Entrevista a Melike Yasar del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, la cual estuvo en Colombia contando cómo construye el pueblo kurdo una nueva sociedad antipatriarcal y feminista.
El pueblo de Kurdistán está ubicado en el Asia menor, al norte del Oriente Medio. Históricamente este pueblo ha sido dominado por el Estado de Turquía, Irak, Irán y Siria, países en los cuales fue dividido el territorio de este pueblo que durante varios años ha enfrentado la dominación.
En la lucha del pueblo kurdo ha ganado bastante protagonismo la lucha de las mujeres, las cuales no solo se enfrentan al patriarcado, sino a sociedades feudales, al fascismo del Estado Islámico y al mismo capitalismo.
Melike Yasar forma parte del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, es representante para América Latina e integrante de la Comisión de Relaciones Internacionales del Congreso Nacional del Kurdistán.
-¿Cuáles son los principales logros de las mujeres kurdas en una región como es el Medio Oriente, donde está tan afianzado el patriarcado?
-Lo más importante para nosotras y nosotros es que hemos logrado crear la idea dentro de la sociedad kurda, la cual ahora entiende que la revolución del Kurdistán es la revolución de las mujeres. Eso es lo más importante que logramos.
Claro que logramos liberar territorios, crear universidades, academias, logramos nuestras propias formas de organización, tenemos nuestros propios medios de comunicación, un canal de televisión de las mujeres, pero lo más importante es que después de 40 años logramos que la sociedad entienda y crea desde el corazón que la revolución kurda es la revolución de las mujeres.
-¿Cómo han logrado cambiar la mentalidad de los hombres?
-Yo creo que hemos logrado cambiar casi la mitad. Hemos logrado cambiar la sociedad. Estamos hablando de una sociedad feudal que no permitía la existencia de la mujer. Se ha cambiado mucho, por ejemplo un hombre que empieza a dar su propia autocrítica frente a su propia compañera.
Lo que se debe tener en cuenta es que el patriarcado cada vez que las mujeres se organizan comienza a avanzar otra vez, y la violencia contra las mujeres. Hacer una revolución no es llegar a un punto y no es llegar a un lugar y decir que ya se hizo la revolución. No, la revolución sigue y va a seguir y esta se debe hacer cada día. En este sentido, la revolución mental es muy importante.
Lo que estamos luchando y enfrentando es contra la mentalidad de los hombres, muchos de los cuales y esto ocurre con los estados-Nación, insisten en la guerra y de esta forma fortalecen el mando del patriarcado. Eso es lo que está pasando hoy en Kurdistán, la violencia contra las mujeres continúa todavía pero no es como antiguamente.
El fascismo empieza entre dos personas. Eso significa que el hombre todavía no está de acuerdo del todo con la necesidad del feminismo y su papel liberador. Aún no sabe que la liberación de la sociedad es la liberación de la mujer. También existen factores por fuera, entonces hay que romper el patriarcado y luchar contra un sistema, no luchar contra un pueblo. Por eso, no podemos decir que somos libres si, al otro lado del mundo, las mujeres están todavía luchando por sus derechos.
-Mujeres y hombres del pueblo kurdo han ganado un reconocimiento por el papel que han tenido enfrentando al Estado Islámico (EI). Incluso, ese reconocimiento viene de potencias imperialistas (algunas responsables de la creación del EI). ¿Qué valoración tienen ustedes de ese reconocimiento que a nivel mundial han recibido y que oportunidades observan para ustedes?
-Para el pueblo kurdo no es tan importante obtener un reconocimiento a nivel internacional. Eso sería importante para nosotros porque todavía no lo tenemos, pero lo más importante es tener el reconocimiento de los pueblos, porque sabemos que viene desde el corazón.
Es importante que la gente hable muy bien de nosotras y nosotros, de los hombres, de las mujeres luchadoras, pero eso no es suficiente. Es cómo podemos unirnos, cómo podemos lograr construir puentes entre estos pueblos y crear una alternativa a las instituciones que aparentan preocuparse de los intereses de los pueblos, pero son las que empiezan las guerras.
