Turquía utiliza el coronavirus como arma de guerra contra los kurdos

Turquía está utilizando la pandemia del coronavirus como una herramienta para mantener su guerra contra la mayoría de las comunidades kurdas en su país y al otro lado de la frontera, en Siria, aseguró el portal de noticias The Canary.

Turquía ha cortado efectivamente el suministro de agua a la provincia de Heseke, un área bajo el control de un autogobierno liderado por los kurdos en el noreste sirio, luego de que los bombardeos de grupos armados respaldados por Turquía dañaron un paso de suministro de agua, indicó el artículo.

Turquía lanzó una operación militar en el norte de Siria contra las fuerzas kurdas en octubre, asegurando el control de una gran franja de territorio de la región.

“La interrupción del suministro de agua durante los esfuerzos actuales para frenar la propagación de la enfermedad coronavirus pone a los niños y las familias en un riesgo inaceptable. Lavarse las manos con jabón es fundamental en la lucha contra el COVID-19”, dijo Fran Equiza, el representante de UNICEF en Siria.

En Turquía, se estima que 8.500 personas, incluidos legisladores y periodistas, permanecen tras las rejas por SUPUESTOS vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), los cuales están bajo amenaza de la pandemia.

Equiza dijo que en las cárceles turcas hay una falta de limpieza adecuada para combatir la pandemia y que los funcionarios de la prisión se negaron a remitir a las personas con síntomas a las unidades médicas.

El gobierno turco se está preparando para otorgar amnistías a hasta un tercio de la población carcelaria de 300.000 personas, en un intento de combatir la pandemia, pero los presos políticos, incluidos aquellos que cumplen condena por supuestos vínculos con el PKK, no estarán entre los considerados para una liberación.

Pero la pandemia no impidió que la policía turca atacara el funeral de la música Helin Bölek, integrante de la banda Grup Yorum, acusada por el gobierno de tener vínculos con el DHKP-C, un grupo marxista considerado por Ankara como organización terrorista.

La policía antidisturbios atacó el funeral de Bölek con cañones de agua y gases lacrimógenos el viernes pasado, mientras varias personas fueron arrestadas violentamente.

El uso de Turquía del coronavirus como arma y amenaza, aunque no es sorprendente, llama a alzar la voz por los encarcelados, reprimidos, asesinados y amenazados por el Estado turco, resumió The Canary.

FUENTE: Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina