Miles de personas se manifestaron este sábado en Qamishlo, en el noreste de Siria, ciudad capital de Rojava, en una protesta para demandan la retirada del ejército turco de la región kurda de Afrin, que invade desde el 20 de enero pasado.
Las marchas y protestas también se desarrollaron en otras ciudades y pueblos del norte de Siria, en el marco del Día de Acción Global contra la invasión turca a Kurdistán.
Las fuerzas turcas y sus aliados del Ejército Libre Sirio (ELS) y Al Qaeda ocuparon esa zona en marzo, tras una ofensiva militar de dos meses que llevó a decenas de miles de personas a huir hacia otras regiones.
Desde entonces, miles de desplazados de otras partes de Siria, especialmente de la región de Guta Oriental, cerca de Damasco, fueron realojados en Afrin.
Los kurdos de Siria, que crearon sus propias admnistraciones autónomas aprovechando el caos causado por siete años de guerra en el país, afirman que eso equivale a un cambio demográfico.
Hombres y mujeres desfilaron este sábado en Qamishlo para protestar contra la presencia de los turcos.
Los manifestantes ondearon la bandera amarilla, verde y roja que representa la parte kurda de Siria y llevaron pancartas en las que se podía leer: “No a la ocupación turca”.
“¡Márchate, márchate, Erdogan! ¡Asesino, asesino, Erdogan!”, cantaron algunos en referencia al presidente turco, Recep Tayyip Erdogan.
Ghasan Juli, un habitante de Qamishlo de 38 años, calificó de “desastre” lo ocurrido en Afrin. “Nuestra gente fue expulsada y se trajeron combatientes de otras zonas para vivir allí”, afirmó
Bahia Hasan, una mujer de 45 años que llevaba un chal con los colores de la bandera kurda, aseguró que los habitantes originales de Afrin tenían miedo a regresar a sus casas por temor a ser secuestrados o algo peor.
Los kurdos de Siria controlan extensas zonas en el norte del país, y muchos de los que huyeron de Afrin encontraron refugio en los territorios vecinos controlados por su pueblo.
Cerca de 135.000 kurdos permanecieron en la región de Afrin, un tercio de los cuales se quedaron en la ciudad homónima, según Naciones Unidas.
Desde el inicio de la guerra en 2011, la mitad de la población de Siria tuvo que abandonar su hogar. Más de cinco millones de personas huyeron al extranjero y seis millones se desplazaron a otras zonas del país.
Otras protestas se llevaron a cabo en Dêrik y Girkê Legê, en el cantón de Qamishlo, donde se repudió la invasión turca a Kurdistán.
En Dêrik, los kurdos, árabes y sirios se reunieron en la plaza Azadî para protestar contra los continuos ataques del Estado turco. La multitud llevó carteles del líder del pueblo kurdo Abdullah Öcalan y de los mártires, además de corear lemas que condenaban las masacres cometida por el ejército turco y sus aliados.
Las tiendas fueron cerradas en el distrito durante la marcha, que continuó hasta la Plaza de los Mártires. Hubo un minuto de silencio para los mártires que lucharon por la libertad, y se leyó una declaración, en la se enfatizó que el Estado turco invasor pisoteó todos los valores legales y humanos en sus ataques contra el pueblo kurdo.
En Girkê Legê, miles de personas se reunieron en la entrada del distrito para protestar contra las políticas de Turquía. El copresidente del Partido de la Unión Democrática (PYD), Ayşê Hiso, habló en el centro de la ciudad después de un minuto de silencio y afirmó que la resistencia de los pueblos del norte de Siria ha anulado todos los planes de las fuerzas ocupantes. Por su parte, la integrante del Kongreya Star, Menîfe Hisên, repudió por el silencio de la comunidad internacional frente a invasión militar turca.
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FUENTE: AFP / ANF / Edición: Kurdistán América Latina