La “rama de olivo” de Turquía echa raíces en el negocio olivarero sirio

Turquía quiere que el mundo crea que es el salvador de Afrin. Muchos sirios no están de acuerdo.

A medida que se acerca el aniversario de la Operación Rama de Olivo de Turquía en Siria, siguen llegando informes inquietantes que contradicen la jactancia de Ankara de que está manteniendo la ley y el orden en la zona kurda. Turquía lanzó la operación en enero para poner fin a la dominación de lo que considera un grupo terrorista, las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG).

La ONU ha estado recibiendo denuncias de que los milicianos que Turquía trajo a Afrin son responsables de saqueos, atracos, robos, secuestros y torturas. Turquía rechaza estas acusaciones por considerarlas propaganda pura y simple, a pesar de que parte de esa actividad delictiva se citó en un informe del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas presentado a la Asamblea General de la ONU en septiembre.

El informe cita a testigos que declaran que los soldados turcos estaban en las cercanías cuando se produjeron estos crímenes, pero que no intervinieron.

La opresión se extiende incluso a los olivares de la zona, que fueron tema de debate en el parlamento turco el 16 de noviembre. Según los registros oficiales, dos diputados del Partido Popular Republicano (CHP) dijeron que se habían enterado de que se habían introducido de contrabando en Turquía unas 50.000 toneladas de aceite de oliva procedente de Afrin. Nurettin Macin, diputado del Partido Democrático Popular (HDP), también dijo que más de 50.000 toneladas de aceite han sido trasladadas a Turquía por los grupos armados, al tiempo que también destruyen olivares en Afrin.

“Turquía tiene que renunciar a estas políticas de saqueo y botín”, dijo Macin.

Curiosamente, el ministro de Agricultura, Bekir Pakdemirli, respondió: “Como gobierno, no queremos que el PKK [Partido de los Trabajadores del Kurdistán] gane dinero” con las aceitunas. Turquía considera al PKK un grupo terrorista. La declaración de Pakdemirli implica que el gobierno está dispuesto a mirar hacia otro lado mientras los grupos armados asaltan los bosques, para evitar que el PKK se aproveche.

Ahmet Kaya, un tercer diputado del CHP, preguntó al ministro: “¿Pero no está Afrin bajo nuestro control [de Turquía]? El ministro respondió: “Tiene razón. Queremos que los ingresos de Afrin lleguen a nosotros en el área que controlamos. Hasta ahora,[sólo] 600 toneladas de productos han llegado a nuestro lado. Es realmente vergonzoso hablar de esta [pequeña cantidad] cuando hay 200.000 toneladas de aceite de oliva disponibles”.

Turquía, que no tiene lazos diplomáticos con el Estado sirio, abrió unilateralmente el 8 de noviembre un cruce fronterizo llamado Olive Branch cerca de la aldea de Hammam en la región de Cinderes. Todos los productos agrícolas de Afrin pasan oficialmente por este cruce.

El 16 de noviembre, Pakdemirli dijo que Turquía planea oficialmente comprar sólo 5.000 toneladas de aceitunas. Pero el 24 de noviembre, durante la celebración del Día Mundial del Olivo, los representantes del sector informaron a Al-Monitor que el aceite de oliva traído de Siria ya ha alcanzado unas 20.000 – 25.000 toneladas.

¿Qué dicen las fuentes de Afrin sobre las denuncias de saqueo y extorsión armada? Celeng Omer, un economista de Afrin que ha estado estudiando el asunto, ha informado a Al-Monitor que hay 18 millones de olivos en Afrin. Cubren el 65% de las tierras agrícolas de Afrin. La gente obtiene la mayor parte de sus ingresos de la aceituna, el aceite de oliva y el jabón. La producción de Afrin constituye el 30% de la producción total de Siria. También hay 2,5 millones de árboles frutales. Este año se cosecharon 270.000 toneladas de aceitunas en Afrin y el 80% de esa cantidad se envió a las fábricas para producir aceite de oliva, con un total estimado de 50.000 toneladas.

