Una fábrica de ladrillos dirigida por mujeres + Video

La tasa de desempleo aumentó en Turquía durante la pandemia. Las trabajadoras, que han sido sometidas a numerosos desafíos y violaciones de sus derechos, tratan de ganarse la vida en condiciones difíciles.

Las mujeres de una fábrica de ladrillos ubicada en Amed (capital de Bakur, Kurdistán turco), siguen trabajando para pagar el aumento de impuestos y satisfacer las necesidades de sus hijos.

Las mujeres, que trabajan todos los días entre las 8 y las 17, cobran menos del salario mínimo durante 10 meses, pero se animan en la fábrica para olvidar sus dificultades. 

Hanım Şahin trabaja en la fábrica desde 13 años. “Las mujeres se adaptan al trabajo después de varios días y se cansan durante este período –explica-. Las mujeres mayores tienen que trabajar aquí debido a dificultades económicas. Pero este trabajo es más fácil para las mujeres jóvenes. Las ancianas tienen dificultades para trabajar, por lo que dejan el trabajo después de varios días. Nuestro trabajo es duro pero tenemos que trabajar. Los ladrillos se producen en máquinas, y los sacamos y los colocamos en las mesas. Trabajamos sin parar”.

“Las mujeres tienen que trabajar en la fábrica porque no pueden encontrar otro trabajo –cuenta Hanım-. Tienen que trabajar en el polvo y la tierra para ganarse la vida”. “Trabajamos 10 meses al año. En invierno no lo hacemos. Las mujeres trabajan para sostenerse sobre sus propias piernas. Las tasas impositivas están aumentando y la gente tiene que trabajar para pagar impuestos. Trabajamos informalmente por debajo del salario mínimo”, resumió.

Hanım asegura que con sus compañeras se sostienen por la buena amistad. “Tratamos de que nuestro trabajo sea agradable. Almorzamos juntas. Lo mejor aquí es nuestra amistad. Nos animamos unas a otras y trabajamos colectivamente”, finaliza.

FUENTE: Medine Mamedoglu / JINHA / Traducción y edición: Kurdistán América Latina

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