Más importante que tener un reconocimiento internacional, la revolución kurda está tratando de crear un mundo donde prime la vida, un mundo digno.
-Las mujeres kurdas se han hecho famosas en el mundo por su lucha armada. ¿Qué importancia dan a esta forma de lucha?
-Para nosotros la lucha armada es una parte de la lucha. Es una necesidad defenderse pero solo le damos una importancia del 10%. El mundo está hablando de las mujeres kurdas que están enfrentando al Estado Islámico, al Estado turco y a otros estados, pero la lucha principal, la lucha que tiene el 90% de nuestros esfuerzos, es la lucha por construir una nueva sociedad y transformar su propia mentalidad.
-¿Qué dificultades cree que existen?
-Los estados. Los cuatro estados o naciones que dominan al pueblo kurdo (Turquía, Irak, Siria e Irán) y el capitalismo, que es un peligro para todos los pueblos. Nosotros somos un peligro para estas fuerzas que tienen sus intereses en nuestro país. Si los pueblos empiezan a reconocer el objetivo de crear una vida libre, crear un mundo posible para vivir, vamos a ser un peligro para esas fuerzas que están atacando Kurdistán, que no quieren la unidad de los kurdos, que no quieren un reconocimiento para los kurdos.
Todo esto nos genera dificultad en este sentido, en muchos aspectos. Presos con muchos compañeros, partidos políticos que no quieren romper el Estado, por ejemplo de Turquía, sino que están allí para democratizar este país, para buscar un diálogo de paz entre el movimiento kurdo y el Estado turco.
Los diputados no representan sólo a los kurdos, hay diputados de distintos pueblos que viven en Turquía (árabes, armenios, turcos, kurdos, etc.) con diferentes creencias y religiones, la participación de las mujeres. Este partido representa la paz en Turquía y estos diputados, estos partidos son siempre un peligro para el Estado turco y muchos de ellos están en cárceles.
La gran dificultad es que ellos (los turcos) siempre ven el tratado de paz como un peligro. Eso nos dificulta mucho. Si cierran las puertas para dialogar, si cierran las puertas para construir una nueva sociedad, la paz, dejar las armas, etc, no es posible avanzar. Dialogar es un paso muy importante y muy grande, pero después hay que discutir. Durante esos diálogos hay que discutir, por ejemplo, la situación de las mujeres, el medio ambiente, etc. Nos dificulta que el Estado cierre estas puertas.
-Usted dice que no hablan de los problemas de las mujeres, sino que estos son problemas de los hombres. ¿Esto qué quiere decir?
-No existen problemas de las mujeres. Quienes han generado problemas como el patriarcado son los hombres. Por eso no se puede decir que existan problemas de las mujeres. Existe un problema de los hombres, la mentalidad de un hombre. Las mujeres están luchando contra esta mentalidad patriarcal. La mujer es afectada por estos problemas.
-¿Qué define para ustedes la revolución y que buscan construir?
-Para nosotros define la revolución si hoy la mujer kurda puede ser la vanguardia para cambiar esta sociedad feudal y patriarcal. Esto para nosotros define una revolución. La revolución para nosotros no es llegar a un lugar, crear un Estado-Nación. No. Lo más importante es hacer cada día, cada momento revoluciones y eso pasa con la transformación mental.
-¿Cómo observan ustedes el movimiento LGBTI?
-El movimiento LGBTI dice que gracias al movimiento de mujeres de Kurdistán, tienen un espacio en esa región del Medio Oriente. Estamos hablando de una sociedad tan cerrada por la influencia de la religión del islam que la relación entre una mujer y un hombre era todavía un tabú, la mujer y el hombre no podían elegir con quien casarse, entonces era difícil abrazar al movimiento LGBTI. Ahora imagina cómo es todo para el movimiento LGBTI, donde un gay o una lesbiana no podía decir que lo es. Pero este es un movimiento que ha estado abierto para todas las personas y este movimiento tiene su propio espacio dentro del movimiento de Kurdistán.
FUENTE: Colombia Informa