Denuncian violaciones de derechos en prisiones de mujeres de Sincan y Burhaniye

Las mujeres presas denuncian violaciones de derechos y represiones a las que son sometidas.

Mujeres encárceladas en la prisión de Sincan dijeron que muchas de las mujeres que estaban a punto de salir de la prisión no fueron liberadas.

En una carta a la Agencia de Noticias de Mesopotamia (MA), Dilan Oynaş, periodista del periódico Azadiya Welat, que fue clausurado por orden del Decreto-Ley (KHK), explicó la situación de las presas encarceladas en la prisión cerrada de mujeres Sincan.

Aycan Özdoğan, una de las presas, fue encarcelada cinco meses más después de su fecha de liberación por haber protestado por las violaciones de derechos a las que fueron sometidas.

Saadet Akín confirmó que había sido castigada cuando se encontró una tijera en su celda en la prisión de Sincan. “No sabemos, dijo ella, de dónde venían las tijeras. No me pertenecía ni a mí ni a mi compañera de celda. Sin embargo, a pesar de afirmar esto en todas las defensas escritas que hice ante la Junta de Prisiones, el Tribunal de Ejecución de Prisiones y el Tribunal de Justicia aprobó mi castigo”.

La solicitud de Akın al Tribunal Constitucional fue negada, y mientras tanto ella fue castigada con cuatro castigos de aislamiento y se vio obligada a permanecer en prisión durante 7 meses más después de su fecha de liberación. “Me impusieron cuatro castigos, contra los que he apelado. Uno se retiró, mientras estoy esperando la respuesta de los demás” expresó la mujer desde la prisión.

Selver Ispir ha estado en prisión desde 2001. Entre 2012 y 2014, Ispir fue castigada tres veces, y esto hizo que su fecha de liberación quedara en suspenso también.

Figen Şahin, una prisionera en la Prisión Cerrada Tipo B Balkesir Burhaniye, ha mostrado al público a través de su familia las violaciones que vivieron en la cárcel.

Su hermana, Nirgül Turhal, dijo que los soldados seguían realizando amenazas a 5 presas políticas.

Figen Şahin le dijo a su hermana que “la administración de la prisión no hace nada contra las amenazas. No tenemos actividades sociales. A menos que una prisionera se enferme, las prisioneras no son llevadas al hospital. Cuando sucede algo, las guardias siempre nos recuerdan que esto es una prisión masculina. Si necesitamos algo, siempre dan prioridad a los reclusos masculinos. Pedimos que nos trasladen, pero no lo hacen. Dijeron que el ministerio realmente quería que nosotros, 5 mujeres reclusas, permaneciéramos en esta prisión”.

No importa cuán pequeña sea la discusión entre las mujeres, dijo Turgal, “inmediatamente se envían guardias a la sala. Están amenazando y golpeando a las mujeres. Reaccionamos cantando lemas y protestando, diciendo que escribiremos una petición pero no importa. Aquí no hay seguridad de vida para nosotras. Los presos comunes masculinos también nos amenazan y nos arrojan botellas. Pero los soldados y la administración de la prisión solo contribuyen a la represión contra nosotros. La prisión es muy fría, pero solo tenemos 2 suéteres para las 5”.

  • ANF