Elecciones en Turquía: entre la continuidad de Erdogan o un nuevo nacionalismo

A man casts his vote at a polling station in the southeastern Turkey Kurdish stronghold of Diyarbakir on March 31, 2019 during the local elections to elect the mayors for 30 large metropolitan cities, 51 provincial capitals and 922 districts. (Photo by Ilyas AKENGIN / AFP)

El próximo 14 de mayo, Turquía celebra elecciones presidenciales y parlamentarias. En un contexto de crisis social desatada por los destrozos del terremoto del 6 de febrero y de crisis económica ante una inflación del 85% anual, el presidente Recep Tayyip Erdogan buscará alcanzar un nuevo mandato de cinco años.

Del otro lado y encabezando las encuestas, se encuentra Kemal Kiricdaruglu, por la coalición conformada por seis partidos y denominada Alianza Nacional. Los sondeos muestran una disputa reñida, con la oposición llegando a 42,6% de los votos frente al 41,1% que alcanzaría Erdogan. De darse un resultado similar y sin que ninguno de los candidatos alcance el 50%, se disputará una segunda vuelta el próximo 28 de mayo.

“Estas elecciones van a estar marcadas por las consecuencias de los dos grandes terremotos que hubo en febrero y en la región kurda de Turquía”, explica el analista internacional Leandro Albani, en diálogo con ARG Medios. “Los terremotos generaron un desplazamiento muy grande de personas y hay que ver también en las condiciones que esas personas van a poder ir a votar”, sostiene.

Con más de 50 mil muertos y 5,9 millones de desplazados, el gobierno turco anticipó a través del Consejo Supremo Electoral (YSK) que se espera una abstención de al menos un millón de electores. Sin embargo, las encuestas también muestran que debido a la situación de crisis social y económica podría haber una participación récord.

“La inflación está pegando muy fuerte, sobre todo los sectores más pobres de Turquía, que no son menores”, plantea Albani. Actualmente, el índice de inflación se encuentra en el 85% anual, lo cual afecta principalmente a los sectores más pobres. “Tiene una cantidad de población necesitada muy grande, pero, a su vez, un sector de esa población es la que tiene características más conservadora vinculada a al Islam”.

Según establecen las encuestas, cerca del 40% de la población kurda de Turquía apoya la candidatura de Erdogan. “En un principio, ganó mucha esperanza entre la población kurda porque se presentaba con un reformista, como una persona que hasta, en su momento, encabezó un diálogo de paz, sobre todo con la insurgencia armada kurda”, señala el analista, al tiempo que advierte que dicho apoyo se da “en los sectores más conservadores musulmanes, kurdos. Puede que sea más débil para estas elecciones. El pueblo kurdo es muy diverso, muy amplio. Hay sectores de derecha muy conservadores que es donde Erdogan tiene su respaldo”.

Estas elecciones presidenciales también pondrán a prueba la fortaleza del sistema democrático turco luego de una serie de reformas implementadas en los últimos años, que posibilitaron la concentración de poder en manos del Ejecutivo. A esto, se le suma el alineamiento con el Poder Judicial, lo cual puede ser determinante ante un resultado negativo para el oficialismo.

“En Turquía sucede algo muy similar a lo que pasa en América Latina: el Poder Judicial, tiene vínculos muy, muy espurios con el gobierno de Erdogan. Esto se vio en la inhabilitación judicial del alcalde de Estambul, Ekrem Imamoglu, para participar de la disputa, que era el candidato natural del nacionalismo turco”, explica Albani. El impedimento a Imamoglu, quien sería el candidato del Partido Republicano del Pueblo (CHP) se dio luego de que el candidato llamara de “estúpidos” a los miembros de la Junta Electoral.

Para Leandro Albani, la decisión se trató de “una jugada del partido judicial, del Poder Judicial a partir de ciertos acuerdos. Básicamente, Erdogan lo que hace es manejar de una manera muy abierta ciertos mecanismos del Poder Judicial”. Ante la inhabilitación de Imamoglu, Kemal Kilicdaruglu fue la opción del nacionalismo turco para encabezar la coalición de seis partidos denominada Alianza Nacional.

Si bien las encuestas indican que todo se definiría el próximo 28 de mayo en segunda vuelta, Albini advierte que tanto las crisis económica y social como la larga estadía de Erdogan en el poder son factores que pueden influir en el resultado.

“Hay posibilidades de que gane la oposición por el desgaste de 20 años de gobierno. Pero además por las acusaciones en contra del gobierno por los vínculos con empresarios de la construcción que no respetaron ningún tipo de ley, ningún reglamento, con respecto a una de las zonas sísmicas más grandes que tiene el mundo”, apunta Albani.

Un dato relevante respecto a los terremotos es el hecho de que estos afectaron a la mayoría de las provincias donde Erdogan tenía alta popularidad, lo cual podría afectar el desempeño del actual presidente el próximo 14 de mayo y en una eventual segunda vuelta.

Una de las principales cuestiones que se juegan en esta elección es la situación que hace décadas sufre el pueblo kurdo. Según explica Albani, “el candidato del nacionalismo turco se comprometió frente a los líderes del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), que es el partido kurdo, a discutir la causa kurda y una solución al conflicto interno que hay en Turquía, que tiene, por un lado, al Estado turco en toda su maquinaria de muerte, y por otro lado al pueblo kurdo y a sus expresiones políticas, culturales, insurgentes, que luchan por sus derechos”.

Para el analista, la continuidad ante un eventual cambio de mando puede darse a nivel estratégico militar: “Si gana el nacionalismo turco y vuelve al poder, no va a haber posibilidades de que rompa su relación con la OTAN”. De la única manera que podría plantearse esta idea, sería con una victoria de la alianza que encabeza el Partido Democrático de los Pueblos, tercera fuerza del país y uno de los principales blancos de persecución de Erdogan en su guerra contra los kurdos.

“El Partido Democrático de los Pueblos y la Alianza de partidos que el que conforman, que son partidos de la izquierda turca, sobre todo, tienen una visión mucho más crítica y mucho más directa en contra de la OTAN”. El analista explica que esta postura se da debido a que muchas de las armas que Turquía recibe de parte de la alianza militar se utilizan contra las poblaciones kurdas en Siria, Irak y Turquía.

Ante este panorama, el próximo 14 de mayo se dará el primer paso hacia la conformación de un nuevo gobierno. La apuesta del pueblo turco será entre la continuidad de Erdogan por otros cinco años o la posibilidad de un nuevo mandato del nacionalismo turco de la mano de Kilicdaruglu y la Alianza Nacional.

FUENTE: Ana Dagorret /ARGMedios

Be the first to comment

Leave a Reply

Your email address will not be published.


*