“No tengo ningún problema con los kurdos, solo con el PKK”

Como kurdos, escuchamos esta frase todo el tiempo. La forma de la oración cambia según el sabor del día. Después de la ofensiva turca en Afrin, la oración se convirtió en:

– 3.000 personas fueron asesinadas en Afrin, dice un kurdo.

– Pero eran todos del PKK, dice un turco.

– ¿Los 3.000?

El número de miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) a menudo se cambia en los medios turcos de acuerdo con los objetivos del Estado. En 2015, cuando hubo conflictos entre el Estado turco y el PKK, los medios turcos informaron que los miembros del PKK sumaban más de 30.000.

Para justificar los toques de queda militares y el bombardeo estatal en las ciudades kurdas, estas cifras se inflaron notoriamente. Incluso algunos periódicos progubernamentales dieron números específicos de miembros del PKK en las ciudades.

Después de que se levantaron los toques de queda militares, el número de miembros del PKK en los medios turcos disminuyó apresuradamente a 1.800 a 2.200 en 2017. Nadie sabe lo que le sucedió a los 28.000 miembros restantes del PKK. Si fueron asesinados por el Estado turco, ¿dónde están sus cuerpos?

En el distrito kurdo-sirio de Afrin, los medios turcos nuevamente aumentaron el número de miembros del PKK antes de la operación. Los medios informaron que Afrin era “la sede principal de los miembros del PKK y que el PKK tenía casi 10.000 miembros que habían sido fuertemente equipados y armados por los Estados Unidos”.

Después de tres meses, los medios turcos informaron alegremente que el número de terroristas asesinados en Afrin –como ellos los llaman- eran 3.603.

Este es solo un caso. Pensemos en otros casos y números en los medios turcos. Está muy claro que los medios turcos nunca pueden ser una fuente confiable de información sobre los kurdos.

A veces estas conversaciones tienen lugar entre amigos, entre un kurdo y un turco rico, bien educado que se considera abierto y amigo de los kurdos:

-Los estudiantes universitarios fueron encarcelados por silbar una canción en kurdo.

– ¡No!- dice su amigo turco-. Los metieron en la cárcel porque silbaban una canción del PKK.

El kurdo responde:

– ¿Conoces esa canción y lo que significa?

– No es importante, responde el turco. Es del PKK.

– ¡Pero ayer dos cantantes en una boda fueron encarcelados por cantar! Ellos y los anfitriones de la boda fueron acusados de promover una organización terrorista. Todavía están en prisión.

– ¿Y por qué cantaron en kurdo?, dice el turco.

– Porque el kurdo es su lengua materna.

– Pero viven en Turquía.

– Sí, viven en Turquía y viven en Kurdistán.

– ¿Dónde está Kurdistán? No existe Kurdistán. Solo existe Turquía.

– Existe Turquía y existe Kurdistán.

– ¿Sos del PKK?

– No, no lo soy. Soy kurdo.

– Si decís Kurdistán, entonces sos del PKK.

Estos diálogos pueden parecer tragicómicos, pero los estudiantes y los cantantes de bodas están todos en prisión y más de 3.000 personas murieron en Afrin en solo tres meses.

Hace unas semanas, en Diyarbakir, la ciudad más grande de Turquía, en el sureste principalmente kurdo, el administrador designado por el Estado que dirige el municipio, hizo que se quitaran todas las señales bilingües kurdas y turcas de las calles, y se sustituyeran por signos turcos monolingües.

Esto no es nada nuevo. En los últimos dos años, los nombres kurdos se han eliminado de los parques públicos, de las calles y de todos los rincones de las ciudades. Los símbolos culturales y lingüísticos kurdos han sido destruidos. Los monumentos erigidos para conmemorar a los políticos, escritores e intelectuales kurdos han sido eliminados o destruidos.

Incluso es difícil usar los colores amarillo, rojo y verde juntos (que son colores kurdos tradicionales). Todo lo que esté relacionado por el solo hecho de ser kurdo -idioma, cultura, colores, canciones, silbidos (¿?), danza kurda, carteles de las calles-, todo está vinculado al PKK en Turquía.

Turquía dice:

-No tenemos nada en contra de los kurdos, solo con el PKK.

-Entonces, ¿las YPG kurdo-sirias están bien?

– No, las YPG son el PKK.

– ¿Y qué tal el HDP? (Partido Democrático de los Pueblos pro-kurdo en Turquía).

-También son el PKK.

– ¿Y las canciones kurdas?

– PKK.

– ¿Y las señales en las calles?

– PKK.

La semana pasada en el Parlamento, İsmail Kahraman tomó la palabra y amenazó con expulsar a un legislador kurdo por referirse a algunas áreas como “provincias kurdas”. Me refiero al episodio en el que la diputada Meral Danış Beştaş dijo que los miembros del gobierno deberían “ir a las provincias kurdas y ver por sí mismos la eliminación de los nombres kurdos y la destrucción de las estatuas y monumentos por parte de los administradores del gobierno”. Pero Kahraman le respondió diciendo que hablar de provincias “kurdas” era inaceptable. Y agregó: “Algunas palabras son extrañas. Por ejemplo, ‘provincias kurdas’. No existe tal cosa. ¿Dónde está ese lugar? No existe tal lugar. Esto es una violación de la Constitución. No dejaremos que nadie divida a Turquía”.

¡Nosotros no existimos una vez más! A lo largo de los siglos, nosotros, como kurdos, hemos intentado demostrar nuestra existencia.

Estoy escribiendo este artículo desde mi ciudad natal de Diyarbakir, en una provincia kurda, que no existe según Turquía. Creo que nosotros, los kurdos en Turquía, hemos cometido un pecado imperdonable para el Estado turco: hemos nacido kurdos.

FUENTE: Nurcan Baysal / Ahval (https://ahvalnews2.com) / Traducción: Nathalia Benavides