Una historia triste con un final feliz

El jueves pasado, la periodista Jenan Moussa leyó un tweet con un vídeo de Mustafa Bali, jefe de la Oficina de Prensa de las Fuerzas Democráticas Sirias (el de la foto). El tweet decía que las Fuerzas Democráticas Sirias (SDF) habían rescatado a cuatro niños chiíes iraquíes de Tal Afar, secuestrados hacía años por el Estado Islámico. Mustafa Bali pedía ayuda para encontrar a su familia.

Tras ver el vídeo, Jenan Moussa lo envió a incontables activistas y periodistas iraquíes. El vídeo fue difundido, y finalmente un primo reconoció a los cuatro niños en una publicación de una página de Facebook.

El primo contactó a Jenan, y la puso en contacto con el padre y el hermano mayor de los pequeños. La familia pudo reconocer a sus niños secuestrados, así que Jenan puso a la familia en contacto con Mustafa Bali para que hablara con ellos, y les diese garantías de que se encontraban bien,y que estaban a salvo con las SDF.

Durante todos estos años, la familia pensaba que los niños estaban muertos. La madre, que también fue secuestrada por Daesh, todavía sigue desaparecida.

En el vídeo, se ve al hermano mayor en el reencuentro con sus hermanos secuestrados al volver a su ciudad, Tal Afar. Tras años de cautiverio, pensando que estaban muertos…

Durante estos días, las SDF combaten en Baghouz, el último reducto del califato. Son escombros, de ellos están saliendo miles de yihadistas que ya no tienen donde huir, muchos de extranjeros. Y cientos de niños y mujeres que están siendo liberados tras años de esclavitud.

Los medios occidentales prefieren enfocar las noticias en las mujeres del Daesh, presentándolas como víctimas y convirtiéndolas en “celebrities”. Mujeres que se fueron de sus países para hacer la yihad en Siria… Mundo loco.

Todo esto está pasando ahora, en estos días.

Gracias a las YPG, YPJ y a todas la Fuerzas Democráticas Sirias por vuestro increíble trabajo.

FUENTE: Dani Martínez / Kurdistán América Latina