Rojava: “Los ocupantes reproducen la violencia de ISIS”

El Estado turco y los mercenarios del Estado Islámico (ISIS) y el Frente Al Nusra continúan sus ataques contra el nordeste de Siria desde el pasado 9 de octubre de 2019, cuando comenzó la invasión militar desatada por Turquía.

Los ataques suman una larga lista de crímenes tales como masacres, cambios en las estructuras demográficas de los territorios, torturas, saqueos y violaciones a los derechos humanos, hechos que se producen en las zonas ocupadas por las milicias que responden a Ankara.

Según información difundida por la agencia de noticias ANF, sólo en la ciudad de Serekaniye, los soldados turcos y los mercenarios han ejercido violencia sexual contra al menos 30 mujeres.

Mientras tantos, la Organización de Derechos Humanos de la región de Cizîrê continúa documentando violaciones de derechos humanos en la localidad ocupada por las fuerzas pro-turcas.

Evin Cuma, co-presidenta de la entidad, declaró a la agencia ANHA que la población es sometida a horrorosos ataques y a la violencia desmedida por parte del ejército turco y sus aliados. El objetivo de los ocupantes es que los pobladores abandonen Serekaniye, aseguró Cuma.

“Estos mismos crímenes se cometieron en Afrin y otras zonas ocupadas. Los ataques de los mercenarios de ISIS contra las mujeres durante la ocupación de la región vuelven a verse hoy en otros lugares”, aseveró.

Para Cuma, los ataques de los invasores buscan “infundir el miedo entre los residentes, especialmente entre las mujeres. Los ocupantes esperan que la población abandone sus casas para que puedan llevar a cabo el cambio en la estructura demográfica de la zona que tienen planeado. Además, estos ataques son también un mensaje hacia la voluntad de las mujeres”.

La representante de la organización de los derechos humanos puntualizó que “en nuestras entrevistas con refugiadas, vimos que todas tenían miedo a ser agredidas sexualmente por los ocupantes. Precisamente, porque los soldados turcos y los mercenarios siguen llevando a cabo las mismas prácticas que utilizaba ISIS. Los mercenarios, por ejemplo, exigen que incluso las mujeres no musulmanas lleven chador”.

Cuma expresó que los mercenarios pro-turco tienen los mismos métodos que ISIS, ya que cuando ocupan pueblos o ciudades “comienzan una serie de violaciones”. “Notamos esto a través de lo que hicieron los mercenarios de ISIS contra las mujeres en las áreas de Raqqa y Deir Ezzor para demostrar la misma mentalidad y política que conduce a la opresión de las mujeres”.

Desde que comenzó la segunda etapa de la invasión turca sobre Rojava, las denuncias por violación a los derechos humanos cometidas por soldados y mercenarios se multiplicaron.

Solo en Serekaniye, según AHNA, de las treinta mujeres atacadas sexualmente, cinco mujeres eran chechenas y 23 mujeres árabes y kurdas.

En el cantón de Afrin, también ocupado por Turquía, las mujeres están en la mira de los invasores. Hasta ahora, 3.500 civiles han sido secuestrados y 850 de ellos han “desaparecido”. Entre estos secuestrados, 159 son mujeres. Las personas que son secuestradas por las fuerzas invasoras son sometidas a torturas sistemáticas y, particularmente las mujeres, son objeto de violencia sexual.

En noviembre del año pasado, la Organización de Derechos Humanos Afrin (ODHA) reveló que desde marzo de 2018 –cuando comenzó la ocupación- se han denunciado 1.200 casos de violencia por parte de las fuerzas invasoras contra las mujeres.

Según la organización, 40 mujeres fueron asesinadas, 60 mujeres fueron objeto de violencia sexual, cien mujeres fueron torturadas físicamente, y casi 1.000 las mujeres fueron secuestradas. Se supone que el número de casos no reportados es mucho mayor. Al menos cinco mujeres se han suicidado como resultado de la violencia perpetrada por los mercenarios ocupantes.

Las estimaciones de la organización de derechos humanos señalaron que los casos documentados representan alrededor del 30 por ciento del número real. Hêhan Elî, integrante de la ODHA, subrayó que las fuerzas de ocupación ignoran sistemáticamente los derechos de las mujeres, las obligan a usar vestimentas y, en muchos lugares, ni siquiera se les permite salir de sus casas.

FUENTE: ANF / ANHA / Edición: Kurdistán América Latina