El filósofo ecosocialista franco-brasileño Michael Löwy, miembro de ATTAC y autor de una amplia obra, se unió mediante este mensaje a la movilización en favor de la liberación de la cantante kurda Nûdem Durak.
A continuación reproducimos la carta de Michael Löwy:
¡Libertad para el ruiseñor kurdo!
Nûdem Durak es una joven cantante kurda. Encarcelada desde 2015, fue condenada a 19 años de cárcel. ¿Su crimen? Cantar en kurdo. Lo que representa para las autoridades turcas, para el régimen fascistoide de Erdogan, un peligroso acto subversivo. La lengua, la música, la canción, la cultura, el arte, la poesía kurda son siempre subversivos, constituyen una amenaza al orden establecido, un desafío a las autoridades establecidas y una falta de respeto a la ordenanza policial. A castigar con rigor. Con 19 años de cárcel.
¿Qué cantan los temas de Nûdem Durak? Cantan la paz. Es peligroso. Cantan la libertad. Es una insolencia. Cantan el amor. Es un escándalo. Cantan el sufrimiento del pueblo kurdo, oprimido desde hace siglos. Va en contra de la ley. Cantan los sueños de emancipación de la juventud kurda. Es un crimen. Por esta razón su canto atañe a la policía y a los tribunales. A castigar con rigor. Con 19 años de cárcel.
El canto del ruiseñor kurdo viene de lejos. Es, tal y como lo cuenta la propia Nûdem, herencia de sus ancestros, transmitida por sus padres y que ella enseñaba a otros jóvenes. Sus canciones forman parte de esa tradición de oprimidos, una tradición kurda antiquísima, irrefrenable, irreductible. Que hay que castigar con rigor. Con largos años de cárcel.
Su arma, más peligrosa que una kalashnikov, es la guitarra. Con su guitarra y su voz, ha sembrado las semillas de la resistencia, semillas de esperanza, semillas de dignidad. Ha suscitado entre los auditores sueños de libertad. Ha proporcionado una bocanada de aire poético, una bocanada de aire fresco de las planicies y montañas del Kurdistán. Que se debe de castigar con rigor, encerrándola en una celda.
Para todxs aquellxs que creen todavía en la paz, la libertad y la dignidad humana, la reclusión de Nûdem Durak es un agravio insoportable. Ha llegado el momento de que se alce un grito de revuelta, en todas partes del mundo, desde París, New York, Rio, Santiago de Chile hasta Berlín, con esta imperiosa exigencia:
¡LIBERTAD PARA NUDEM DURAK!
Michael Löwy
FUENTE: Kedistan