Charla en Buenos Aires: Las consecuencias para el pueblo kurdo luego del intento del golpe en Turquía

El viernes se realizó en Buenos Aires, Argentina, la charla “Ni golpe ni dictadura. ¿Qué está pasando en Turquía y en Kurdistán”, en el que participaron como oradores Mehmet Tarhan (activista LGBT), Erol Polat (miembro del Congreso Nacional de Kurdistán, CNK), Delil Delali (integrante del Comité de Solidaridad Kurdistán-América Latina) y la antropóloga kurda Dilan Bozgan.

Con una presencia de más de cincuenta personas en el auditorio de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), Polat recordó el segundo aniversario de la masacre de Shengal, cometida por el Estado Islámico contra la población yezidí que habita el Kurdistán iraquí. El integrante del CNK además denunció que en la actualidad, el grupo terrorista mantiene secuestradas a 3000 mujeres kurdas y alertó que el pueblo yezidí “está tratando de sobrevivir en una situación que es muy insegura”.

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Erol Polat, Dilan Bozgan, Delil Delali y Mehmet Tarhan

Polat además se refirió al intento de golpe de Estado ocurrido el 15 de julio pasado en Turquía y explicó que en ese país existe una cultura de sublevaciones militares, con el objetivo de oprimir a la sociedad y en particular al pueblo kurdo. Polat aseguró que desde que el partido AKP llegó al poder no hubo golpe porque la agrupación del presiente Tayip Recep Erdogan “tiene las mismas políticas que los militares”.

El integrante del CNK señaló que Erdogan y Fetullah Gülen (ex aliado del mandatario y acusado de estar detrás del golpe) en el pasado fueron responsables de la muerte de cientos de personas, como por ejemplo en el pueblo de Roboski, donde el Ejército bombardeó a los habitantes, asesinado a 34 personas, de los cuales 17 eran niños.

Polat manifestó que mientras fueron socios, Erdogan y Gülen conformaron una sociedad corrupta que permitió la entrada de las multinacionales y el neoliberalismo a Turquía. A esto agregó que ninguno de los dos “quisieron construir un Estado más democrático”.

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A su vez, detalló que al ser Turquía miembro de la OTAN “es difícil que Estados Unidos no supiera del golpe” y que la sublevación fue un mensaje de Occidente para que Erdogan entienda que “no puede hacer todo lo que quiera”.  Polat advirtió que los países imperialistas “construyen crisis y luego tratan de controlarlas” y puntualizó que Estados Unidos y la Unión Europea (UE) “no tuvieron una actitud clara contra el golpe”, aunque al mismo tiempo exigen que en Turquía se respeten los derechos humanos.

Polat remarcó que la situación en Turquía “ahora es mucho peor”, porque Erdogan está aprovechando “para reprimir a todos los opositores, aunque no sean gülenistas” y que con el Estado de emergencia dictado por el Ejecutivo “la Constitución no es respetada”.

Por último, indicó que para el pueblo kurdo nada cambió demasiado, ya que “hace 30 años vivimos bajo un estado de emergencia” y como ejemplo recordó que en los últimos meses las Fuerzas Armadas turcas destruyeron nueve ciudades kurdas y 800 mil pobladores fueron desplazados. “A partir de ahora el pueblo turco va a empezar a sentir el puño de hierro del Estado, como lo siente hace años el pueblo kurdo”, sintetizó Polat.

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Preocupación por las mujeres kurdas y por Öcalan

A su turno, Dilan Bozgan explicó que el Estado turco en sus orígenes se conformó con una “ideología occidentalista y nacionalista” y que hasta 1945 gobernó un solo partido. A su vez, recordó que con el golpe de Estado en 1980, los movimientos sociales, la izquierda turca y el pueblo kurdo fueron reprimidos de forma similar a lo que ocurrió en Argentina con la dictadura militar (1976-1983), con el objetivo de implementar el neoliberalismo en ambos países.

Al referirse al movimiento de mujeres kurdas, Bozgan detalló que a partir de 1990 el movimiento comienza a enfrentarse a la ideología islamista y que para el año 2000, las mujeres kurdas ya tenían una lucha activa en los partidos políticos, en movimiento sociales y llegaron como representantes al Parlamento. Al mismo, conquistaron una serie de derechos que ahora “peligran después del intento de golpe”, porque el estado de emergencia permite terminar con esas conquistas.

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Por su parte, Mehmet Tarhan recordó que Erdogan cortó en 2015 el proceso de paz que se llevaba adelante entre el Estado y el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) e inició una guerra abierta contra el pueblo kurdo.  Tarhan afirmó que los mismos militares que bombardearon las ciudades kurdas fueron los que intentaron dar el golpe. “Si se permite que el Ejército bombardee las ciudades, se abre el camino para que bombardee el Parlamento”, sintetizó.

Al mismo tiempo, explicó que el proceso de paz no sólo favorece a los kurdos, sino a toda Turquía, pero que el Estado siguió bombardeando pueblos y ciudades cuando ese proceso todavía se desarrollaba.

Tarhan recordó que con la victoria electoral del Partido Democrático de los Pueblos (HDP) en junio de 2015, “ingresó al Parlamento la diversidad de la sociedad”, algo que puso en alerta al régimen de Erdogan, porque veía peligrar la base del Estado, que es el “nacionalismo y el racismo”.

Por último, Tarhan denunció que el líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan no recibe visitas en la prisión de Imrali desde el 5 de abril del año pasado, situación que es denunciada en todo el mundo. “Öcalan puede marcar la huella de la democracia, la igualdad y la ecología no solo para los kurdos, sino para toda Turquía”.

FUENTE: Kurdistán América Latina