feminismo, Abdullah Öcalan afirma que, a pesar de sus logros, apunta demasiado bajo, considerando que se necesita una sociología de la libertad para, por un lado, sacar a relucir la historia no escrita y también desarrollar soluciones a los problemas sociales. En este sentido, la Jineolojî es una fuerza motriz esencial para el cambio y la renovación sociales.
-¿Considera que la revolución de las mujeres en Rojava es una revolución feminista? ¿Cuál es su diferencia con el feminismo?
-Sí, se puede decir que la Revolución de Rojava es feminista porque el feminismo se esfuerza por la liberación de la mujer y la abolición del patriarcado, y eso es lo que ocurre con la Revolución de Rojava y el norte de Siria, con la organización autónoma de mujeres, los organismos de protección contra la violencia, la investigación y la historiografía feministas, la profesionalización de las mujeres en campos hasta ahora dominados por hombres; sin embargo, la ideología de liberación de las mujeres subyacente a esta revolución va más allá.
El objetivo de Kongreya Star es liberar a toda la sociedad de la mentalidad patriarcal porque crea las condiciones de explotación, opresión, violencia, esclavitud, las guerras… que sufren mujeres, hombres y niños. El objetivo es, por lo tanto, llevar a cabo un amplio proceso de cambio social.
-¿Existe diferencia respecto al grado de participación en la revolución “feminista” de Rojava entre las mujeres kurdas, árabes o asirio-caldeas (cristianas)?
-Sí, por supuesto, hay diferencias en el enfoque de la revolución de las mujeres. Cada grupo social se acerca a la revolución con su propia identidad, cultura, historia y experiencias represivas, y también sus mujeres. Para las mujeres árabes, conocer la lucha de las mujeres kurdas por la libertad y reconocer su propio grado de opresión ha supuesto un gran impacto, y participan, con entusiasmo, en la educación y el trabajo; por lo general quieren erradicar las estructuras patriarcales de sus sociedades.
Para el pueblo asirio-caldeo es prioritaria la protección de la cultura y lengua propias; sus mujeres siempre se han sentido más libres que las otras y las relaciones patriarcales han tenido una importancia secundaria. Las mujeres kurdas, por su parte, tienen a sus espaldas cuarenta años de lucha, con numerosos ejemplos de mujeres que han luchado por su propia libertad y la libertad de toda la sociedad.
-¿Cuál es la situación de la mujer en el Kurd Dag (Montes Kurdos) y su capital, Afrin, tras un año de ocupación por las fuerzas turcas y sus milicias islamistas?
-Turquía reclutó a las fuerzas de ISIS que huyeron de Siria para la ocupación de Afrin. Les prometió que, si conquistaban Afrin, podrían establecerse allí y saquearlo todo. Según una investigación realizada por el Gobierno autónomo, en el primer mes de ocupación, veintiocho mujeres fueron secuestradas, violadas y asesinadas por el ejército turco y sus mercenarios. Hay numerosos informes de violaciones y mujeres que han sido obligadas a prostituirse en Afrin y las aldeas circundantes, así como matrimonios forzados y con menores.
Una familia de refugiados explicó cómo las fuerzas de ocupación exigieron, dando el plazo de una semana, la mano de su hija de 15 años. La familia huyó. En Afrin se ha establecido un sistema similar al del Estado Islámico: las mujeres se ven obligadas a llevar el hijab y a encerrarse en casa. En Afrin, todas las personas deben asimilar este régimen islámico autoritario o son expulsadas de la región.
-En Rojava hay grupos unidades militares compuestos únicamente por mujeres, centros de formación solo para mujeres, incluso proyectos de aldeas, como la de Jinwar, donde solo vivirán mujeres… ¿no se puede interpretar esto como una caso de segregación de género?
-La organización autónoma de mujeres permite que se conozcan a sí mismas y a otras mujeres, aumentando así su fuerza. Jinwar, un pueblo ecológico de mujeres, es uno de esos lugares. Allí, las mujeres organizan la vida, el trabajo y la educación de forma independiente; es un espacio abierto para reflexionar sobre la influencia patriarcal, sobre sí mismas, sobre su forma de pensar, sobre su comportamiento.
La influencia de la mentalidad patriarcal es muy grande, influye en los sentimientos, en los reflejos y en nuestro pensamiento. Las mujeres necesitan libertad para liberarse a sí mismas. Pero esto no lleva a la segregación, al menos en el norte de Siria; al contrario, la participación de las mujeres en todas las actividades sociales y políticas es mucho mayor que en otros países. Por eso llamamos a la Revolución en Rojava, la Revolución de las Mujeres.
-¿Cómo cree que afectaría una hipotética invasión de Rojava por el Ejército turco y sus milicias islamistas a las mujeres kurdas?
-Cuando Erdogan anunció la invasión de Rojava dijo que iba a “enterrar a los kurdos” pero las mujeres no están dispuestas a quedar subyugadas por condiciones bárbaras o patriarcales; quieren la paz para la gente. Algunas acciones han dejado clara esta determinación; Avesta Xabur, una combatiente yezidi, se hizo volar ante los blindados turcos para detener la ocupación de Afrin. Pero no solo la población de Rojava y del norte de Siria afronta la amenaza de un genocidio; también los kurdos de Turquía.
Leyla Güven, representante del HDP (Partido Democrático de los Pueblos), ha mantenido una huelga de hambre indefinida en prisión durante 90 días para exigir el aislamiento total de Abdullah Öcalan y la reanudación de las conversaciones de paz. Turquía intentó desactivar su protesta poniéndola en libertad pero continúa su acción hasta el final; su salud es crítica. Lo mismo están haciendo otras trescientas personas, tanto en las cárceles turcas como en Europa. Los gobiernos europeos juegan un papel importante en las guerras de Medio Oriente; por eso, como seres humanos, tenemos que apoyar este llamamiento a la paz, porque si no conseguimos la paz en Medio Oriente en un futuro esa guerra llegará hasta nosotros.
FUENTE: Manuel Martorell / Cuarto Poder