La senadora Sara Vilà expone que el Gobierno mantiene las tropas en un país que “ha invadido Siria y asesinado a Samuel (Prada León), un español que había destacado por defender los valores democráticos y combatir el fanatismo de Daesh”
Mucho hermetismo y pocas palabras sobre la presencia de militares y misiles españoles en suelo turco. En concreto, en la ciudad de Adana, fronteriza con Siria. Todo se remonta a diciembre del 2012 cuando la OTAN desplegó una misión en la zona sur Turquía por petición del gobierno de Ankara, que consideraba que su espacio aéreo estaba amenazado por el conflicto sirio, tanto por las tropas del régimen de Bachar al Asad como de los yihadistas del Estado Islámico, que en ese entonces ocupaban buena parte del norte del país.
La misión se conoce bajo el nombre de Active Fence y, en un primer momento, se desplegaron seis baterías de antimisiles Patriot de Holanda, Alemania y Estados Unidos. Ahora bien, a partir de enero del 2015 España sustituyó a Holanda. Desde entonces, el gobierno del Partido Popular ha aprobado diferentes prórrogas de los militares que, en principio, volverán en diciembre de este año. En concreto, hay 149 efectivos desplegados, además de una batería de misiles Patriot. Estos militares son relevados cada seis meses.
Recientemente, la senadora de Catalunya Sí que es Pot, Sara Vilà, entró una pregunta escrita en el Senado sobre esta cuestión. El Gobierno español, a finales de marzo, indicó en una escueta respuesta que ha decidido prorrogar en reiteradas ocasiones su misión en suelo turco y hasta finales del 2018 “como prueba de nuestro compromiso con las misiones de la Alianza y solidaridad con los restantes aliados”.
“El Gobierno no dice nada acerca de la misión que cumplen soldados españoles en Turquía, se limita a decir que es una misión que se desarrolla en el marco de una operación de la OTAN, cosa que ya sabíamos”, detalla Vilà a El Salto.
La senadora, además, indica que los militares españoles “corren riesgos en un país con una preocupante involución democrática”. Una buena muestra de ello es que en julio del 2016 se intentó hacer un golpe de Estado al presidente, Recep Tayip Erdogan, y la represión ha sido brutal. Un año después, el gobierno había detenido a 174.000 personas (entre ellos 269 periodistas), despedido a 138.000 funcionarios, 4.424 jueces y fiscales fueron expulsados, clausuró 2.099 universidades o colegios y cerró 149 medios de comunicación.
En opinión de Vilà, “el Gobierno español ejerce el papel de tonto útil de la OTAN, brindando un apoyo político a Erdogan que otros países han rehusado ejercer”. De hecho, en 2015 se retiraron los misiles Patriot alemanes de la provincia de Andana y en 2017 los 250 efectivos germanos que permanecían en Incirlik, una base militar en esta región, tras diversas disputas entre Berlín y Ankara.
Además, la senadora también pone de relieve que Turquía “se ha atrevido a invadir territorio sirio, cometiendo, según diversas fuentes, crímenes de lesa humanidad”.
Los kurdos, con apoyo internacional, consiguieron expulsar al Estado Islámico del norte del país y de ciudades como Raqqa, donde habían instaurado la capital de su califato. El gobierno turco, contrario a que se hiciera una mayoría kurda en la frontera con su país, emprendió el 20 de enero de este año la operación Rama de Olivo, para romper con la hegemonía de este pueblo. En este contexto, Ankara empezó a bombardear ciudades claves kurdas como Afrin, mientras grupos de milicianos locales iban ganando terreno. Al final, tras dos meses de combate, tomaron la ciudad el pasado 18 de marzo.
La muerte del combatiente español Samuel Prada León
Paradojas del destino, en un bombardeo turco en Afrin murió el español Samuel Prada León, un joven gallego residente en Andorra, que decidió sumarse a las filas de las milicias kurdas de las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) para combatir al Estado Islámico. Tras haber luchado contra los yihadistas en Deir ez-Zor y Raqqa, Prada murió el pasado 10 de febrero por una bomba turca. De hecho, este joven gallego se convirtió en el primer español muerto en Siria combatiendo con los kurdos.
Una cuestión sobre la que también preguntó Vilà al Gobierno para ver qué gestiones se habían hecho para repatriar el cuerpo. En este sentido, el Ejecutivo respondió que se había puesto en contacto con la Embajada de España en Damasco (con sede en Beirut, Líbano) que a su vez contactó con fuentes de las YPG, que les remitieron un comunicado de los milicianos donde se anunciaba la muerte de Prada.
También, el consulado de España en Andorra la Vella se puso en contacto con la madre, Beatriz Prada, para “asesorarla para que, a través de todos los canales existentes, se proceda a la identificación efectiva del cuerpo del fallecido y así poder confirmar que se trata de su hijo Samuel”, destaca la respuesta del Ejecutivo. Según explicó la madre en ese entonces, los milicianos kurdos le habían alertado que el cuerpo seguía en Afrín, pero que no podían sacarlo porque a raíz de los bombardeos turcos podían poner en riesgo los cadáveres y la vida de la gente que los tenía que transportar.
Además, el Gobierno explica que una de las posibilidades es que el traslado del cuerpo se haga a través de Ebril, Irak, una vía que suelen utilizar los kurdos para sacar los combatientes muertos en Siria. “La Embajada de España en Bagdad ha sido alertada para auxiliar en ese caso a la familia de la Sra. Prada en todo lo relativo al traslado del cuerpo, de confirmarse la identidad del fallecido, en coordinación con el Encargado de Negocios ad interim en Damasco y con los servicios centrales del Ministerio de Asuntos Exteriores y de Cooperación”, especifica el Gobierno en el escrito. Según la madre, el cuerpo del combatiente ya estaría en Ebril, una información que no ha confirmado el ministerio de Asuntos Exteriores de España.
“Echamos de menos una crítica hacia el ejército turco, quien ha invadido Siria y asesinado a Samuel, un español que había destacado por defender los valores democráticos y combatir el fanatismo de Daesh”, expone Vilà.
Y es que mientras España continúa teniendo sus tropas en Turquía, Ankara sigue siendo criticada por no respetar los derechos humanos en su país ni las convenciones internacionales. Una buena muestra de ello es que el 28 de febrero hizo caso omiso a la petición del Consejo de Seguridad de la ONU para que las partes implicadas en el conflicto sirio hicieran un alto al fuego. En vez de eso, siguió bombardeando Afrin, la ciudad donde 18 días antes su ejército había matado a Samuel Prada León.
FUENTE: Núria Segura Insa / Fecha origina de publicación: 5 de abril de 2018 / El Salto Diario