Omer indica que el valor de mercado de esta producción es de 150 millones de dólares, pero los productores de Afrin han perdido este año cerca de 100 millones de dólares de esa cantidad. Omer enumeró los daños de la siguiente manera:

Los grupos armados quemaron o destruyeron de algún modo unos 12.000 olivos en Afrin.

Los grupos armados están impidiendo que los agricultores vendan sus productos a los comerciantes sirios con los que siempre han trabajado. Los agricultores se ven obligados a vender sus productos, a precios determinados por los grupos armados, a intermediarios de su elección. La mayoría de esos intermediarios y comerciantes son árabes; algunos son turcos. Llevan a cabo una seria manipulación de precios. Por ejemplo, los agricultores deben vender latas de aceitunas de 16 kilogramos por 28 dólares, a veces hasta 20 dólares. Pero bajo el control del gobierno sirio, estas mismas latas se venden entre 50 y 55 dólares. Los intermediarios que compran productos de Afrin a precios tan bajos los trasladan a Turquía a través del paso fronterizo cerca de Hammam, bajo control militar turco. A veces, parte de este producto se reimporta a Siria a través de los cruces de Bab al-Hawa y Bab al-Salam y se vende a precios elevados en otras ciudades.

El consejo local de Afrin, nombrado por funcionarios turcos, insiste en mantener el 15% de los productos agrícolas como impuesto. Además, la gente debe pagar sobornos a los grupos armados para acceder a los olivares.

En resumen, la pérdida de 100 millones de dólares es el resultado de asaltos armados, sobornos y extorsión.

Omer enumeró otras pérdidas que no estaban incluidas en la cifra de 100 millones de dólares: además de la incautación de productos y manipulación de los precios, muchas instalaciones han sido saqueadas. Los grupos armados desmontaron 109 de los 295 molinos de aceite de la zona y 61 más han desaparecido. Cada máquina cuesta 200.000 dólares. Hoy en día, sólo 125 máquinas están operativas.

Según la información proporcionada por Omer, los grupos armados se llevaron 17 de las 44 máquinas de fabricación de jabón y pulpa de aceituna, cada una con una capacidad de producción de 8.000 toneladas, y saquearon otras prensas y maquinaria. Este botín vale 20 millones de dólares. Este verano, dijo, los grupos armados obligaron a los agricultores a vender 10.000 toneladas de trigo a precios bajos. El trigo terminó vendiéndose a 200 dólares por tonelada en el mercado informal (a veces llamado mercado clandestino), sin pagar impuestos, mientras que el gobierno sirio pagaba a los agricultores 500 dólares por tonelada.

El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, con sede en Inglaterra, informó el año pasado que grupos armados se habían apoderado del 75% de los olivares de Afrin, alquilando algunos de ellos. El Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, dio instrucciones de entregar los campos petrolíferos a los consejos locales designados por Turquía. El Observatorio también informó que las Brigadas del Sultán Murad han dicho a los productores del distrito de Sherran que a menos que entreguen el 30% de las aceitunas que cosechen, no se les permitirá acceder a sus campos. La División Hamza, otra unidad armada, se apoderó de las aceitunas de las zonas de Karishma y Alaka y las vendió. La Brigada Sultan Suleiman Shah hizo lo mismo en la aldea de Kahira. Fuentes kurdas dicen que ha habido muchos otros casos de la misma naturaleza.

El observatorio también confirma que los ayuntamientos de otras zonas habían informado a los propietarios de las almazaras de que entregaran el 15% de su aceite a grupos armados.


Fehim Tastekin es un periodista turco y columnista de Turkey Pulse que anteriormente escribió para Radikal y Hurriyet. También ha sido el presentador del programa semanal “SINIRSIZ” de IMC TV. Como analista, Tastekin está especializado en política exterior turca y en asuntos del Cáucaso, Oriente Medio y la UE. Es autor de “Suriye: Yikil Git, Diren Kal”, “Rojava: Kurtlerin Zamani” y “Karanlık Coktugunde – ISID”. Tastekin es el editor fundador de la Agencia del Cáucaso. En Twitter: @fehimtastekin

Fuente: Al-Monitor

Autor: Fehim Tastekin

Traducido por Rojava Azadi Madrid